Me Recordarás

Pasó un mes y mi hija me llamó para avisarme que vendría en una semana con su esposo, así que hoy voy a hablar con Gonzalo para que me permita tomarme unos días y estar con mi hija.

Últimamente el ha estado muy ocupado, Corina ha venido un par de veces, pero no se queda mucho tiempo y yo simplemente me dedico a mi trabajo, no le prestó atención a lo que ella diga o haga, para pelear se necesitan dos y yo tengo muchas cosas que hacer como para prestarle atención a sus arranques de irá.

A la mañana siguiente era mi descanso, fui a preparar a Ana y se la entregué a la enfermera, quien me indico que Pamela me estaba esperando afuera, así que fui a mi cuarto por mi cartera y celular, luego salí, en ese momento iba entrando Gonzalo, al parecer había pasado la noche afuera y apenas iba llegando.

  - Señor Gonzalo, buenos dias-- le dije.

  - buenos días Ana, ¿Ya te vas?-- me preguntó.

  - si, ya hice mi cambio con la enfermera, Ana está muy bien, en estos momentos está tomando su desayuno -- respondí.

  - Gracias -- me dijo.

  - señor Gonzalo, ¿Le puedo pedir un favor especial?-- me atreví a preguntar.

  - claro que sí, dime de qué se trata--

  - Es que mi hija viene de Colombia, con su esposo a visitarme, solo van a ser un par de días, quería saber si podría tomarme esos dias-- le comenté, el me miró pensativo.

  - Está bien, yo descansaré unos días y personalmente me encargaré de Ana, no quiero pasar por la engorrosa situación de buscar un reemplazo por un par de dias-- me contestó.

  - Está bien señor, se lo agradezco -- le dije-- ahora sí me permite me retiro, muchas gracias -- finalicé.

  - ¿Te pasa algo?-- preguntó.

  - No señor, todo está bien-- quise disimular la duda que tenía al saber de dónde venía.

  - venía de la oficina, fue cierre de mes y vamos a tener auditoría mañana, así que me estaba cerciorando que todo estuviera bien-- me explicó.

  - señor, usted no tiene por qué darme explicaciones de nada, no se preocupe, nos vemos mañana, que tenga buen descanso, lo necesita-- sonreí amablemente, pero el me tomó de la mano y me jaló hacia el.

Miró para ambos lados y se cercioró que nadie nos estuviese viendo, luego me recostó a una de las vigas y me dió un beso lleno de deseo, conocía los besos de mi esposo y este en especial estaba lleno de pasión, mi cuerpo tembló pero reaccione de inmediato, empuje suavemente a Gonzalo..

  - ¿Que haces? Estamos a la vista de todos -- le dije.

  - Lo se, y no me importa --

Yo sonreí ante sus palabras -- te estás volviendo descarado señor-- dije.

  - tu me volviste así, ¿Puedo llamarte más tarde para invitarte a salir?-- me preguntó.

  - lo siento, tengo planes con Pamela-- era cierto lo que decía, habíamos llegado a un acuerdo de salir en mis días de descanso.

  - ¿Y puedo saber cuales son sus planes?--

  - quizás vayamos al mismo lugar de la última vez, nos gustó el ambiente -- respondí y el sonrió.

  - si no estoy muy agotado, allá te veré -- me dijo.

  - Pero ella puede darse cuenta de que algo pasa--

  - ¿acaso no confías en tu amiga?--

  - claro que sí, lo digo por ti, no quiero que te sientas incómodo-- le aclaré.

  - no te preocupes, es un riesgo que quiero correr-- finalizó guiñándome un ojo.

Nos despedimos y yo salí a encontrarme con Pamela quien estaba parada fuera de su auto, recostada en el capo.

  - casi que no sales, ¿Te entretuvo tu querido jefecito?-- dijo en tono burlón.

  - muy graciosa señorita Pamela Ruiz-- dije y ella comenzó a reír.

  - entonces, donde le vas a invitar a desayunar -- preguntó.

  - No se, elige un lugar al que quieras ir -- le dije y ella sonrió.

Fuimos al lugar al que ella quiso, desayunamos y fuimos a casa.

  - ¿Hoy tienes que trabajar?-- le pregunté.

  - no, hoy me dieron descanso, ya llevaba dos semanas trabajando de recorrido -- respondió.

  - ok, entonces eso es perfecto, podremos descansar--

  - claro que vamos a descansar, Pero recuerda muy bien que tenemos planes está noche -- me advirtió y yo sonreí.

  - pensé que lo habías olvidado -- dije y ella negó con la cabeza.

  - jamás, es nuestro momento de esparcimiento, de renovar energías, de sentirnos jóvenes y llenas de vida--

  - pues lamento informarte que jóvenes ya no somos -- le recordé.

  - claro que sí, estamos en nuestros segundos veintes, no lo olvides -- me recalcó.

Después de hablar me fui a descansar, Pamela se puso a hacer aseo, a pesar que he dormido bien, me siento un poco agotada por las diversas actividades que realizamos con Ana en su casa.

Dormi por tres horas seguidas, al levantarme me di cuenta que ya era medio día, me tomé una ducha y sali a la sala, el olor de un delicioso sudado de pollo lleno mis fosas nasales, Pamela estaba terminando de hacer el almuerzo.

  - Aquí huele a Colombia-- le dije.

  - si, hace rato no preparaba nada de esto, pero estar contigo me motiva a cocinar, espero que te guste-- me dijo mientras destapaba la olla y comenzaba a servir.

Almorzamos delicioso, le agradecí a Pamela y fui a lavar los platos y a organizar la cocina en cuanto terminamos, luego decidimos salir a hacer un poco de mercado.

Pague la mayoría de las compras, aunque no me la pase en casa igual doy mi aporte por agradecimiento con ella, la verdad ha sido de mucha ayuda, al llegar a casa guardamos todo y nos sentamos en el sofá, aún era temprano y teníamos el tiempo suficiente para prepararnos y salír, he salido más en estos momentos que en mi juventud, y me agrada, lo estoy disfrutando.