Que pasa cuando la rivalidad y los problemas empieza por una herencia? Fabián pensaba casarse con Tania pero está huye un día antes de la boda no quedandole otra alternativa que tomar a la hermana de Tiana. Diana una chiquilla que tenía muchos planes pero en ningúna de ellas estaba casarse con un CEO cruel y calculador, poco a poco se va dando cuenta que su hermana no era lo que ella creía, hay solución? claro que sí, un hijo esa en la condición para que ella pueda ser libre antes del año, pero todo toma un giro inesperado.Esta novela no es para todo público, sobre todo leerla como lo que es UNA NOVELA.
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El beso en público.
FABIÁN:
La hago a un lado y veo que es Tania.
Vuelve a intentar besarme, pero la vuelvo a alejar.
—Eso es lo que me orillas a hacer —me dice.
La ignoro y continúo caminando, pero se me vuelve a atravesar.
—Dime que no sentiste nada al verme con Lucas —me dice. La tomo del cabello, acercándola a mí para besarla, pero la suelto de inmediato. No siento nada.
—Ustedes sigan —dice Diana, a quien no vi llegar.
Sigue caminando. Explicaciones no le debo a nadie. Nunca las he dado y nunca las daré.
Tania la observa con una sonrisa en el rostro.
—Me voy. Lucas debe estar buscándome, pero… ¿nos podremos ver cuando termine todo esto? —me pregunta.
No le respondo. Fácil: porque no pienso ir.
Vuelvo a entrar y veo a Diana platicando con Lucas. Él le habla muy cerca, pero ella está seria, sin responder.
Siento algo inexplicable al ver cómo Lucas la mira.
Llego hasta donde están.
—¿Por qué no buscas a tu esposa? —le digo.
—Mi prima estaba sola y quise hacerle compañía —responde.
Y solo la mención de “prima” me parece una burla, ya que muchas veces llamé a Tania así y aun así se atrevió a meterse con ella.
—No la llames así —le digo.
—¿Por qué no? ¿Acaso no es mi prima?
—Señor Lucas, debería buscar a su esposa —dice Diana, mirándome.
Lucas se aleja de nosotros y me acerco a Diana, tomándola del brazo.
—No te quiero cerca de Lucas.
—Yo también quiero muchas cosas, y no por eso las tengo —se atreve a decirme.
—Fíjate cómo me hablas, y más estando aquí —le digo serio.
—Tú no te mediste al hablarme delante de mis compañeros de trabajo —me reclama.
—Eso tú lo provocaste.
—Fabián, ¿podemos hablar? —dice mi padre, y nos alejamos.
—¿Qué se supone que haces? Lucas y Tania se llevan mejor que tú y Diana.
—¿Y me debe importar por qué? —le respondo.
—¡Maldita sea, Fabián, reacciona! Esto no te dejará nada bueno. Saca a bailar a Diana o… no sé, pero haz algo.
Lo veo alejarse y vuelvo a notar a Lucas cerca de Diana.
—Primo, quería invitar a mi pri... digo, a Diana —dice—, a bailar.
—Muchas gracias, pero no quiero —responde Diana.
—Ya la oíste —digo yo.
—Pero sí sabes bailar, hermanita —dice Tania, acercándose.
—No dije que no sabía, dije que no quiero —responde Diana con firmeza.
Camino hacia ella, tomándola del brazo, y la llevo a la pista de baile. La sujeto de la cintura, acercándola a mí. Ella intenta alejarse, pero reafirmo mi agarre, dejándole claro que no la soltaré. Nos movemos despacio. Ella levanta la vista para verme. Sus labios me llaman, y la beso en plena pista. Las personas desaparecen para mí mientras profundizo el beso, tomándola con más firmeza por la cintura.
Nos separamos y me doy cuenta de que todos nos observan.
Salimos de la pista y lo primero que veo es a Tania con lágrimas en los ojos. Intenta venir hacia mí, pero Lucas la sujeta, diciéndole algo al oído.
—Ya me quiero ir —me dice Diana.
—Vamos —respondo, caminando hacia mi abuelo.
—Abuelo, ya nos vamos. Muchas gracias por todo —le dice Diana con cortesía.
—Gracias por venir. Les pediría que se quedaran, pero me imagino que tienen cosas de recién casados que hacer —dice él con una sonrisa.
Diana se despide con un beso, y salimos de la casa.
Abordamos el auto. Ya adentro, la atraigo a mis piernas.
—No sé qué tienes, pero me encantas.
Cuando me doy cuenta, ya lo dije.
Y es ella quien me besa, balanceándose sobre mis piernas, sin tener idea de lo que acaba de provocar... y de lo que pasará una vez que lleguemos al departamento.