Minnie Watson es una hermosa heredera, deseada por muchos, pero poco le importaba esto a ella, lo único que quiere es que su padre se sienta orgulloso de ella ya que el vive amargado por no haber tenido un hijo, por el contrario tuvo dos hijas, desde pequeña Minnie se esforzó por hacer todo por su padre, seguir su ejemplo, estudiar para manejar la empresa de la familia, esto hasta que su padre la obliga a casarse con el millonario Ronald Green para unir empresas, pero lo que ella pensó que sería un matrimonio infeliz, se vuelve un matrimonio muy beneficioso para ambos.
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La Quiero a Ella
RONALD GREEN
Para Ronald, el romance era lo último en su lista de tareas, nunca había tenido tiempo para esto, creció con su madre Julie, una madre soltera a quien le había roto el corazón, su padre biológico se marchó cuando Ronald tenía 2 años, la verdad ni lo recordaba, desde eso Julie se había esforzado por darle lo mejor a su hijo, trabajaba en casas haciendo limpieza, de cocinera, planchando y más, pero siempre con una mirada triste, ver el esfuerzo de su madre había hecho que Ronald, se esforzará por salir adelante y ayudarla a ella, siempre fui un niño serio, con pocos amigos, se esforzaba en sus clases y así ganó becas, se graduó muy joven y en la universidad también fue becado, mientras trabajaba como domiciliario o mesero, rápidamente empezó a trabajar en empresas siendo asistente o secretario y esto fue ayudando a que tuviera conocimientos, cuando se graduó de la universidad ya había creado su propia empresa que creció rápidamente por sus habilidades empresariales, esa era la razón por la que a sus 30 años era uno de los hombres más exitosos y millonarios del país, le había dado a su madre la vida que merecía y él también la estaba viviendo.
El moreno fue a visitar a su madre vivía junto a una de sus hermanas entre el campo y la ciudad en una hermosa casa.
-Hijo mío, que feliz me hace verte, ahora mantienes demasiado ocupado -fijo la mujer pensando las mejillas de su hijo.
-Lo sé mamá, lo siento, mi trabajo me ocupa mucho, ¿y la tía Molly? -dijo el moreno.
-Oh salió con un hombre de su club de ajedrez, se volvió a enamorar después de vieja -dijo la mujer riendo.
-¿Y tu mamá? Nunca te he conocido un novio -dijo él.
-Ay mi vida, solo me enamoré una vez y no salió bien, ya estoy muy vieja para eso -le respondió ella- por el contrario, tú estás muy joven y aún no sabes lo que es el amor, quiero verte feliz también en tu vida personal no solo en la laboral, con una hermosa novia que te ame, talvez un matrimonio a futuro e hijos, sabes creo que sería una gran abuela.
-Debemos esperar mamá, dejemos que la vida nos sorprenda -dijo él.
Ronald salió rumbo a su compañía pensando en las palabras de su madre, era cierto que jamás se había enamorado, había tenido muchas compañeras sexuales durante su adolescencia y etapa universitaria, desde hace un tiempo dejó eso atrás y tuvo amantes a largo tiempo, actualmente su amante era Emma, Ronald sabía que la chica lo amaba y deseaba mucho más que un acoston con él, pero Ronald no sentía nada más que un deseo sexual, de hecho era una de las razones por las que había pensado en terminar esa relación, ella era una buena chica y él no le podía dar lo mismo que ella quería.
Al llegar a su empresa, Ronald trabajo un largo rato, de hecho olvidó almorzar, cuando vio la hora, era el momento de ir donde uno de sus colegas, un hombre de mediana edad con el que Ronald había hecho negocios antes, Gabriel Watson, esta vez el hombre dejaba algo más que un negocio, el hombre quería unir empresas, aunque quería hacer ver que algo estaba bien en esta unión, la verdadera razón era que las empresas de Gabriel estaban pasando una mala racha económica, Ronald asistiría a la junta por educación, pero sabía que su respuesta sería no, unir empresas no sería beneficioso para él.
Cuando llego a la compañía de Gabriel, estaba un poco retrasado, iba con su hombre de confianza Harry, era lo más cercano a un amigo que tenía, una bonita chica lo hizo entrar a la oficina junto a Harry, vio a Gabriel y a otro chico que se presentó como Daniel, pero la tercera persona dejó a Ronald sin palabras, Minnie era la mujer más hermosa que había visto, cuando tomó su mano sintió electricidad y aunque el resto de la reunión, Gabriel, el idiota de Daniel que no paraba de ver a Minnie y esta que se había presentado como la hija menor de Gabriel, no dejaron de explicarle a Ronald los beneficios de unir empresas, Ronald solo pudo pensar en Minnie, además de observarla, tenía un rostro y un cuerpo perfecto, parecía una muñeca de porcelana, era muy inteligente, y se mostraba segura, aunque Ronald noto algo de tristeza en sus ojos.
Al terminar la reunión su única respuesta fue que lo pensaría, noto que Gabriel trataba a su hija con algo de desprecio que trataba de disimular, sentía un impulso por golpear a Gabriel y tomar a la hermosa rubia entre sus brazos, se despidió de ella con un poco de coqueteo y ella se sonrojó eso era una buena señal.
Al salir del lugar, le ordeno a Harry que investigara a la chica y a su padre.
-No quiero ser metido Ronald, pero puedo preguntar, ¿porque? -le respondió Harry.
-Porque es ella, Harry, es la mujer con la que voy a pasar el resto de mi vida, la quiero a ella -aseguro Ronald mirando a la nada, pensando en su futuro con la rubia.
