Mário, Mariano y Marisa son tres hermanos que viven en São Paulo. Mário y Mariano son gemelos, lo que hace que uno esté bastante ligado al otro. Mientras uno de ellos tiene su rutina de fiestas y chicas todas las noches, el otro se queda en casa junto con su hermana, que, por la ausencia de los padres que están viajando por trabajo, se ve obligada a cuidar de la casa y de sus dos hermanos.
Los padres de los chicos trabajan con las mayores industrias, productoras de papel higiénico y otras de chocolates y café. En un día común, Mário sale a una de sus fiestas, Mariano se queda en su cuarto acostado en su cama, y en cuanto el hermano regresa con otra de sus chicas, terminan discutiendo. Al día siguiente, los hermanos van a la escuela, y una vez más Mário está con resaca.
En la escuela hay un chico en particular con el que a los dos hermanos les encanta practicar bullying: Erick, un muchacho tierno y dulce, que sufre tanto en su casa como en la escuela. Pero un día su vida cambia de rumbo cuando es invitado a ir a una fiesta.
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Capítulo 10
Erick Narrando
Todo estaba corriendo exactamente como todos los días, los gemelos me tiraban bolitas de papel a cada momento, como ya estaba acostumbrado a esa rutina, fingía que no estaba pasando nada.
- Erick, ¿te gustaría venir a resolver este ejercicio aquí al frente? - preguntó la profesora de matemáticas llamando mi atención.
- ¿Tiene que ser yo mismo, profesora? - pregunté encarando a la mujer.
- Sí, señor, apúrese - dijo la mujer sosteniendo el marcador en su mano.
Me levanté de mi lugar, y cuando fui a dar el primer paso, uno de los gemelos coloca el pie frente a mí, lo que hace que me caiga.
- Ay, lo siento, no te vi - dijo Mariano carcajeándose.
Mário nada hablaba y tampoco nada hacía, él estaba inmóvil, me levanté del suelo y seguí hacia el frente del salón.
Tomé el marcador de la mano de la profesora y luego resolví el ejercicio, entregué el marcador nuevamente y me senté.
- Felicitaciones, está correcto - dijo la profesora sonriendo.
El resto de las clases transcurrieron extremadamente normal, a la hora del recreo estaba con Isa en una mesa, cuando me dio una enorme gana de orinar.
- Chica, voy al baño - dije llamando la atención de Isa que mandaba mensajes a alguien.
- Está bien, no tardes - habló la chica sin mirarme.
Caminé hasta el baño masculino, abrí la puerta y allí dentro me encuentro con Mário que estaba apoyado en el lavabo.
- Lo siento, yo... eh... vine a usar el baño - tartamudeé una vez más.
- Puedes usarlo - dijo él sonriendo.
Esa variación de humor de él me estaba matando, una hora estaba sonriendo, otra hora estaba con cara seria.
Terminé mis necesidades y me encaminé hacia el lavabo, lavé mis manos y luego siento a alguien detrás de mí, miré por el espejo y Mário me estaba encarando. En el mismo momento mi corazón se disparó, pensé que iba a tener un infarto, el aire comenzó a faltarme.
- ¿Por qué estás tan nervioso? ¿La idea de tenerme tan cerca causa eso? - preguntó él curioso.
- No... yo... eh... yo... yo no estoy nervioso - dije rascándome la nuca.
- No mientas, tu nerviosismo es bien aparente - dijo él sonriendo.
Con calma me giré pues aún estaba de espaldas, nuestros rostros estaban bien próximos, se podía sentir su respiración pesada.
- Tú también estás nervioso - dije dando una media sonrisa.
- Es normal cuando dos cuerpos se atraen - habló él sujetando mi cintura.
Mário aproximó su rostro de mí, cerré mis ojos y esperé que nuestro primer beso llegara. Cuando nuestras bocas estaban casi pegadas, la puerta es abierta bruscamente.
- ¿Pero qué mierda es esta? - preguntó Mariano que estaba parado en la puerta.
- Nada, yo... yo vine a lavarme las manos - tartamudeé una vez más.
- ¿Ya te lavaste? Puedes salir - dijo Mariano autoritario.
Sinceramente ese chico me causa un frío en la espina dorsal, caminé de vuelta hacia donde Isabela estaba sentada, respiré hondo y encaré a la chica.
- ¿Qué pasó? Parece que viste un fantasma - preguntó encarandome.
- Antes fuera fantasma, amiga - dije respirando profundamente.
- ¿Quieres contarme qué pasó en el baño? ¿Por qué tardaste tanto? - preguntó la chica encarandome.
- No pasó nada, había bastante gente para usarlo - mentí.
- Ese baño casi no tiene nadie, no me mientas - dijo la chica sonriendo.
- Está bien, te voy a contar, pero esto no puede salir de aquí de ninguna manera - hablé con seriedad.
- Puedes contar, no soy soplón.
Comencé a contar todo lo que había pasado, y a cada palabra Isa quedaba aún más sorprendida.
- ¡Maricón!, por primera vez te voy a decir, invierte que él está interesado en ti - dijo Isa sonriendo.
- Creo que es imposible, él es hétero - dije mirando mis manos.
- Piensa, amiga, él casi te besó una vez, te tiró indirectas, se declaró, intentó besarte de nuevo, solo une los hechos - dijo Isa sonriendo.
- No me hagas crear más expectativas - dije sonriendo.
- Amiga, solo ve al chico que va a funcionar - dijo Isa carcajeándose - mi marica va a tener novio - gritó la chica haciendo que todos miraran.
- Deja el escándalo, zorra - dije sonrojando levemente las mejillas.
El resto del recreo transcurrió muy bien, entramos al salón de clases, intenté al máximo prestar atención y sacar a Mário de mi cabeza, pero estaba un poco difícil.
Y luego él aparece en la puerta del salón y así que me ve, me lanza una sonrisa linda, retribuí la misma.
- Mário y Mariano como siempre la parejita del retraso - dijo el profesor llamando la atención de los dos.
- Lo siento, profesor, mi hermano estaba pasando muy mal en el baño - habló Mariano encarando al hombre frente a él.
- Está bien, solo vayan a sus lugares - dijo el hombre sonriendo.
Mário pasó por mí y sonrió, ya Mariano puso mala cara lo que me hizo erizar hasta la puerta del ano.
- ¿Qué será que pasó? - preguntó Isa curiosa.
- No sé, creo que ellos estaban conversando, qué sé yo. Deja de ser chismosa, niña - dije sonriendo.
- Aprendí con la zorra jefa - dijo Isa mirándome de los pies a la cabeza.
- Respétame, tu zorra de quinta categoría - dije carcajeándome levemente.
- Isabela y Erick, ¿quieren venir a dar clases aquí al frente? - preguntó el profesor llamando nuestra atención.
- No, profesor, mil disculpas - habló Isa sonriendo.
- Entonces quédense quietos y presten atención, es contenido del examen final - dijo el profesor tomando su marcador y siguiendo hacia el pizarrón blanco.
El resto de las clases fueron una calma, los chicos no estaban más tirándome bolitas, lo que me dejaba aliviado.
La señal para la salida suena, salí con Isa y me despedí de ella como siempre. El carro de los gemelos aparece, y esta vez pensé que iba a tomar otro baño de agua sucia. Pero para mi sorpresa Mário desvió del agujero con agua sucia.
- Chico, estoy derretido en mantequilla - pensé.
Luego aparece mi hermana y estalla los dedos frente a mi rostro.
- Palito, estás en la luna - dijo la chica sonriendo.
- No, estaba solo observando algunos hechos - dije sonriendo.
- ¿Vamos? - preguntó arqueando la ceja.
- Vamos.
Comenzamos a caminar, y después de algunos minutos llegamos frente a la puerta de casa, tiré mi mochila en el sofá, y encendí la televisión en algún dibujo animado.
- Voy para mi cuarto, si necesitas no dudes en llamarme, en un rato bajo a hacer algo para que comamos - dijo Alice sonriendo.
- Ok, voy a quedarme aquí mirando - hablé retribuyendo la sonrisa.
Después de algunos minutos mirando dibujos animados resolví optar por un dorama BL, y así hice, me acomodé confortablemente, y enfoqué mis ojos en lo que pasaba en la televisión.