SALEM UN AMOR INESPERADO

La magia me obligó a caminar, a buscar ayuda. Pero apenas entre en la habitación donde la acoste, mi cuerpo colapsó.

Me transforme de nuevo en gato sin poder evitarlo.Como si el hechizo fuera prestado. Robado.Intente volver a cambiar. Nada

Ni una chispa.

Solo mi forma felina, mi silencio y mis pensamientos… revueltos como tormenta.

Corvyn, que me observaba desde la ventana, intentó hablarme antes que entrarán las brujas .

—¿Qué fue eso, Salem? —preguntó con un tono que ocultaba preocupación tras su típica burla—. ¿Me vas a explicar cómo fue que terminaste sosteniéndola como un príncipe encantado?

Yo solo gire la cabeza.Mis ojos bicolores no dijeron nada.No sabía qué responder.

Porque en mi pecho…Algo vibraba cada vez que la miraba.

Un cosquilleo que me desconcertaba, que no era mío… o quizá sí. No quería aceptarlo. No aún. El bosque dormía… pero no en paz.

En otro lugar de la manada ...

El Alfa Logan, con su porte imponente y los ojos verdes fulminantes como brasas, caminaba de un lado a otro frente al fuego central.

Sus botas de cuero golpeaban la tierra con rabia contenida, mientras su pecho subía y bajaba, como si el peso del mundo reposara allí.

—No puedo quedarme de brazos cruzados, madre —gruñó—. Cada minuto que pasa… mis hombres siguen dormidos, y las demás manadas siguen sin protección.

Elizabeth, su madre, una loba de mirada firme y cabello canoso como la escarcha, lo miró desde su asiento tallado en piedra.

—Hijo… ¿y qué propones? ¿Salir a luchar solo contra criaturas que ni siquiera entiendes? No puedes salvarlos a todos si caes tú primero.

Logan apretó los puños.

—¡No soy un niño, madre! ¡Soy el Alfa de esta manada! Y tengo una Luna… —se volvió hacia Serenya, que observaba en silencio desde la sombra de un pilar de madera—. Pero ni siquiera pude protegerla cuando llegaron esos… esos espectros.murmuro con rabia contenida en su voz.

Serenya levantó la mirada. Sus ojos grises, profundos como el lago de los ancestros, brillaban con una tristeza callada.

—Logan… tú hiciste lo imposible,tú mantuviste a la mayoría de tu gente a salvo . No te castigues por las cicatrices del campo de batalla. No son tuyas. Son del enemigo.

El Alfa suspiró, se pasó una mano por el cabello oscuro, agitado.

—¿Y si no despierta? ¿Y si Clarisse no vuelve? —dijo con voz dura señalando hacia la cabaña donde la bruja dormía, aún envuelta en el hechizo protector.

Elizabeth se acercó a su hijo, tomándole el rostro con ambas manos, como cuando era pequeño y corría herido a sus brazos.

—Logan, escúchame bien… esa muchacha no es común. Cuando la vi, supe que llevaba la marca del cielo y del abismo. Hécate no pone su favor en cualquiera… Y tú lo viste también, ¿no es así?

Logan asintió apenas, con los ojos vidriosos.

—Sí. Su poder… es demasiado fuerte y creo que ese no es todo ,solo vimos un poco.Oero aún así terminó agotada y dormida.

—Porque lo dio todo por salvar a quienes no conocía —añadió Serenya, dando un paso hacia él—. ¿No es eso lo que hace a una reina de verdad? Pero también me trajo junto a ti mi amado alfa

Un silencio sagrado cayó sobre ellos.

Hasta que, de repente…Un chillido agudo rasgó la noche.El fuego del centro parpadeó.

Los lobos que hacían guardia en el muro interior aullaron… uno, dos, tres…

Y todos corrieron afuera.

Logan fue el primero en llegar.

Sus ojos brillaron con rabia.

—¡No puede ser…! —murmuró.

Desde la espesura, una figura oscura, envuelta en sombras y ojos vacíos, se arrastraba hacia la barrera de protección.

Un espectro más.

Pero esta vez, la barrera brilló con luz blanca y pura, como un faro de luna.

El ser chilló, quemándose en el acto. Su cuerpo fue reducido a cenizas antes siquiera de tocar la tierra interior.

—Está funcionando… —susurró Serenya—. Ella nos sigue protegiendo. Incluso en su sueño.

Elizabeth puso una mano sobre el pecho de su hijo, conteniendo sus lágrimas.

—¿Lo ves, Logan? Esa niña… no es una cualquiera. Es un escudo viviente.Estamos a salvo por esta noche.

—Las otras manadas… —musitó él—. ¡Están sin protección!

Serenya lo miró a los ojos con firmeza.

—Entonces solo nos queda una opción. Orar. Prepararnos. Y confiar… en que despierte antes de que sea demasiado tarde.

Logan bajó la cabeza, por primera vez desde que era joven.

—Diosa Luna proteje a las demás manadas —susurró con los dientes apretados.

Elizabeth lo abrazó con fuerza.

Lo hará confiemos en que las demás manadas estén bien Serenya tomó su mano , como un símbolo de fe.

—Ya veraz todo estará bien amor

Eso espero amor mío tengo tanto que agradecerle a esa bruja dormida sobre todo el que estés aquí con vida y te ahiga encontrado a tiempo .

Las tres figuras se quedaron ahí, bajo la luna, mirando el cielo para después de un rato retirarse a dormir esperando que el amanecer traiga nuevas noticias .

Un nuevo día había llegado a Black Moom y la mañana paso volando ,el mediodía había llegado como una caricia cálida sobre la espesura de la manada. Dentro de la habitación protegida por hechizos antiguos, la atmósfera era tensa pero expectante. El silencio era espeso… hasta que un suspiro suave, casi imperceptible, rompió la quietud.

Clarisse abrió lentamente los ojos. Su respiración era irregular, como si hubiese regresado de una profundidad sin nombre. Los primeros en reaccionar fueron sus fieles guardianes: el tigre y el puma. Como impulsados por una fuerza invisible, se lanzaron hacia ella con un ronroneo bajo, llenos de alegría contenida. Apoyaron sus enormes cabezas en sus piernas, sus ojos brillando con ternura salvaje.

—Ey… tranquilos —murmuró ella, acariciando sus cabezas con una sonrisa temblorosa—. Estoy bien… ya pasó.

Pero no todos se conformaron con un gesto.

Corvyn irrumpió en la escena revoloteando como una tormenta de plumas, chillando como si el mundo se hubiera acabado...Pero eso no molesto a nadie ya sabían cómo es Corvyn