La Profecía Escarlata: El Despertar De La Magia

Subir esas escaleras con este enorme vestido fue más una tortura que otra cosa. Sara me estaba esperando en la estrada de la casa. Tomo mi brazo enredándolo con el suyo para ayudarme a subir las escaleras a mi habitación, desde ahí podía oír a los hombres bebiendo y riendo como si nada hubiera pasado malditos, sean todos, solo somos un recipiente para sus bebes

Muy enojada, me metí en la habitación, comencé a quitarme el vestido, miré a Sara mientras tiraba las mangas del vestido de mis brazos casi arrancándolo

— Dile a Fergus que prepare los caballos y el carruaje, no pasaré ni una noche más aquí - Sara alisto mi armadura junto a unos pantalones negros de cuero y unas botas con detalles de oro.

Una vez lista, guardé mi puñal a un lado de mi cintura, salí de mi habitación hacia la de los pequeños, pero ellos no están ahí. Supuse que estaban en el salón de banquetes, le pedí a unas criadas que llevaran la ropa de los pequeños y la mía al carruaje. Bajé las escaleras y entré en el salón donde todos hablaban y bebían vino con mujeres con poca ropa por donde vieras.

Caminé directo a la mesa del fondo donde el rey tenía una rubia sobre sus piernas con sus senos al aire. Los pequeños comían sin darle importancia a lo que estaba pasando a su alrededor, pero los adultos notaron mi presencia, causando que en la habitación el silencio reinara

— Volveré al palacio dorado, llevaré conmigo a los pequeños que deben volver a sus obligaciones —Mi padre no dijo nada, pero al ver mi vista puesta en la golfa, la quito de encima de él y se levantó caminando hacia mí.

— Está bien, nosotros partiremos en dos días hacia el Castrillo - echaremos nuestras manos y miré a los niños

—Los esperaré afuera, disfruten su fiesta - las últimas palabras salieron con asco mientras miraba a la rubia, me di la vuelta sin mirar hacia atrás, pero antes de salir me detuve donde Roan y sus hijos estaban sentados, caminé hacia ellos

—Les agradezco su hospitalidad, discúlpeme con Leidy Lilian, por no despedirla, por favor, dígale qué le escribiré - Roan se puso de pie frente a mí

— Princesa, no había tenido tiempo para darle mis condolencias — levanté la mano deteniéndolo

— No necesito sus condolencias, lord Black, mi madre ya está muerta y su lástima, no la traerá de vuelta, guárdelo para otra persona—. Roan guardó silencio y se inclinó ante mí

— Daré su mensaje cuando la vea — salí de ahí sin importarme nada más

Fergus me estaba esperando con los caballos ensillados y listos para partir, junto a otros soldados que habían venido a cuidar a la reina. Mis hermanitos corrieron hacia mí abrazándome, tomé sus manos y los ayudé a subir al carruaje

— ¿Vendrás con nosotros?— Salas hacía puchero sin soltar mi mano

—No, pequeño, Sara irá con ustedes al igual que las criadas, los seguiré por detrás — le di un beso en la cabeza y me aleje viendo a Sara llegar a mí

— Iré con fergus en los caballos, cuida de ellos —le pedí a Sara

—Con mi vida, princesa — Fergus se había acercado algo tímido a nosotras, sabía que él sentía cosas por ella porque podía sentirlo. Él y yo estábamos unidos por un enlace mágico

me alejé de ellos dándole su espacio para que hablaran, pero aún los oía

—Ten cuidado, el bosque es peligroso y muy solitario—. Sara jugaba con sus dedos cuando Fergus tomó su mano y le dio un cálido beso en la palma

— No tienes de qué preocuparte, volveremos a vernos al llegar al reino — ambos se rieron tímidamente. Fergus tomó sus manos y puso en ellas una pequeña daga con una piedra azul incrustada en el mango

—Úsalo solo si tu vida o la de los pequeños está en peligro— tomó su cabeza y le dio un beso en la frente antes de ayudarla a subir al carruaje. Dejándome sorprendida por su accionar, una vez que cerró la puerta del carruaje se acercó a mí con una tonta sonrisa en los labios que borro de inmediato al verme.

Paso a mi lado, yendo directo a los caballos, lo seguí, riéndome el carruaje junto a los soldados que partieron. Ya junto a mi caballo, Fergus me ayudó a subir en la bestia negra. Fergus subió a su caballo y ambos nos detuvimos viendo a la entrada donde mi padre y los Black miraban nuestra partida. Asentimos con la cabeza bajo la mirada de mi padre y salimos de ahí cabalgando hacia el carruaje sin mirar hacia atrás.

Nuestro viaje de vuelta a casa había comenzado, rápidamente alcanzamos al carruaje bajamos la cabalgata haciendo que los caballos caminaran a un ritmo algo rápido el bosque en la entrada al territorio de los Black era muy denso y difícil de cruzar, pero con un andar rápido salimos de ahí rápidamente llegando a un prado cubiertos de pocos árboles. — ¿Qué sucede entre tú y Sara?—mi tortura estaba a punto de empezar

— Entre ella y yo no pasa nada— fue cortante en su respuesta, pero yo no me daría por vencida

— Entonces no te importará si ayudo a Luque a conquistar a Sara— por coincidencia, Luque me miró sonriéndome, a lo que yo le respondí con una sonrisa

Sentía en mi interior cómo la ira y la frustración de Fergus crecía con cada mirada de Luque hacia mí, como si estuviéramos siendo cómplices de algún plan. Enojado, aceleró su trote alejándose de mí. Me reía tapándome la boca para que él no descubriera mi plan. Golpeé el costado de mi caballo haciendo que avanzara rápido para alcanzarlo. Su ceño estaba fruncido y su boca apretada estaba en verdad enojada.

—Luque, no nos detendremos hasta llegar al límite de Libertan. Nos detendremos ahí, no pierdan el paso y no se detengan— Mi orden fue aceptada por el soldado y rápido lo comunico a los otros, seguimos nuestro viaje de regreso.