La Elegida

Llego por fin a la cabaña arrastrando el pies, me duele muchísimo, y la lluvia no ha parado, se que hasta que no me calme yo ella tampoco lo ará pero no puedo calmarme, estoy furiosa, triste, decepcionada, todo a la misma vez y es muy abrumador.

Me sobresalto cuando sus brazos me levantan del suelo sin previo abiso y me entran a la cabaña, ya no tengo fuerzas para luchar o alejarlo de mi, así que no digo nada y simplemente dejo que me cargue. Me lleva directo al baño ,me prepara la tina con agua caliente y sale sin decir una palabra.

Suspiro, me quito la ropa y me meto a la tina, dejo que el agua se lleve toda mi frustración y me relajo . No se cuanto tiempo pase allí pero me sirvió para calmarme un poco, al salir lo veo sentado en la esquina de la cama, con un botiquín médico en sus manos. Alza la vista para mirarme y me hace una seña para que me siente a su lado. No protesto ni respondi, simplemente voy y me siento en la cama.

Él saca lo necesario para curar mi tobillo, se arrodilla al frente de mi y empieza a echarle una especie de pomada a la herida, me retuerzo un poco en el lugar ,me duele el contacto

- Lo siento- me dice sin mirarme

No respondo nada, solo me quedo mirándolo fijamente , no se porque está tan amable.

- Hoy tuve un día de mierda, llegué a la cabaña y no te encontré, me preocupé, - me dice sin mirarme y sigue curando mi tobillo- cuando te encontré sentí alivio pero también enojo así que mis emociones actuaron por mi y pasó esto - señala mi tobillo- No quise hacerte daño, nunca lo haría, solo fue un impulso que me salió mal, lo siento mucho

- Está bien- es lo único que digo, sus disculpas me sorprenden y agradezco que se allá disculpado pero igual sigo enojada y la lluvia afuera lo comprueba

Termina de vendarme la herida y se levanta

- Se que sigues enojada, pero ya me disculpé, no lo pienso hacer de nuevo- me da la espalda y se acerca a la mesa sacando dos platos con comida, supongo que la preparó mientras yo estaba en el baño.

No digo nada, no quiero hablarle, su actitud fría de siempre solo hace que me enoje más, así que intento ignorarlo y calmarme. Me siento en la mesa y como lo que preparó, estoy hambrienta. Comemos en silencio y al terminar me preparo para acostarme ,mientras que él se sienta en la ventana

- Mañana empezaremos con los entrenamientos temprano- me dice- ya tu cuerpo se ha recuperado, así que hay que empezar a controlar tus poderes

Yo solo asiento y me acuesto en la cama, tengo tantos deseos de llorar qué la cabeza me duele, pero no digo nada y solo aguanto, tengo que ser fuerte si quiero superar todo esto y ver nuevamente a mi familia y amigos.