El Renacer Del Duque Exiliado.

Los caballeros veían como cada lobo caía ante las garras y mordidas del licantropo, pero, se mantienen en alerta, pues justo como dice Arya, es el Duque, pero si este no se controla podría atacarlos a ellos, es por eso que se considera una maldición, porque, Carlisle nunca logro controlar la transformación, mucho menos esa hambre de corazones humanos. Arya se mantiene tranquila, lo cual para los caballeros no es extraño, ella ha visto cosas peores en un campo de batalla, así que una pelea entre bestias salvajes no era nada.

Al final, los pocos lobos que quedaban, optan por correr hacía el bosque en busca de escapar del licantropo. Arya al ver esto, corre también tras Carlisle, pues este ha ido tras los lobos.

—no vengan...yo se como calmar a su alteza.— pide Arya.

Los caballeros dudan, así que prefieren ir tras ellos, seguirlos a una distancia segura. Carlisle corre por el bosque, alcanzando a los lobos que huyeron, pero estos se esconden tras una sombra oscura, la cual sale de la oscuridad, era aquel licantropo negro de ojos verdes que gruñe ante la presencia de Carlisle.

Ambos licantropos se ponen en posición de combate con el pelaje de su cuello y lomo erizado, soltando leves gruñidos. El de ojos verdes es el primero en atacar, pero Carlisle se defiende, esta vez, si estaba listo para pelear.

Mordidas y zarpazos eran sus principales ataques, dos bestias de igual tamaño buscando ganar y demostrar quien era el más fuerte, Carlisle no dudaba en apuntar sus garras a los ojos de su enemigo, pero este era bueno esquivando el ataque. Hasta que se separan pero mantienen su posición de ataque. El de ojos verdes se lanza de nuevo al ataque, pero es golpeado por una explosión de magia la cual lo lanza contra una rocas que estaba en esa zona. El de ojos verdes se levanta sorprendido por ese ataque y viendo que se trata de la joven rubia, quien ya lleva otra descarga de magia en la mano.

—ataca y no vivirás un día más.— advierte Arya.

Ante esto, el de ojos verdes se da la vuelta perdiéndose en la oscuridad, mientras que Arya voltea hacía Carlisle, quien estaba de pie, respirando agitado por la reciente pelea, pero, Arya se acerca y Carlisle se inclina hundiendo su hocico en el cuello de la rubia para olfatear.

—tranquilo alteza...jamás nos separará, porque eres mío...fuiste hecho para mí...— murmura Arya.

Carlisle comienza a perder su tamaño y su cuerpo regresa a la normalidad, aunque ya desmayado, Arya lo sostiene y le acomoda sobre el césped. Los caballeros no tardan en llegar y ayudan para cargar a Carlisle. Arya voltea una vez más hacía donde se fue aquel licantropo de ojos verdes, la rubia aprieta el puño y frunce los labios.

Más tarde, Carlisle abre los ojos de forma repentina y se reincorpora sentándose en la cama, su respiración era agitada, pero recuerda bien como Arya le dio el corazón de ese lobo, el como los derrotó, su pelea con aquel licantropo de ojos verdes y la intervención de Arya.

—alteza, finalmente despertó.— la chica se acerca y se sienta a su lado.— todo ha salido bien, no debe preocuparse.

Carlisle sujeta la mano de Arya con algo de fuerza.—¿por qué lo hiciste?, ¿que tanto sabes tú de mi maldición?— pregunta molesto.

—me lástima alteza.—se queja.

—¡dime!, ¿que me ocultas?, ¿crees que no me doy cuenta?, algo sabes...¿como puedo confiar en ti si no me dices nada?— insiste.

No es normal que Arya sepa más que él con respecto a la maldición, sospecho algo cuando ella le sugirió respecto a los corazones de animales y luego, llega aque licantropo blanco y le ofrece el corazón de un venado, mientras que Arya, actuó con normalidad cuando le vio en medio del bosque devorando el corazón de ese animal.

—¿cree que haría algo que le hiciera daño?—

Arya logra liberar la mano del agarre y se lanza sobre Carlisle apoyando sus manos en los hombros de este mientras esta contra la cama.

—jamás haría nada en contra de usted...no soportaría si le pasará algo malo, no ahora que finalmente soy su esposa.—

—entonces dime, ¿que sabes tú de la maldición?— pregunta nuevamente.

Arya desvía la mirada, decirle la verdad, es algo que ella teme, no sabe como se lo tomará, ¿y si la abandona?, ¡no!, eso jamás, no quiere que algo así pase.

—si no me dices no volveremos a dormir en la misma alcoba...— advierte.

—no puede hacerme eso...usted dijo que compartiríamos alcoba.— se queja.

—entonces habla querida.— se inclina para así lamer la piel de su cuello.— si no duermo en la misma alcoba, tampoco cumpliré con mis deberes de esposo.— le susurra al oído.

Arya se estremece al sentir el cosquilleo en su cuello, pero, aquella amenaza era algo que no podía dejar que Carlisle cumpliera. Ella empuja al Duque para cambiar de posición quedando ahora encima de él y le sostiene las muñecas contra la cama, Carlisle intenta liberarse, pero se sobresalta al sentir que la rubia mueve su cadera contra él, frotando su entrepierna; aquello había tomado por sorpresa al Duque.

—¿de verdad podrá resistir sin mi?— se inclina mordiendo la barbilla del duque.

Carlisle deja escapar un suspiro por el cosquilleo, la princesa le estaba poniendo difícil él ser firme en su decisión.

—si me es difícil solo debo encontrar a otra mujer...no es raro que un noble tenga una o dos amantes, ¿no?— Carlisle sonrió con burla.

Pero su sonrisa se borra cuando siente como las manos de Arya rodean su cuello y aprietan con fuerza, Carlisle puede ver la mirada afilada de la rubia, sus ojos parecían brillar en ese momento.

—primero lo mato antes que ponga sus manos en otra mujer.— grita furiosa.— eres mío, Carlisle Van Der Heijden...desde el momento en el que aceptaste ser mi esposo.

Carlisle siente como su cuello es apretado cortando su respiración, ¿como pudo casarse con una loca?, tomo con fuerzas las manos de Arya para apartarlas de su cuello, y cuando logra liberarse lanza a la chica lejos de él causando que ella se golpee contra el sofá volteando este por la fuerza en la que fue arrojada. Arya se levanta mostrando furiosa y corre hacía Carlisle pero este la sostiene de las manos y la arroja contra el suelo, ella se queja por el golpe, pero, aprovecha la posición para darle una patada en la cara lo que le hace retroceder cubriendo con la mano la mejilla que es donde recibio el golpe y puede sentir la sangre deslizarse por labio.

Arya se puso de pie de nuevo, lista atacar, mientras que Carlisle evita los golpes, incluso le sostiene el puño y no se contiene al lanzarla con fuerza contra algún mueble, Arya hace lo mismo, acertando buenos golpea al Duque, hasta que Carlisle logra sostenerla para tirarla al piso, pero, él cae sobre ella cuando Arya enreda sus piernas en su cintura. Carlisle mantiene quieta a Arya al sostener sus manos contra el piso, mientras ambos respiran agitados y la habitación estaba hecha un desastre.

—alteza...se ha excitado con la pelea...— murmura Arya.

Al tener las piernas enredadas en la cintura del Duque, puede sentir aquel bulto entre los pantalones del chico. Carlisle sonríe y sin decir nada une sus labios en un beso desesperado, inesperadamente esa pelea lo había puesto caliente, era tan excitante ver que su esposa era celosa y agresiva. Él también debe de estar loco por excitarse con algo así.

El beso fue desesperado y apasionado, el cual Arya no dudo en corresponder, entrelanzando sus lenguas y ahogando jadeos. Mientras que Carlisle libera una de las manos de Arya, solo para liberar su propia dureza, la cual enseguida empuja con brusquedad dentro de la chica al solo apartar la ropa interior de esta. Arya rompe el beso dejando salir un jadeo, el placer que recorrió su cuerpo fue tan excitante.

Carlisle empuja con brusquedad cada estocada, sintiendo el placer recorrer su cuerpo cada vez que se mueve dentro y le aprieta de forma exquisita, aumentando su excitación. Sin dejar de moverse, usa los dientes para apartar el escote del camisón y al ver los sen*s expuestos no duda en saborear cada uno, lamiendo y mordiendo mientras se deleita con los jadeos de la rubia.

Arya disfruta el como se mueve dentro suyo, tocando cada parte que la hace estremecer, las estocadas bruscas le daban mayor placer. Carlisle empuja con fuerza, dando un par de embestidas más hasta liberar su semilla dentro de la rubia. La respiración agitada de ambos no impide que culminen el acto con un apasionado beso, aunque Arya ahoga un jadeo entre besos al sentir que Carlisle mueve nuevamente la cadera y crece en su interior, así que sabe, que el acto esta lejos de terminar.

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