¿Qué puede pasar cuando crees alcanzar el amor y todo se derrumba de repente?. Este es el destino de Aurora, cuando cree que la vida le concederá su tan anhelado final feliz, todo se convierte en tragedia. Demostrándole que todo fue una ilusión y sus sentimientos no fueron más que despreciados, conllevandola a conocer a un hombre que hará temblar sus convicciones y deseos; que solo la arrastrará a un mundo de incógnitas, pasión y placer, donde el mínimo secreto será una arma y la atracción una recompensa.
Acompáñame a vivir esta dulce, apasionada y excitante historia.
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Mi nombre en tu piel.
**** Julián ****
No puedo describir lo contento que estoy. Nunca imagine volver a probar esta clase de felicidad, Aurora le ha devuelto los colores a mi vida, siento que otra vez estoy volviendo a vivir.
- No pensé que fueras tan mayor. 31 años es demasiado, me llevas 8 años de edad, creo que podrías ser perfecto para ser mi hermano.- empieza alardea, mientras se apoya en mi pecho.
Estar acostado en la arena, mientras su cuerpo reposa sobre el mío es la mejor sensación del mundo, su sonriente rostro es como un arcoíris que alegra todo a su alrededor, ella es como su nombre, luz.
- Lástima que tenga que destrozar tus planes, porque es imposible que sea tu hermano, si lo fuera no podría hacerte las cosas que quiero hacerte y ten la certeza de que buenas y puras no son.- respondo con maldad.
Al escuchar mis palabras ancha su sonrisa, esta mujer me salió muy atrevida y mala, pero sobretodo le encanta jugar con fuego, lo que no sabe es que esta tentando al diablo.
- Supongo que tengo suerte.- exclama mientras se quita el top del bikini, dejando al descubierto sus sensuales senos.
Paranoico la pego a mi, para después mirar a mi alrededor y comprobar que no haya nadie y para mi alivio así es.
- Estás pasando el límite, ¿Qué hubiera pasado si otro té ve?.- digo un tanto molesto.
Que agradezca que la playa esta desierta o si no, varios estuvieran bajo tres metros de tierras.
- Solo quiero broncearme, ¿qué malo tiene?.- sé hace la inocente, aspecto que carece.
- No te creo. Si quieres mostrármelas yo encantado, pero me gustaría que fuera en un lugar privado y mientras hago que gimas mi nombre, creo que eso sería un momento memorable y único.- digo con lujuria, provocando que se estremezca.
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**** Aurora ****
No niego que su propuesta me dejo con la boca abierta, hasta interesante me pareció, pero debo mantenerme racional y no dejarme cegar por su apetitoso cuerpo, su boca, sus ojos, su cabello, su pecho. Ufff, todo el me desubica. Forzándome a centrarme de nuevo, rápidamente busco la parte superior del bikini y me la vuelvo a colocar, quería molestarlo un rato, pero creo que la estafada fui yo.
- Ja, ja, ja, te ves muy linda avergonzada, pero me gustaría saber como te verias excitada, creo que sería una vista de admirar.- sigue hablandome de manera pervertida y sucia..
Nunca imagine que en un hombre tan caballeroso, podría existir un ser tan obsceno y caliente, pero en vez de fastidiarme, me enciende, siento que me derrito.
Controlado mi espíritu libidinoso, lo ignoro y le sugiero cenar, petición que acepta sin protestar. Permitiéndome conocer más de él y saber detalles específicos de su vida: como los fracasos y esfuerzos que ha tenido que atravesar para convertirse en quien es hoy. Sabía que era una persona única y especial, pero no tanto.
Ver su empeño, me hace sentir satisfecha, el es una de esas personas que nunca se conforma con poco y lucha por lo que quiere.
- ¿No me merezco un beso?- como siempre, tratando de sacar aprovecho.
Sin decir palabras, tomo su boca y la vuelvo mi rehén, esto es más un premio para mi que para él, solo sé que mi ser lo desea. Luego de pasar una velada romántica y darnos ciertos mimos se mete a regadera a asearse.
Abatida, me cuestiono, hoy es nuestro segundo día y última noche que pasaremos en este paraíso. Aunque me gustaría extenderlo más es imposible, sé que Julián esta haciendo un sacrificio grande para ofrecerme esta hermosa experiencia.
Determinada, me decido. Estoy segura de que si no lo hago hoy, me arrepentiré toda la vida, mi cuerpo está en llamas y el único capaz de apagar este fuego es él. Nerviosa espero que salga del baño con una diminuta camisa puesta de él, quiero verme sexi y apetecible. Sin embargo, ese pequeño detalle pierde sentido al verlo salir en toalla, todo mojado, todo comestible.
Como una fiera que tiene la vista fija en su presa, me acerco a él y lo beso, mientras envuelvo su cuello con mis brazos. Luego de tragarme hasta su alma, confieso.
- Quiero ser tuya, quiero ahogarme en el hermoso sentimiento que me brindas, quiero que esta noche me hagas una drogadicta a tu piel.- digo con la respiración agitada, siento que estoy por colapsar por esta inmensurable emoción.
Como era de esperar, no lo piensa dos veces y me carga, mientras sonríe como el hombre más feliz del mundo. Para después colocarme en toda la mitad de la cama con delicadeza y ternura.
- No sabes como moría por escuchar esas palabras, desde que te vi con mi camisa puesta me volví loco, quería marcar mi nombre en tu piel y hacerte gemir de placer y que todos se enterarán de que eres mía. Aunque me cuesta aceptarlo, te metiste muy profundo en mi ser, cada día me estoy volviendo más codicioso de ti, por eso te pido que me tengas paciencia, mi luz.- desborda su corazón en estas dulces oraciones, permitiendo apreciar el valor que tengo en su vida.
- Y yo te pido que cuides mi corazón, estoy poniendo en ti mis esperanzas y mis ganas de poder amar. No voy a mentirte, no puedo expresar que te amo, porque aún no lo siento, pero estas muy adentro de mi alma, tus tratos y demostraciones, me han permitido entender que eres alguien por el que se merece luchar.- me sincero, quiero que también sienta mis sentimientos.
- Con eso me basta, voy a hacer que te enamores perdidamente de mi, no te voy dar la posibilidad de que marches de mi lado, nunca.- sentencia, antes de besarme y perderse en mi cuerpo.
Sentir como sus manos recorren, acarician , veneran y desnudan mi cuerpo, me hace sentir amada y querida. Sus ojos me permiten ver el deseo que desborda y todo intensifican al sentir como sus cálidos labios recorren cada centímetro de mi piel.
Creyendo que no puedo experimentar más placer, este saca su mejor truco y devora con ansiedad y satisfacción mis pequeños senos. Cautiva por la adrenalina que recorre mi ser, dejo salir los dulces sonidos que su toque me provoca.
Absorta y sin poder más, lo detengo y lo tumbo, sacando la toalla que cubre su mayor tesoro, solo para comprobar que sus palabras nunca fueron mentiras y del peligro que me encuentro por tentarlo.
- ¿Te gusta lo que vez?.- me sonríe, mientras controla su expresión de excitación, permitiendo conocer lo desesperado que está por entrar en mi.