Recuerda Porque Me Amabas

Crystal:

Después de haber tenido mi cuota de afecto junto a Tomás, a regañadientes lo dejé en su oficina y seguí con mi trabajo.

Aunque no lo demostré, me preocupaba, el asunto con Renata, no me gustaba ver a Tomás, de esta forma, sea lo que sea que sucediera estaría a su lado apoyándolo.

Cuando llegó la hora del almuerzo Tomás, me pidió acompañarlo a comer, así que decidimos quedarnos en la empresa, más precisamente en su oficina solos, hubo muchos besos, pero nada más allá. A pesar de la constante tensión sexual, logramos dominarnos, teníamos una promesa que cumplir.

Fue un rato agradable, hice lo que pude para relajarlo y que no pensará en la junta que tendría lugar en pocas horas.

Nos sorprendimos hablando del matrimonio, donde viviríamos, incluso de cuantos hijos tendríamos. Era todo una locura, pero me ilusionaba hablar de estos temas y sé que a Tomás también. Él quería formar una familia y esto lo animaba, era un ardiente deseo en su corazón.

Recordando su vida pasada lo comprendía. Él jamás tuvo una familia y conmigo tendría la oportunidad de hacerlo realidad, yo era su hogar, como una vez me lo dijo y el era el mío. Esta promesa enardecía mi corazón a cada segundo, no podía esperar el día en que se hiciera realidad. Estaba ansiosa.

"Debo salir" dije poniéndome los tacones, Tomás había querido que me recostara con él para descansar un momento, en el sillón de su oficina.

"Quédate un poco más, soy el jefe no?" el sonríe.

Niego sonriendo " Tengo una responsabilidad y voy a cumplirla" mi tono no admitía discusión.

Pero, aun así el dijo "no quiero separarme de ti" él me abraza por la espalda y pone cada una de sus piernas apresándome allí, quedando mi trasero justo en su zona sensible. Dijo en una voz fingida y macabra "eres mi sustento para vivir" después de haber dicho esto muerde mi cuello. En lugar de molestarme sentí que mi temperatura aumentaba, de mí salió un pequeño gemido.

Tomas me pegó más contra él y frotó su miembro contra mí. "Esto es demasiado difícil de soportar no crees?"

Suspire con anhelo "Lo sé, pero recuerda nuestra promesa"

Él respira profundo y dice "es demasiado difícil, pero valdrá la pena esperar, dicen que las mejores cosas toman tiempo" asentí en confirmación, estaba seguro que nuestra primera noche juntos sería maravillosa.

Tomás me levanta junto con él, del sillón y se aleja de mí. Me mira en disculpa pude notar el bulto en sus pantalones. De mí salió una sonrisa, me encantaba verlo así por mí, él me estrecha sus ojos en reproche y dice "Prometo que si sigues sonriendo así, te castigaré"

Él entra al baño tratando de calmarse, " y que harás" dije, mirando al lugar donde se había dirigido, esto encendería más el fuego entre nosotros, lo sabía, pero no podía evitarlo, me gustaba esto que sucedía entre los dos.

Tomás sale y me observa con una mirada penetrante "primero" él ese acerca despacio como un depredador acercándose a su presa "te ataré, sin que puedas moverte"

Trague despacio, me aleje un poco por su mirada dominante, me encantaba y a la vez me ponía nerviosa. No pude retroceder más tropecé con el escritorio y allí me quedé, presa de su mirada. "Y después" dije incitándolo a seguir

Sonríe y observa de arriba a abajo mi cuerpo con deseo, "abriré tus piernas y quieres que siga?" él dice gracioso. Termina de recorrer el tramo que nos separa y me tiene nuevamente en sus brazos, "Estás sonrojada y tu boca se abre en anticipación, cada vez que pronunció estas palabras, es mejor no seguir con esto, o te aseguro que te haré mía justa ahora" Tomás me mira buscando una respuesta "te aseguro que lo haré... pero" me observa como conteniéndose.

Le sonrió, respiro profundo y digo " lo siento" lo beso con pasión. Pero nos detenemos en punto y continuó hablando "prometo que me portaré bien" mis palabras suenan graciosas, él niega sonriendo, sabe que siempre buscaré el momento para incitar momentos así " aunque quiero que me castigues así, tienes razón", me alejó, dispuesta a salir.

Cuando vuelvo a observarlo mi voz suena más seria "quieres que me quede aquí o debo acompañarte a la junta"

Sé que no debí decir esto, pero era la única opción para frenar nuestros deseos y calmarnos. Pero también porque debíamos caer de nuevo en realidad y enfrentar lo que sea que estaba a punto de pasar.

Él mira hacia otro lado irritado, pero vuelve su mirada hacia mi y esta se torna suave y llena de amor " quiero que estés allí conmigo".