El Hilo Negro Que Forja Mi Destino

Capítulo 19

Por favor voz misteriosa, ayúdame esta vez.

La salida estaba bloqueada en su totalidad, Anneliese suspiró, ¿cómo había llegado a esa situación?

Piensa Anneliese Ross, piensa.

Levantándose en sus piernas débiles y con el dolor en sus pantorrillas, lentamente se arrastró a la salida cubierta tratando de gritar escombros como lo eran tablas pequeñas, rocas medianas y tratando de mover escombros gigantes.

Pero parecía imposible a sus ojos, cada escombro movido parecía aumentar y triplicar su tamaño, sin contar el fuego que comenzaba a extenderse por la ventana y consumir el interior de la habitación.

El calor aumentó y sus manos parecían quemarse, porque algunos escombros necesitaban ser removidos y apagar el poco fuego que comenzaba a consumirlo, entonces con un arapo rasgado de su vestido ya sucio cubrió sus manos y apagó el fuego bruscamente, tratando de hacer un pequeño agujero y poder salir por allí.

Pero no, contrario a sus pensamientos nada parecía disminuir, la pila de basura consumida y estrellada seguía apilándose por montones en la salida cubierta. Sus esfuerzos eran en vano y sus manos comenzaban a demostrar el sobre esfuerzo que estaba haciendo.

Pero no importaba, porque debía sobrevivir, quería salir de ese lugar lleno de humo y escapar, quería huir de las llamas devastadoras, quería limpiarse las manos y olvidar aquella terrible pesadilla de la que parecía no podría salir.

—Por favor, solo d-disminuye un poco.

Aquel susurro inaudible se quedó en el aire y se perdió en el humo, porque no había nadie allí cercano para ayudarla ni que fuera capaz de escuchar sus lamentos.

—¡Cof, Cof, Cof!

Tosió agresivamente y sintió su garganta rasgarse, respirar en ese entorno era como beber veneno o caminar por una cuerda floja, sus pulmones ardían de tal manera que sentía que se saldrían de su pecho y quemarían al instante, pero no sería posible, aquello no podría pasar ni en la peor de sus pesadillas.

Ser consumida por una llama ardiente imposible de detener parecía el pésimo final de un mal cuento, y ella no podría morir de esa manera.

‘Crash, crash’

Tomando una tela superior en su vestido ya roto, Anneliese rompió agresivamente una de las partes de la falda menos sucias y contaminada y cubrió su nariz con ella.

Parte de su muslo derecho quedó descubierto y expuesto al calor infernal del lugar.

‘Click’

La capa fue desabotonada y enredada entre sus manos, aquel pedazo de tela inútil con el que había rodeado su cuerpo y cubierto su identidad que había sido desechada rápidamente.

‘Crack, crack, crack’

Tomando una varilla mal ajustada que sobresalía del suelo, Anneliese comenzó a golpear y mover las cosas empleando la mayor parte de su fuerza en los tablones gigantes y las partes de paredes destrozadas, incluso el marco ya destruido de la puerta.

Golpe, golpe, golpe, golpe.

Cada vez que golpeaba fuertemente contra el tablón más grande que cubrió la puerta mas colapsaba la salida cubierta, tirando con ella pequeños escombros y rocas pequeñas que chocaban contra su rostro y advertían de su pronto colapsó.

—Ah, n-no, aún n-no, yo aún puedo. Por favor, n-no, no col-apses. P-por favor.

Las palmas de sus manos sangraron y mancharon la tela oscura que protegía sus palmas, la vara se rompió y la entrada pareció colapsar más. Era imposible.

Anneliese Ross, esta vez no serás capaz de escapar de allí. Porque esta vez, ni Zack ni Alphonse estaban allí para ayudarla.

Su cuerpo ya cansado, se derrumbó y su cabeza tocó el suelo, ya no tenía fuerzas para seguir, ¿de verdad moriría de esa manera tan escandalosa y dolorosa? Si.

Porque ella había evitado morir antes y esta vez no tendría un arco para defenderse cuando el enemigo era la naturaleza misma. Está vez el destino tendría preparada una muerte segura para sí misma. Tenía miedo.

Demasiado miedo comenzaba a manifestarse y su pecho comenzó a temblar, su garganta a desgarrarse y su boca a toser, porque era imposible. Lo había intentado y ya no podía más. No tenía fuerzas y tampoco alternativas.

Era como si una fuerza externa la estuviese obligando a permanecer en el lugar, si lo pensaba con calma, había intentado escapar de la habitación de todas las maneras posibles y existentes, pero algo hacía que cada segundo más la habitación se derrumbara y colapsara a pesar de ser una de las más lejanas y con menor impacto en un momento.

Pero en ese momento parecía ser la habitación en que se había generado el impacto y que en un principio debió entrar, porque el fuego ya estaba consumiendo por completo la habitación y sus llamas vivaces comían todo a su paso. Algo estaba mal.

Pero su cabeza dolorosa no podía pensar en algo más al respecto.

—Louise.

—N-no soy Louise.

—Louise.

Una voz lejana que reconocía se empezó a escuchar y resonar en el lugar. Junto a sus pasó la mujer de cabellos rubios y ojos azules se acercó a su cuerpo falleciendo.

—¿Vas a morir de esta manera, Louise?

—N-no soy Louise.

—¿No es esta escena conocida a tus ojos?

—Cierra la boca, Louise. Cof, T-tú eres la verdadera Louise.

—Solo soy un rastro de lo que fue, ya no existo, Anneliese.

—¿P-por qué?, ¿Enton-ces p-porque?

Sus lágrimas brotaron finalmente de sus ojos y la mujer a su lado sonrió. No podía soportar más la situación y tenía un miedo inmenso de morir, porque toda persona tiene miedo a su muerte, y más a la manera en que puede morir, y ella no era la excepción.

Entonces de sus labios salieron sollozos desgarradores y de sus ojos brotaron lágrimas llenas de terror. Por más que lo intentara no había solución y por más que la buscara parecía huir de sus manos.

—¿Lloras ahora?

La voz suave pregunto y se sentó a su lado, sus sollozos se hicieron más suaves y su garganta se desgarró. No podía contestar a la imagen que su cabeza estaba fabricando, tampoco encontraba en si misma la fuerza existente para hacerlo.

Quizás realmente estaba muriendo, porque estaba fabricando imágenes imposibles de ver en su cabeza.

—Despierta, Anneliese, ¿Lo olvidaste?

Su llanto se detuvo ante un brillo descomunal que pareció relucir en el rostro de la silueta fabricada. Sus ojos antes azules brillaron en un tono dorado. Un brillo que pareció expandirse por todo su rostro e iluminarlo desastrosamente.

—Llámalo a él, Anneliese.

—¿Q-quién?

—Agness, llámalo Anneliese, él te ayudará.

Sus ojos brillosos iluminaron el lugar y se esfumaron, el humo pareció disminuir y aclarar sus ojos. Sus pulmones parecieron llenarse de aire fresco.

—¡Ah!

‘Llama a Agness’

Agness, Agness, Agness. ¿Quién es Agness?

—A-Agness…¿?

Silencio, nada se escuchó. Nada sucedió. Nada pasó. Aquella criatura mística que podría ayudarla no se manifestó.

— A-Agness, ¿po-podrías a-ayudarme?

Silencio. Nuevamente un silencio infernal invadió el lugar. Sus rodillas rozando el suelo casposo se sintieron débiles, esa criatura no respondería.

—¿Realmente, realmente no responderás? Agness.

‘Rose, cierra la boca’

La voz profunda y ahogada que había escuchado en susurros al fondo de su cabeza había resonado continuamente.

—Que clase de saludo es ese.

¿Realmente era lo único que podía articular en esa situación tan preocupante? ¿Cuando el fuego se extendía y consumía todo a su alrededor? Bien hecho, Anneliese Ross.

‘Rose, ¿qué sucede?’

Nuevamente la voz se manifestó en su cabeza. Tomando aire profundamente, Anneliese Ross decidió pedir ayuda aunque probablemente sería tachada como una loca.

—Y-yo. Por favor ayúdame a salir de aquí.

‘No puedo’

— ¿Qué? O-oh no. ¿Que, que puedo hacer entonces?

‘Busca, Rose’

— ¿Qué…?, ¿qué puedo buscar?

‘La salida’

—A-ah.

Era su fin.

Pero para su sorpresa, a sus piernas había vuelto una fuerza abrazadora y sentía la necesidad de buscar y rebuscar en aquel lugar cada vez más consumido.

‘¡Muévete!’

Aquel grito que resonó en su cabeza la hizo pegar un salto debido a la sorpresa.

‘Crash’

Una columna que sostenía el techo del lugar se desplomó en el lugar en que antes estaba sentada.

—A-ah, ¿qué?

‘Busca, Anneliese’

—S-si.

‘El suelo, busca en el suelo’

Si. Debía buscar. Su cuerpo ya de rodillas comenzó a arrastrase y quitar todos los escombros que cubrían el lugar. En lo más profundo del suelo un pequeño agujero del tamaño de su puño dejaba ver la salida.

—¡Ah!

Anneliese grito de felicidad. Sus manos ya magulladas debido al peso comenzaron a cavar y quitar todo aquello que impedía su salida. Sus manos dolían debido a la rapidez con que agarraba y arrojaba las cosas.

—P-por favor. Un poco más.

El agujero aumentaba su tamaño y algunas rocas mínimas comenzaban a caer sobre su cabeza, pero no importaba, porque su única salida y posible supervivencia comenzaba a avisarse en el lugar.

Finalmente, con un pequeño agujero en donde probablemente cabía su cabeza, se encogió de hombro y empezó a deslizarse, sintiendo el temblor de los escombros sobre su pecho.

Deslizándose lo más rápidamente que le fue posible, finalmente sus pies escaparon del pequeño agujero y el lugar colapsó.

‘Punk, Punk, punk’

Los tablones, rocas y grandes pilares se derrumbaron e inevitablemente cubrió su rostro con sus brazos y todo callo de manera deshorbitante. La habitación había colapsado apenas había escapado del lugar.

—Puaj.

Su nariz fue capaz de respirar aire limpio, (No realmente) y su corazón pudo calmarse finalmente.

Estaba fuera de la habitación y podía huir de manera correcta del lugar.

—Gracias, Agness.

Susurró al aire pero no hubo respuesta.

—Hiick.

Al intentar levantarse del lugar, sus piernas se derrumbaron y chocaron duramente contra el suelo. Su pierna descubierta tenía un gran corte desde su muslo hasta su pantorrilla, la sangre manchaba su piel ya sucia, impidiendo que le fuera imposible levantarse.

—¡Ah!

Un gemido de cansancio se escapó de su boca, la necesidad de descansar un segundo y no poder hacerlo era grande, pero el fuego se expandía a lo largo del pasillo y le era imposible.

—¡Buah, Buah!

Los sollozos de alguien se escucharon cercanos y alteraron sus sentidos. ¿Que estaba sucediendo?

Sus intentos de buscar aquel llanto que provenía de algún lugar eran frenados debido a el dolor insoportable que se manifestaba su pierna, pero, el trozo de pelo aún envuelto en sus manos fue cubierto por la tela. Frenando el sangrado escandaloso que frotaba de su herida.

Apoyándose en la pared, se arrastró forzosamente al llanto suave, cercano que estaba cruzando el pasillo.

Un niño pequeño, demasiado a su parecer lloraba y gritaba sin parar. Debido a que un tablón evitaba su salida y estaba encendido en llamas.

El niño era de una tez morena clara y lloraba fuertemente, su tamaño era diminuto, ¿Podría tener unos cuatro años? No, incluso parecía más joven.

— ¡Hermano, hermano ¿dónde estás?!

Sus lágrimas no paraban de brotar y su corazón se aplastaba debido a su llanto.

‘—Hermana, Hermana, ¡Por favor sal pronto’

Su mente se nubló y su cuerpo casi colapsó, aquel recuerdo borroso se manifestó en su cabeza y agitó sus sentidos.

— Tu, Esta bien.

Su voz fue un susurro suave que fue tomado como un suave canto para el pequeño, quien detuvo su llanto y se tranquilizó gradualmente.

—Y-yo. Yo necesito ayuda.

Su llanto regresó y el fuego aumentó.

—Lo sé. Vendrás a mi.

—N-no, no puedo.

El fuego aumentó.

— Puedes hacerlo, saldrás por aquí y yo te agarraré. No pasará nada.

Anneliese se arrodilló y tomó el tamaño del pequeño triángulo que se avisaba debido al cruce del tablón encendido. El pequeño dudo. Pero la figura femenina y paciente de Anneliese le hizo dar un paso.

— N-no, no te vayas.

— No me iré.

Anneliese respondió, levantando sus brazos a la posición del pequeño, esperando que el pequeño bebé caminara a su figura.

— Ven a mi.

Sintiendo la figura de su madre en la mujer, el pequeño gateo por el agujero lentamente, costándole bastante el levantar sus manitas y arrastras sus rodillas. Sus pasos eran lentos, pero eran firmes y seguros.

Sus pequeñas manitas se extendieron a Anneliese una vez la mitad de su cuerpo cruzaba el tablón, dándole la oportunidad para arrastrarlo y atraerlo a sus brazos.

‘Crack’

El fuego se expandió y consumió el rincón en donde antes se encontraba el pequeño.

Anneliese tembló, porque aún no había escapado del lugar y había niños ahí adentro.

Debía hacer algo al respecto.