ELNORA

Al día siguiente, Lora fue vista jugando con una niña pequeña. Desde la distancia, vio a una niña pequeña llamada Lula corriendo tras una mariposa.

Lora sonrió al ver la felicidad de la niña. Al ver a Lula, pudo verse a sí misma de niña. Sonriendo sin preocupaciones, rodeada de gente que la quería. Lora prometió seguir cuidando esa sonrisa.

Y de repente, sus ensoñaciones se disiparon y se sorprendió por un beso y una caricia que recibió.

"Buenas tardes, cariño", dijo el hombre y ella le devolvió la sonrisa.

"¿Cómo estás? ¿Lula te está molestando? ¿Te estás divirtiendo con ese conejito?" preguntó el hombre.

"No, Lula no me molesta y sí, nos estamos divirtiendo", respondió Elnora con una sonrisa sincera.

"Ah, sí, cariño, ¿cómo va tu boutique? ¿Va todo bien?" preguntó el hombre a Elnora.

"Todo va bien", dijo ella.

"Me alegro si es así", respondió el hombre.

"Felicitaciones, la exposición de joyas de ayer fue un éxito. Eres genial, pudiste hacer que esas damas de la alta sociedad se pelearan por tener un diseño que tú hiciste", dijo el hombre mientras besaba la cabeza de Lora.

"Jeje, ¿quién más podría ser?" se jactó Lora.

"Eres tú", dijo el hombre con cariño mientras tiraba de las mejillas regordetas de Lora.

"Lora", llamó el hombre.

Lora, al ser llamada, solo miró al hombre maduro frente a ella.

"Ota ha escuchado la historia de Aura. ¿Estás segura?"

"Si no estás lista, por favor no te obligues. Ota no quiere verte triste de nuevo", dijo el hombre mientras acariciaba la mejilla de Lora.

Lora, al ser preguntada, se quedó en silencio. Y tomó la mano del hombre que estaba en su mejilla.

"Ota, no te preocupes. Lora está lista Ota, y es cierto lo que dice la hermana Aura. Lora no debería seguir escondiéndose", dijo Lora para tranquilizar al hombre frente a ella.

"Pero ¿qué pasa con la gente de tu pasado? ¿Estás lista para encontrarte con ellos?" preguntó el hombre.

"Hmmm, Lora está lista. Lora se enfrentará a todo. Además, Lora ya es grande, así que es capaz de enfrentarlo", dijo Lora mientras se jactaba de sí misma.

"Ish, eres tú", dijo el hombre abrazando cariñosamente a Lora mientras besaba su cabeza.

"Appa", gritó la niña pequeña, haciendo que se separaran del abrazo.

Cuando la niña corrió hacia el hombre adulto y fue recibida inmediatamente con un abrazo por el hombre.

"Ahh, la hija de Appa", dijo el hombre y besó toda la cara de su hija.

"Jajaja, Appa, para", dijo la niña porque le daba cosquillas.

"Ok, ok, Appa se detendrá. Pero dale a Appa un beso dulce aquí", dijo el papá señalando su mejilla.

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"Listo", dijo la niña.

"Gracias, cariño", dijo el Appa y fue respondido con una dulce sonrisa de los labios de la niña.

"Oh sí, ¿la hija de Appa se portó mal? ¿La hija de Appa le dio problemas a mimo?" preguntó el Appa a su hija.

"No", dijo ella mientras negaba con la cabeza.

"Lula no se porta mal, ¿verdad, mimo?" dijo la niña a Elnora.

"Sí, la hija de mimo no se porta mal", dijo Elnora mientras besaba a la niña de cinco años en los brazos de su Appa.

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La noche ha llegado, ahora están reunidos en la sala de estar. Están viendo la televisión con Elnora apoyada en el hombro del hombre y Lula, la niña pequeña, acostada sobre el muslo de la hermosa mujer a la que llama buna.

"Buna, antes. Lula y mimo se divirtieron mucho jugando", contó Lula, la niña pequeña.

"Oh sí, ¿a qué jugó Lula con mimo?" preguntó la mujer que se llamaba buna.

"Lula jugó a las cocinitas, a correr. De todo, buna".

"Oh sí, Lula y mimo también comieron helado", contó la niña a su buna.

"Vaya, qué bien. ¿La hija de buna comió mucho helado?" preguntó la buna a la niña en su regazo.

"Sí, buna, Lula comió mucho helado. Lula... Uppsss", contó la niña alegremente mientras se levantaba del regazo de su buna e inmediatamente se cubrió la boca con sus dos pequeñas manos.

"Oooo... Qué bien. Buna dijo que no comieras mucho helado. No lo obedeciste", dijo su buna y miró a la niña y a Elnora.

"Otra vez tú", dijo la mujer que se llamaba buna pellizcando suavemente la mejilla de Lora.

"Jejeje, lo siento Taca. Lora se equivocó", sonrió Lora.

"No hay errores. ¿Qué pasa si ustedes dos se enferman?" dijo la buna con fiereza.

"A partir de ahora, buna los castigará a ustedes dos sin poder comer helado durante una semana, no, no, sino durante un mes", dijo la hermosa mujer.

"No hay protestas", dijo la buna al ver que los dos iban a hablar y se fue de allí.

"Ishh, Lula también. Mimo ya dijo que no se lo dijeras a nadie", dijo Elnora molesta mirando a la niña.

"Lo siento, mimo, Lula se resbaló", dijo Key sintiéndose culpable.

"Huff, está bien. Lo comeremos en secreto entonces. Jajaja", dijo Elnora riendo mientras acariciaba la cabeza de Lula, la niña.

"Tú sí que eres...", dijo el hombre que estaba a su lado mientras tiraba suavemente de la nariz de Elnora.

"Tu Taca está enfadada, ya estás pensando en repetir el error. Cuidado si su enfado dura tanto como antes. ¡Ota no se une!" dijo el hombre a Elnora.

"Vaya, Ota, no seas así. Ayúdanos a persuadir a Taca. Solo el encantador puede derretirla. ¿Verdad, cariño?" dijo Elnora pidiendo la opinión de la niña.

"Sí... Appa está de nuestro lado. Ayúdanos a que buna no se enfade, por favor", suplicó Lula a su appa.

"Sí Ota, está de nuestro lado", suplicó también Elnora.

Al ver la mirada de las dos mujeres frente a él. Solo sonrió.

"Ishh, ustedes sí que son...", dijo el hombre mientras besaba la cabeza de las dos niñas alternativamente.

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La noche se hace más tarde, Lora que está en la habitación no puede dormir bien. Lora todavía está convenciendo a su corazón de que es capaz y ya no espera a los que están en su pasado.

Y Lora se asegura de no molestarlos ni mirarlos si algún día se encuentran. Como la promesa que hizo cuando dejó ese lugar.

"Vamos Lora, seguro que puedes. No pienses más en ellos Lora. Ya son felices sin ti en él", dijo Lora para convencerse.

"Ánimo Lora", dijo Lora llena de entusiasmo e intentó dormir.

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