El Italiano Y Yo

(Elieth)

Karlo Me puso con tanta delicadeza en la cama, su brazo esta debajo de mi cuello y con su otra mano no deja de acariciarme.

Esta recostado a mi lado, casi encima mio; pero sin que su peso me oprima. Y es grandioso sentirlo así tan cerca.

En este momento, siento como algo dentro de mí, recorre mi cuerpo entero, no sé que me pasa, pero es algo que me roba todos los pensamientos de cordura, por mí... seria suya en este mismo instante.

El toma un mechón de mi cabello y lo pone detrás de mi oreja, a la vez con sus dedos me roza el lóbulo y es estremecedor.

Hay miles de mariposas, revoloteando en mi estómago y una avalancha de humedad en mi entrepierna.

Esto jamás lo había sentido, por lo que he leído es parte del deseo por ser suya.

Si y es que debo reconocer que no tengo ninguna experiencia, pero si he leído muchas novelas románticas y en muchas de ellas describen los efectos del cuerpo al estar cerca del ser amado.

¡¡Eso me hace suponer, que estoy enamorada!!

Y se siente estupendo, tanto que quiero más.

Entre caricias y miradas, en lo único que puedo pensar es que Karlo me bese.

Lo deseo, lo necesitó, lo anhelo, y es que Él, es lo que siempre soñé, y que Él me de mi primer beso, completará mi sueño.

No me resisto más, tengo que pedírselo.

Aunque no sé si pueda hablar, mi cuerpo tiembla, mi voz sale entrecortada, pero logro expresar mi deseo.

—Karlo...por favor.

Be... besame.

Mis ojos están fijos en sus labios,

Mi cara está que arde.

Estoy como Katniss Everdeen de los juegos del hambre, en llamas, totalmente en llamas.

Y lo que no sé, es como apagar estas llamas.

— Elieth...Mi Amor... necesitaba escuchar eso...— Karlo me dice con una voz extremadamente grave, es como si por alguna razón su voz está aún más varonil de lo que ya es.

Que me llame mi amor, me derrite aún más, este hombre me tiene al borde del colapso, esto que siento es demasiado para mí, pero aun así quiero sentir más.

Karlo, se acerca, toca con su nariz la mía, inspira como si quisiera guardar en su memoria mi aroma.

Su mano libre no deja de acariciarme.

Mis ojos no pierden de vista cada movimiento, acerca sus labios a mi cabeza y besa mi frente con tanta ternura, luego sin ninguna prisa besa mis mejillas y mi nariz, como si está tratando que este momento sea eterno.

Rozando su nariz en mi rostro se va acercando a mi boca, mi boca que está sedienta por probar sus besos.

Al estar a escasos centímetros de mis labios, puedo sentir su aliento tibio y delicioso, veo sus ojos fijos en mis labios

Lo que anhelaba... esta a punto de pasar...

Karlo pega sus labios a los míos, y presiona con tanta ternura y suavidad

Mis labios tiemblan, así como mi cuerpo.

El movimiento de sus labios es lento, pero delicioso y sentir la suavidad con que lo hace me hace saber que quiere disfrutar de mi, como yo quiero disfrutar de El.

Yo obró mi boca con cautela y es en ese momento que Mi Italiano aprovecha, para cambiar el ritmo, del beso tierno y suave a un beso con un poco más de movimiento.

Su lengua se empieza a abrir paso en mi boca, y es algo extremadamente placentero.

El roce de su lengua con la mía, me despierta una serie de sensaciones gloriosas, quizá yo no sé como hacerlo, pero trato de coresponder al toque de su lengua, trato de hacer lo que el hace, y tomar el ritmo que el tiene.

Abro más mi boca para que el sepa que me encanta lo que está haciendo conmigo y que lo estoy disfrutando al máximo y tal parece que mi Italiano entiende mi lenguaje corporal.

Por qué lo que empezó con suavidad y ternura, se está volviendo en un desenfrenado y apasionado movimiento, que me está haciendo gozar el placer más grande que he sentido en toda mi vida.

Aun queriendo seguir pegados no podemos por que el aire nos falta.

Con dificultad nos separamos para respirar por un breve instante, respiramos unos segundo con nuestras frentes pegadas.

Los dos estamos agitados, mi corazón palpita fuerte y mi cuerpo no deja de temblar.

Con premura volvemos a pegarnos, pero esta ves con más deseo, el haber probado el sabor de cada uno nos hace desearnos aun más.

Nunca pensé, que mi primer beso me lo daría un Italiano.

Y menos este Italiano tan bello, es un Príncipe en todo el sentido de la palabra.

No me cabe ninguna duda, que después de tener sus labios pegados a los míos y haber probado su exquisito sabor, no podré dejar de hacerlo, por que este placer no se compara con ningún otro que yo haya sentido.

Quizá se deba a mi inexperiencia, quizá Karlo haya experimentado mejores besos que este.

Aunque yo puedo percibir que Karlo, esta disfrutando tanto como yo.

Es lo mejor que he vivido hasta este momento, y estoy segura que mi primer beso, quedará guardado en mi memoria para siempre.

Y si, fue justo como lo soñé.

Así que, el que diga, que no se vive de sueños, se equivoca, por que soñar da vida, da entusiasmo, da alegría, da felicidad.

Cada ser humano es del tamaño de sus pensamientos y de sus sueños .

por supuesto que muchas veces hay que ir en busca de ellos.

En otras ocasiones el destino y la gracia Divina ayudan.

Yo siempre quice conocer un Italiano.

Para mi hermana era una idea fantasiosa, para mi amiga Emily era un imposible, para mi Madre era una locura, pero para mi era un sueño.

¿Quien diría que un pequeño accidente, sería el inicio del cumplimiento de mi sueño? ¿Quien diría que uno de los Italianitos borrachines sería el hombre que me besaría por primera vez?

Y por Dios Bendito. ¡¡ Que besooo.!!

Yo solo puedo decir.

Se vale Soñar,

Y como se vale, confieso que mi próximo sueño es, quedarme a lado de este Italiano hermoso.

Quizá ahora lo vea imposible, por que se que el es un hombre de otro nivel, de otra clase social, y por si eso fuera poco es de otro continente.

A mí se me haría imposible, ir tras El, cuando se tenga que ir a su país.

Y estoy consciente que pronto debe marcharse, tiene sus hijos que lo esperan.

Me duele solo pensar que pronto, nos separaremos.

Me duele solo imaginarlo lejos, duele saber que solo me quedara el recuerdo del momento más maravilloso de mi vida, el momento en el que El Italiano y yo, nos declaramos nuestro amor a través de un beso.