Renaciendo De Las Cenizas

Simón y Samuel Salazar estaban frustrados habían estado horas esperando fuera del edificio de lujo donde supuestamente su hermana tenía su residencia, pero el portero no les dio información alguna y les impidió la entrada.

Como se atreve acaso no sabe quiénes somos protesto Simón.

No, quienes son ustedes no tiene relevancia para mí, solo cumplo con mi deber y sin autorización no puedo permitirles la entrada y si no se retiran del lugar me veré en la obligación de llamar a la policía, tras la amenaza no les quedó otra opción que marcharse.

Debemos pensar antes de actuar Simón lo reprendió Samuel quien era el más centrado y calculador de los dos.

Al llegar al hotel uno de los tantos de su propiedad fueron de inmediato a hablar con sus padres.

Eugenia hervía de ira, esa niñita ha ido demasiado lejos.

De cuál niña hablas mamá Saray ya no es una niña y por lo visto se cuida muy bien su espalda, dijo Simon con ironia.

Lo mejor será visitarla en la empresa hablo Saúl quien gasta el momento estaba en silencio.

Mi padre tiene razón secundo Samuel.

Durante la cena planearon como abordarla y arrinconarla hasta que cediera el dinero o hasta la empresa de calzado.

No creo que sea tan sencillo dijo Saúl serio.

Esa estúpida nos lo debe, por años se lucró sin mover un dedo Samuel lo dijo con claro odio en la voz.

Cada uno se fue a la cama con la certeza que al día siguiente lograrían lo que tenían en mente, nada más lejos de la realidad.

En la mañana se prepararon para la visita, vistiendo trajes elegantes, relojes de lujo mientras Eugenia vestía un vestido carolina Herrera, zapatos y bolso Gucci sin mencionar sus accesorios de oro blanco y diamante pretendían intimidarla con su apariencia.

Pero para Saray una mujer fría que no deja intimidar por nada y quien esta acostumbrada a vestir y usar ropa, calzado y accesorios de las mejores marcas esas banalidades no le afectan ni la deslumbran tan fácilmente.

Esa mañana Saray llego media hora antes vestida con una falda lápiz negra con una abertura de lado hasta media pierna, una camisa de seda blanca con botones de oro y unos zapatos únicos diseñados por ella misma.

Sus pendientes de diamante sencillos y un brazalete de oro, dejando ver que menos es más con una elegancia sobria, hermosa y refinada.

Su figura esbelta con curvas perfectamente proporcionales a su estatura, demostraba poder y un cuidado extremo.

Estaba más que preparada para el enfrentamiento que se avecinaba.

Estaba en su oficina cuando llegaron con su habitual arrogancia, creyéndose superior a todos.

Se desconcertaron cuando una empleada los saludo y los condujo a la sala de juntas.

Esto no pinta bien dijo Samuel nervioso.

10 minutos después la puerta fue abierta y por ella ingresaron dos hombres elegantes.

Saúl reconoció a uno de ellos, como el antiguo chofer.

Fidel dijo con incredulidad.

Saúl diría que es un placer verlo, pero seria demasiado hipócrita y no lo soy sonrió con suficiencia sentándose a mano derecha de la silla principal.

La puerta volvió a abrirse Saray entro con paso firme y decidido.

Buen día veo que la familia amorosa a decidió visitarme el tono sarcástico no paso desapercibido, Fidel contuvo la risa.

Eugenia frunció el ceño furioso, pero Saúl le tomó la mano para frenarla.

Bien ya que no creo que sea una visita de reconciliación, quitémonos las mascaras y vayan directo al grano.

La franqueza y el tono frío los descoloco.

Quien te crees para hablarnos de ese modo, somos tus padres la voz de Eugenia resonó cargada de enojo.

El otro hombre quien era el abogado de la empresa abrió los ojos con sorpresa, pero se enderezó al mirar a Fidel.

Jajajaja padres la palabra les queda muy grande principalmente en tu boca Eugenia el tono burlón de Saray la sorprendió.

Hija no venimos en son de guerra hablo Saúl intentando ser conciliador.

Ah no entonces señor Salazar ilumíname, dijo acomodándose en su asiento.

Lo que mi padre quiere decir es que estamos en este lugar para reparar las cosas hablo Samuel en tono condescendiente.

Reparar las cosas dices, hizo una pausa mirándolo fijamente, como cuando me arrojaste por las escaleras hermanito.

Samuel tuvo la decencia de bajar la mirada.

Saben no soy estúpida, ni la niña que buscaba cariño o aprobación de la porquería de familia que me toco, aquella que fue maltratada, humillada, ignorada y doblegada murió lo dijo sin ápice de dolor, ni resentimiento, menos odio, totalmente desprovista de emociones o sentimientos y eso era mucho más aterrador.

Sé perfectamente porque están aquí, dijo apoyando los brazos en la mesa.

Quieren mi dinero, me han buscado por años para despojarme de las acciones que me dejo la abuela o al menos intentarlo, siempre estuvimos varios pasos adelante y borrábamos nuestro rastro muy bien, cuando firmaron el contrato con los estafadores no estuve de acuerdo y decidí vender, supe que ustedes adquirieron mis acciones desde un principio y no me importo, lo que más deseaba era cortar lazos definitivamente, cuando la crisis yo estaba muy tranquila hasta me alegre de sus desgracias.

El rostro de los cuatro se deformó de ira iban a responder, pero Saray los mando a callar, poniéndose de pie le dio orden a su asistente quien entro colocando una carpeta para cada uno.

Que es esto hablo Simón alterado.

Eso, querido Simón es una investigación bastante interesante de ustedes dijo con una sonrisa siniestra.

Creían que podrían manipularme y que les entregara todo lo que he construido, como se nota que no saben quién soy y que en los años que viví en su casa no notaron que no soy fácil de manipular.

La pantalla se encendió en ella se reprodujeron videos, audios imágenes y documentos de todas las transacciones ilegales, cada uno tenía su propia inmundicia.

Como verán estoy al tanto de todo, pero que pasaría si esto llega a las autoridades y los medios, me imagino los titulares corrupción en la prestigiosa Familia Salazar, empresarios o delincuentes y todo desenmascarado por la menor de la familia, sería un gran escándalo sin contar los años de prisión dijo con dramatismo.

El color abandono el rostro de los cuatro, no es posible repetía Eugenia asustada.

Oh si mamita te imaginas tu la gran fashonista Eugenia Salazar con un uniforme naranja serías el último grito de la moda soltó una gran carcajada, de la cara de horror de su progenitora.

Saray las cosas no tienen que ser así, dime que quieres para que todo siga igual, hablo Saúl desesperado.

A ver se tocó la barbilla, ya que mostraste un poquito de compasión y preocupación por mí, voy a ser benévola contigo, quiero que desaparezcan de mi vida de una vez por todas, si intentan algo en mi contra no respondo de las consecuencias, no saben de lo que soy capaz, ni de las conexiones que tengo.

Se les había volteado la tortilla, el plan maestro era lo opuesto y ahora huían despavoridos.

Saray suspiró como quien se despoja de un gran peso.

Crees que se quedaran de brazos cruzados pregunto Fidel.

No, pero lo pensarán muy bien antes de hacer cualquier cosa en mi contra.

El abogado asintió en confirmación.

Señorita Saray no quisiera ser su enemigo, si es así de implacable con su familia no me imagino con alguien que no comparta vinculo alguno.

Créeme no quisieras, es por ello que lo que viste y oíste aquí se queda.

Si señorita no tiene ni que decirlo respondió apresuradamente.