Soy Samara, acabo de cumplir dieciocho años, durante el verano mi madre se presenta a casa con un hombre el cual me presenta como su nueva pareja. al conocerlo sentí tantas cosas que no puedo explicar, y con el pasar de los días observé señales de parte de él cayendo en sus encantos. ahora no se cómo pararlo para que mi madre no se dé cuenta...
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Irás conmigo
Entramos a su oficina y cerro la puerta detrás de él, su mirada intensa me hizo sentir un poco incómoda.
—¿Necesitas algo?— le pregunto queriéndome salir de inmediato de la oficina.
Pero al parecer él no tenía la misma urgencia que yo, lo vi irse a su escritorio y sentarse con una paciencia abrumadora.
Me miró de pies a cabeza y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro al tiempo que se lamió los labios.
—Estuve hablando con tu madre y tomamos una decisión—
—¿Qué decisión?— preguntó tratando de entender.
—Tengo un viaje importante, una exhibición en París. Le pedí a tu madre que me acompañara y por razones de trabajo no puede ir, por lo que sugirió que fueras tu—
Espera, ¿Qué?.
La sorpresa se hace evidente en mi rostro, todo lo que menos quería es estar con él y a solas.
—No puedo ir—
—¿Por qué no?—
¡Dios mío! Que hago para salirme de este lío.
—Porque tengo mucho trabajo, no puedo ir así como así— levanta una de sus cejas tupidas, y su rostro es algo más como de diversión.
—¿Si recuerdas que soy tu jefe? Y si te pido que vayas conmigo a ese viaje de trabajo, tienes que hacerlo ¿Verdad?—
POV ZEUS.
La observo desde mi escritorio, y su rostro luce ansioso. Parece una pequeña bola de nervios, con las manos entrelazadas y los ojos fijos en algún punto del suelo.
Me pregunto qué estará pensando, qué estará pasando por su mente en este momento.
Me resulta intrigante su negativa a venir conmigo en este viaje de negocios. Su madre me había dicho que la llevara, que sería bueno para ella, pero ella parece tener otras ideas.
Me pregunto qué la hace tan reacia a acompañarme si ya todo a quedado en el pasado.
Mientras la observo, noto la forma en que algunos de sus cabellos caen sobre su rostro, la curva de su cuello y la forma en que sus labios se fruncen ligeramente. Hay algo en ella que me atrae, algo que me hace querer tenerla siempre a mi lado, pero esto es algo que me he batallado mucho en olvidar.
Me levanto de mi silla y me acerco a ella, tratando de no hacer ruido. Quiero ver cómo reacciona cuando me acerque, qué hará cuando esté cerca de ella.
La miro fijamente, tratando de leer su lenguaje corporal, y noto que se tensa ligeramente cuando me acerco.
—Ya está decidido, salimos mañana— le digo, en un susurro al lado de su oido sintiendo el calor de su piel cerca de la mía.
Ella se tensa ligeramente, su cuerpo está rígido por un momento, antes de relajarse lentamente. Puedo sentir su aliento en mi piel, y mi corazón late un poco más rápido al notar la proximidad.
Se vuelve hacia mí, sus ojos miel grandes y expresivos, estan con una mezcla de sorpresa y curiosidad.
—¿Qué quieres decir?— pregunta, con su voz apenas audible.
Sonrío ligeramente, con mi rostro cerca del suyo. —Quiero decir que hemos terminado de discutir. Salimos mañana, juntos. No hay más que hablar—
Mi voz es firme, pero hay un deje de suavidad en mi tono que contradice la decisión que acabo de tomar. Ella me mira fijamente, como si estuviera tratando de leer mis pensamientos, y yo me siento atraído por la intensidad de su mirada.
Por un momento, nos quedamos así, congelados en el tiempo, con solo el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas rompiendo el silencio. Luego, ella asiente lentamente, su rostro aún serio, pero con una chispa de resignación en sus ojos.
—Está bien— dice finalmente, su voz baja y suave.
POV SÁMARA.
Salgo de la oficina, cerrando la puerta detrás de mí con un clic suave. El pasillo se extiende ante mí, vacío y silencioso, excepto por el sonido de mis tacones resonando en el suelo de mármol.
Mientras camino, mis pensamientos se desbordan. ¿Por qué tengo que ir con él? ¿Por qué no puedo simplemente decirle que no? Pero mi madre... ella siempre ha sido tan insistente en que él y yo tenemos que compartir más tiempo juntos, tan convencida de que tenemos que llevarnos como lo que somos.
Pero de verdad, eso es algo imposible, y ahora mismo con lo que me está pasando es más que eso.
Si tan solo supiera ella que no podemos estar juntos porque la tentación es muy grande.
Él y yo no podemos estar en el mismo lugar sin que suceda lo que no se debe.
¡Dios mío! ayúdame por favor, no quiero volver a arruinar todo.
Me detengo frente al ascensor, presionando el botón para llamar a la cabina. Mientras espero, mi mente comienza a vagar. ¿Qué pasará en este viaje? ¿Qué quiere él de mí? ¿Y por qué siento que estoy caminando hacia una trampa?
El ascensor llega con un tintineo, y entro en la cabina vacía. Me apoyo en la pared, sintiendo el frío del metal en mi espalda. Cierro los ojos, tratando de calmar mi respiración agitada.
¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué estoy permitiendo que esto suceda? La puerta del ascensor se abre en la planta baja, y camino hacia la papelería, necesito sacar unas copias y ponerme hacer mi trabajo para distraerme un poco.
[•••]
El día termino y salí lo más rápido posible para irme a casa, ya no quería estar aquí ni un minuto más.
Voy al estacionamiento y me subo a mi auto, cerrando la puerta detrás de mí y sintiendo el silencio y la privacidad que me brinda el vehículo. Me tomo un momento para respirar profundamente y tratar de calmar mis pensamientos.
Mientras conduzco hacia casa, mi mente sigue dando vueltas a la conversación con él y al viaje que se avecina. Me pregunto qué puedo esperar y cómo puedo prepararme para lo que sea que venga.
La carretera se extiende ante mí, y me concentro en conducir, tratando de dejar mis pensamientos atrás. Pero no puedo evitar sentir una sensación de ansiedad y anticipación.
Llego a mi casa y estaciono el auto en la entrada. Me quedo sentada por un momento, reflexionando sobre lo que ha pasado y lo que está por venir.
Cuando salgo del auto veo a jorge en su casa, este me ve y me saluda con una enorme sonrisa.
Lo veo venir en mi dirección y se que decirle que saldré de viaje con Zeus no será nada fácil...
La novela va tomando matices interesantes, el final sólo lo sabes tú.
Aunque me gustaría, que ambos sí merezcan una gran lección, que los lleve a reflexionar sobre la traición que han hecho a los que quieren.
En el caso de Zeus, que tenga un gran karma, por seducir a la hijastra, por traicionar a la pareja, por destruir una familia. Empezando por que pierda Samara al bebé. Sólo de pensar en la madre traicionada por quién según cuidaría a los hijos cómo suyos...ay que tristeza.
Saludos escritora, que siga fluyendo la inspiración.
además este par de infieles no merecen estar juntos ni tener algo que los una
y si no pierde el bebé que el bebé sea de Jorge para que Samanta por un lado esté más tranquila y siga su relación y así Zeus a enterarse la deja tranquila de una vez por todas
y claro si el bebé resulta de Zeus espero que ni el ni Samara sean felices y que hanbos paguen muy caro la traición qué le hicieron a la madre su hermano y a Jorge
Una novela para un criterio amplio, cómo puede gustar o ser repugnante por el tema que maneja.
La vida misma es así, hay personas que se encuentran con una pasión desbordante y no les importa el parentesco, edad o a quien puedan lastimar.
Es interesante porque te atrapa y te permite adentrarte en su mundo.
Sólo me gustaría que ambos fueran honestos y aunque pinta que seguirán en su pasión y deseo y tal vez se enamoren.
Cuándo la madre descubra la traición, aparte del dolor y desilusión que se llevará. Espero que la escritora les dé una gran lección de vida y haya justicia por tremenda traición.
Éxito en ésta novela y por favor sólo pido que no se tarde en actualizar y no sea muy larga.
Gracias!