Fernanda siempre creyó que Víctor era su mate, su pareja destinada, un vínculo sagrado que ningún hombre lobo podía romper. Pero su mundo se desmorona al descubrirlo en los brazos de Natalia, su propia hermana, en un acto de traición que rompe no solo su corazón, sino el frágil equilibrio de la manada.
Devastada y sintiendo que algo oscuro ha corrompido el vínculo que los unía, Fernanda huye del territorio en busca de respuestas. En su camino encuentra a Marcus, un hombre lobo renegado que fue desterrado injustamente como alfa de su manada. Él también lleva el peso de una traición que cambió su vida para siempre. Unidos por el dolor y la necesidad de justicia, Marcus se convierte en un aliado inesperado para Fernanda.
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Historia y secretos
Fernanda decidida averiguar la historia detrás de la diosa Selena y Eisha y el mejor lugar que había para encontrar información era la biblioteca, un santuario de penumbra y sabiduría ancestral. Las estanterías colmadas de libros antiguos se alzaban hasta el techo, y la tenue luz de la lámpara apenas iluminaba las páginas amarillentas del volumen que tenía entre manos. Sentía la urgencia vibrando en su interior desde la aparición de Selene. Había demasiadas preguntas sin respuesta, demasiados peligros acechando. Debía encontrar un modo de proteger a los suyos. Debía descubrir cómo derrotar a Eisha.
Pasó una página de "Las Crónicas de los Hijos de la Luna", conteniendo el aliento. Las palabras hablaban de Selene y Eisha, hermanas y creadoras. Juntas dieron forma a los hombres lobo: Selene con su luz, Eisha con su sombra. Pero la devoción de los suyos por Selene sembró resentimiento en el corazón de Eisha. Desde entonces, buscaba corromper lo que su hermana había edificado, manipulando a los más débiles para convertirlos en instrumentos de caos.
—No quiere solo destruirnos susurró Fernanda. Quiere apagar la luz de todo lo que toca.
Un gruñido suave retumbó en su mente. Sacha, su loba interior, le habló con un tono grave y urgente.
—Esto no es solo historia, Fernanda. Está ocurriendo ahora. La oscuridad ya ha llegado a la manada de Víctor.
El libro se cerró de golpe entre sus manos. No era una advertencia, era un hecho. Afuera, el bosque parecía contener la respiración. Algo acechaba en las sombras.
Se puso de pie de inmediato y se dirigió al salón. Encontró a Marcus frente a la chimenea, su mirada fija en las llamas. Su expresión reflejaba cansancio, pero en cuanto la vio, se irguió, alerta.
—¿Qué sucede? preguntó con gravedad.
Fernanda se sentó frente a él, aferrando el libro como un ancla.
—He estado leyendo sobre Selene y Eisha. Hay cosas que necesitas saber.
Marcus se inclinó hacia adelante, en silencio, invitándola a continuar.
Ella le habló de las hermanas, del equilibrio perdido y de la ambición de Eisha. Al escucharla, la mandíbula de Marcus se tensó. Cuando Fernanda terminó, sus ojos se encontraron con los de él.
—Eisha no solo quiere vencernos. Quiere erradicar todo lo que representa Selene. Y Natalia y Víctor... son solo piezas en su tablero. Su alcance es mayor de lo que imaginamos.
Marcus se pasó una mano por el cabello, su gesto un reflejo del peso que cargaba.
—Sabía que la batalla sería difícil. Pero si Eisha ya ha movido sus fichas, no tenemos mucho tiempo.
Fernanda asintió. Sentía el peso de la responsabilidad hundiéndose en su pecho.
—Selene me dijo que fuimos elegidos para enfrentarla. Pero, Marcus... no sé si estoy lista.
Él sostuvo su mirada con intensidad.
—Nadie lo está. Pero no estamos solos. Juntos, encontraremos la forma.
El viento golpeó con fuerza las ventanas, haciendo crujir la madera. La luna bañaba el bosque con su luz plateada, pero la oscuridad latía en su interior. Marcus se puso de pie de un salto, alerta.
—Está comenzando murmuró.
Fernanda sintió a Sacha rugir dentro de ella.
—No podemos esperar más.
Se miraron por un instante. La guerra era inevitable. Y ellos eran la primera línea de defensa.
