Raptada Por El Mafioso. (Temp. I)

Con la cabeza hecha un lío me dirijo hacia Martín, su respuesta y apoyo definirá mis futuras acciones, no quiero formar un baño de sangre en toda Italia para afirmar mi autoridad, deseo que esa sea la última de mis alternativas.

Sin contratiempos entramos a su territorio y rápidamente llegamos a su hogar, el cual nos recibe muy amablemente mientras da un breve tour por su propiedad.

- Mi visita de hoy es para hablar de negocios.- sin tantos rodeos doy a conocer mi propósito.

- Comprendo, hablemos en el despacho.- aclara su garganta.

En todo el transcurso voy maquinando la una y mil maneras para convencerlo, como sea necesito saber de que lado estará en esta guerra.

- Ahora sí, cuéntame.- inquiere dudoso.

- Sabes que soy el heredero legal del imperio Salvatore, pero por conflictos familiares tuve que alejarme por mucho tiempo de Italia, lo cual originó perder muchas conexiones y apoyo de los clanes, pero ahora estoy aquí para tomar lo que es mío, aunque eso sea a cuesta de la vida de mi gente, ¿así que quisiera saber si estás conmigo o en mi contra?.- lo miro fijamente.

- Eh, muchacho me colocas en una posición complicada, pero por el bienestar de mi mafia y de mi familia prefiero estar neutral o en caso dado del tuyo, pero solo si es necesario, quiero intervenir lo menos posible.- Afirma un tanto nervioso.

- Eso espero Grecos, porque si me entero que estás apoyando al bastardo de mi hermano no me contendré y le haré saber a todo el continente europeo quien es Marc Salvatore, no lo tomes como una amenaza es solo como una advertencia y te aconsejo que retires a tus hombres de las calles e intente mantenerte lo más lejos posible, porque se va a crear una tormenta que arrasará con todo Martin.- digo estas últimas palabras mientras me levanto y abrocho mi camisa para salir del lugar.

Sin tardar me subo al auto y le ordeno a Antonio dirigirse a las oficinas de nuestra empresa, es hora de que comience la tempestad.

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- ¿Estás seguro?- pregunta inquieto Antonio antes mis afirmaciones.

- Completamente, declara estado de emergencia y comunica que cualquiera clan que está dispuesto a brindar su apoyo a mi hermano será considerado como enemigo de los Salvadores y así mismo deberá afrontar las consecuencias de sus actos. - aseguró

- Como órdenes, entonces me retiro.- intenta marcharse para dar inicio al plan.

- Espera Antonio, prepara todo que esta noche vamos de cacería.- señaló tres fotos de los líderes traidores.

- Entendido.- sale de mi oficina.

Ya no puedo atrasar más lo inevitable, no sé cuanto tiempo mi padre siga en estado vegetativo, necesito tomar las riendas de este imperio y arrinconar a esa rata, antes que se escabulla y reclute un ejército. Enfocándome en lo importante me dirijo hacia el salón de entrenamiento y empiezo a cargar mis armas y disparar, me urge despejar mi mente y concentrar mis esfuerzos.

En las horas de las noches nos encaminamos hacia la mansión de los Prietos, según un pajarito hoy tienen cierta reunión secreta y es el momento ideal para contraatacar, voy a hacerle ver por ojos propios su error, nunca debió subestimarme, rápidamente ordeno a mis hombres dispersarse por la zona y eliminar cualquier posible complicación, cuando creo que es momento de hacer nuestra entrada aceleró a toda máquina mi auto, lo que ocasiona que se lleve la cerca y gran parte de sus hombres de este lugar, seguidamente me bajo y empiezo a disparar mientras busco con la mirada a mis hombres.

Los cuales se han colado con éxito por la parte trasera y están masacrando todo a su paso, un tanto satisfecho por ver tal escena me encaminó apresuradamente hacia el interior de la mansión y empiezo a limpiar los alrededores dejando en el camino innumerables cuerpos.

- Valla, valla, ¿pero miren quienes están aquí?.- digo mientras golpeo la puerta.

- Tú, ¿que haces aquí?, ¿Quién te dio permiso a entrar?, Dante.- empieza a gritar alternadamente.

- Hablas de este Dante.- le hago señas a Antonio para que traiga su cuerpo frío, el cual arroja en sus narices.

Debo admitir que era muy buen muchacho, muy hábil con sus manos y armas, si no hubiese sido por mi experiencia la leve herida de mi costado, no sería tan pequeña.

- Tu maldito, ¿Sabes lo que estás haciendo?, cuando Dimitri se entere te va a volar la cabeza.- comienza a amenazarme el estúpido de Monter, solo por tener un pequeño clan se cree mucho, creo que su diminuto poder se le ha subido a la cabeza.

Sin mostrar señales de actuar, alzó rápidamente mi pistola y jalo el gatillo, ocasionando que mi bala le atraviese el cráneo dejándolo muerto en ese mismo instante, lo que genera que sus camaradas quieran huir, con una señal alertó a mis hombres, los cuales los traen delante de mí y los arrodilla mientras tomo la silla del cabecilla.

- ¿En qué anda Dimitri?, ¿Por qué se rebajó en trabajar con ustedes?, espero que piensen muy bien antes de contestar o si no terminarán como su amigo.- señala el cuerpo interne antes mis pies.

- No se dé que me estás hablando Salvatore, pero si me perdonas mi vida, juró que más nunca me mostraré delante de ti.- ruega con voz lagrimosa.

Haciendo odio sordo a sus estupideces descargo el cartucho en su compañero, el cual agujero por todas parte.

- Última vez, escucha muy bien mi pregunta Prieto, ¿que busca Dimitri?. - dirijo mi pistola hacia su cabeza.

- Yo.o.no.oo.lo se con certeza.za.- comienza a tartamudear del mismo terror.

- Ok, vamos a dar un intento más y es mejor que me digas lo que quiero escuchar.- esta vez preparo la pistola, lo que ocasiona que este empiece a sollozar.

- Él quiere intercambiar propiedad por armas, me prometió un puesto excepcional cuando se apropiará del imperio Salvatore, solo fue mi codicia, por favor perdóname.- empieza a rogar.

- Has escuchado alguna vez que un Salvatore haya perdonado, considerado como una muerte más rápida y gentil, porque te aseguro que el bastardo de mi hermano lo iba a hacer tarde o temprano.- dichas estas palabras dejo ir mi dedo, generando de inmediato su muerte.

Ya habiendo saldado las cuentas y obtenido la información que viene a buscar, me encamino directamente a la mansión, debo preparar todo lo necesario para la avalancha que se avecina, desde hoy las calles europeas se tiñeran de un rojo escarlata, eso lo puedo asegurar.