Esta novela nos habla un poco sobre el romance juvenil y ese gran amor que nunca fue, una chica con grandes sueños y mucho amor pero entregado al hombre incorrecto.
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CAPITULO XIX
Volvieron los días normales en la universidad. Todo estaba igual, solo que alguien no me hablaba y que nos ignorábamos mutuamente. Casi nadie sabía que habíamos terminado, solo nuestro círculo de amigos, pero fui muy clara en que no quería que ninguna otra amistad se arruinara por esto.
Tiempo después, por chisme como en todos lados, me enteré de que estaba diciendo cosas de mí: que le había sido infiel, que lo ilusioné, que era una mentirosa. Personas cercanas a él me lo decían, y para mí era como: ¿en serio? ¿Hablando mal de una mujer? ¿Y de la única persona que estuvo para ti? Desagradecido.
Obviamente yo no quería quedar como la mala cuando ni siquiera hice nada de lo que dicen, así que un día en la universidad lo paré y le dije todo lo que tenía que decirle. Me dijo que no había dicho nada y que eso no era de hombres, así que le creí como la estúpida que soy.
Pero siguieron llegando chismes a mí, y me estaba cansando de eso, porque estaba quedando mal yo y no me gustaba andar en chismes.
—Estás buscando una excusa para hablarle, deja eso así —me decía Sebas.
—¡Que nooo! No es excusa, solo no quiero quedar mal en esta historia —le respondí.
Luego busqué a Josh, lo agarré de la mano, me lo llevé y lo senté.
—Tenemos que hablar —le dije.
Y ahí empecé a decirle todos los chismes que habían llegado a mí y aclarándole todo. Duramos casi una hora hablando e intercambiando discursos, y lo último que dijo fue:
—Dentro de la universidad somos compañeros, fuera de ella desconocidos. —Auch—. Pero ya que aclaramos las cosas, puedo pensarlo.
—Gracias por tu tiempo —le dije, y sin más se levantó y se fue.
Toda la conversación siguió rondando por mi cabeza. Ese "puedo pensarlo" no sabía en sí a qué se refería. ¿Me volvería a hablar? No lo sabía, y todo me estaba carcomiendo. Estaba entrando en un pozo hondo y oscuro del cual creía ya haber salido. Cada día me hacía más falta: el no poder escribirle, no tenerlo en mi casa fastidiando, tener que verlo todos los días y que hiciéramos como si ni existiéramos. Todo era una mrd. Me estaba matando por sí sola y sufriendo mi "primer amor de verdad" a flor de piel.
Dejé la poca dignidad que me quedaba escribiéndole cada vez que me entraba la nostalgia. Intentaba convencerlo de volver a la amistad; era lo único que necesitaba para volver a sentir ese calorcito en mi vida. Pero cada vez que lo intentaba, su respuesta era un no, y era lo que más me dolía, porque a él parecía no importarle absolutamente nada. A él no le dolía ni un poco perderme, y yo estaba muriendo en vida por un poco de su afecto. Ush, me escucho patética.
Josh —Mira, sé que no ha pasado mucho desde la última conversación que tuvimos, pero la verdad ninguno de los dos se siente bien con la situación, y lo mejor será que no insistas más. Lo mejor sería que dejes todo así y ya, porque la verdad no es sano para ninguno de los dos esta situación. Entonces, seque esas lágrimas y siga pa' delante, que aún le espera un futuro por delante. Nuestra relación no fue la mejor ni la más bonita, pero me gustó haber compartido contigo ese poco tiempo. Pero creo que fue muy apresurado, y creo que no éramos aún el uno para el otro. Creo que tú tienes mucho que superar y aprender, y yo tengo mucho que sanar y volver a confiar. Entonces, lo mejor será que dejemos las cosas así, y que Dios te cuide siempre y que te toque algo mucho mejor más adelante. Cuídate, come y duerme bien.
Era su única respuesta después de insistirle e insistirle. Pero yo, no, no me cansaba de humillarme y arrastrarme por una pizca de su afecto, cosa que ni iba a pasar.
—Perdón por escribirte y más a esta hora. Sé que no debo, y muchísimas personas me han dicho que no te escriba ni te jale más, incluso tú. Pero de verdad te extraño demasiado. Sé que me estoy humillando al hacer esto, porque sé que no contestarás y que tampoco tienes intención de volverme a hablar, pero es que TE EXTRAÑO...
He pasado la semana más aburrida de mi vida porque no tengo a mi persona favorita para fastidiar y contarle cosas. Y perdóname por molestarte a esta hora, pero se me ha hecho muy difícil no hacerlo. Estoy dejando todo mi orgullo al hacerlo, y sé que alguien me dirá algo por escribirte, pero tenía que hacerlo. Quisiera saber cómo haces para que parezca tan fácil soltar todo. Sé que dijiste que no insistiera y que siguiera con mi vida, y te juro que eso intento, pero se me hace muy difícil. Y no sé qué cosa hice tan mal para estar pagando esto, porque he perdido muchas cosas, pero no te quería perder a ti. Y perdón de nuevo, no vuelvo a escribir. Solo necesitaba, no sé... desahogarme.
Ya no había respuestas, y yo lloraba todas las noches, sola o en los brazos de mi madre. Ella tenía que ver a su hija destrozada... Cada día era uno peor que el otro.
*****
"Es triste ver la noche caer. Es lindo ver la luna y las estrellas, pero es triste saber que cuando el cielo se oscurece quedas sol@ en tu habitación con absoluto silencio. Tanto silencio que las voces de tu cabeza se empiezan a escuchar. Escuchas los grillos cantar, pero el control lo tienen las voces, esas que no se callan y solo te hieren, e hieren tanto como cualquier golpe físico. Esas voces que te dicen cuán mal@ eres, hasta la posibilidad de hacerte llorar sin poder parar. Las lágrimas caen sin cesar, tu cuerpo tiembla, la respiración se corta y no puedes ni hablar. Esa horrible sensación... ¿Y lo peor?
Saber que estás sol@, sin nadie que te pueda abrazar y decirte que todo va a estar bien."
Jean_books 14/10/24.