La seducción femenina es un arte que he dominado con gracia y precisión. Mi nombre es Ela West, y soy una mujer que inspira deseo y envidia en igual medida. Mi belleza es mi arma más poderosa, y la uso con sabiduría.
Mi vida estaba siendo perfecta, hasta el momento en que el socio de mi padre decide jubilarse y dejar en su lugar a su hijo mayor, quien me hizo la vida imposible siendo una niña, ahora es mi momento de hacerle la vida imposible a él.
Pero no esperaba que mis sentimientos por él volvieran a arder con tanta intensidad. Pensé que había logrado apagar las llamas de la pasión y el amor, pero parece que solo estaban dormidas, esperando el momento adecuado para renacer de las cenizas.
La memoria de nuestros momentos juntos comenzó a regresar, y con ella, el dolor y la nostalgia. La llama del amor que creí extinguida volvió a encenderse, y ahora me encuentro en una encrucijada. ¿Podremos estar juntos esta vez?
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Un Descuido
Me miré en el pequeño espejo de mano que siempre llevo conmigo en el bolso y maldije entre diente a Dante. ¿Cómo fue capaz de atreverse a marcarme la piel de esa manera tan horrible? Y para mí lo peor del caso no es eso, si no él cómo es posible que yo se lo permitiera. Debí detenerlo a tiempo.
Es un completo idiota que lo hizo a propósito para que yo no pudiera olvidar tan pronto lo que sucedió entre los dos, aunque sin necesidad de dejarme este chupetón voy a recordar lo que pasó por el resto de mi vida.
Es imposible que yo pueda olvidar la forma en que los besos me desnudaron y sus caricias me encendieron las llamas. Soñé tantas veces con Dante tocándome y haciéndome el amor, que la realidad superó cada uno de los húmedos sueños que tuve con él.
Siento que mi cabeza quiere explotar, no solo por la resaca que pretende acabar conmigo, sino también con el recuerdo de ese hombre que acaparó desde mi piel hasta mi alma en un solo beso. Me siento confundida, porque entre sus brazos toque el cielo y no pude bajar de allá arriba. Después de que la bruma del placer acabar.
Lo odio y odio tener sentimientos por él, pero a la vez quisiera volver a sentir la suavidad y humedad de sus labios, la ternura y fogosidad de sus manos y esa fiereza a la hora de someterme a su pasión.
Su cuerpo fornido y bien detallado, me hacen volar aún más, recordar cómo recorrer con mis dedos cada parte de su abdomen, tus brazos, su espalda y más, hacen que mi piel se estremezca nuevamente por esa corriente de deseo, esa que solamente se puede sentir cuando las intensas ganas por alguien son más fuerte de lo que tú crees.
Muevo mi cabeza tratando de despejar toda esta lujuria, aunque la noche fue maravillosa, y la mejor de todas, porque siendo sincera jamás nunca nadie en la vida me había tocado de la manera en que lo hice, nunca nadie me había besado de la manera que lo supo hacer, simplemente es él, y siempre seguirá siendo para mí él.
Me acomodo mi cabello de manera ansiosa.
—¿Qué decía, señorita West?—dice Naty a la vez que me sacas de mis pensamientos.
—No, nada, solo estaba pensando en voz alta— carraspeo mi garganta. —¿A qué hora es la reunión con mi padre, el señor Cooper de Dante?—
—A las nueve, señorita West—
—Necesito que les informes que no puedo asistir—
—¿Por qué? Es decir, el señor Cooper organizó la reunión, informándonos y asegurando que era algo muy importante—
—No me quiero imaginar cuán importante debe ser— suspiré poniendo los ojos en blanco mientras subía en el ascensor en compañía de ella. —Por favor, mientras estoy en la reunión con ellos, vi preparando todo para el almuerzo con el señor Henry—
—Claro que si, señorita West—
Tan pronto cómo se abrieron las puertas, salí del ascensor rumbo a la oficina que pertenecía al señor Cooper, Pero antes de llegar a esta, me encontré con Eliza la hermana menor de Dante. Y esta tenía en su rostro una sonrisa maliciosa.
—¿Qué sucedió contigo? En los 5 años que llevas trabajando aquí nunca habías llegado tarde el trabajo—
—Tuve asuntos que atender, me surgió un contratiempo que no esperaba—
—Ah, ¿Si?—enarcó una ceja. —¿Y se puede saber cuál contratiempo?—
—Mi auto se pinchó, me tocó esperar hasta que llegara una grúa por él—
—Whauu, entonces ahora le llamamos así cuando en realidad has tenido un contratiempo porque estabas teniendo un buen sexo salvaje. Y no intentes negarlo, Porque ese chupete que tienes en el cuello te delata y lo confirma todo— dijo poniendo su mano sobre mi cuello.
Le aparté de inmediato su mano, cubriendo el chupetón con mi cabello. ¿Por qué la vida es así conmigo? Justo tenía que encontrarme con mi mejor amiga en este momento.
—Quiero detalles, cómo y con quién fue. No sabía que los martes también eran días de hacer cardio—
—No hay algunos detalles que contar, porque sabes perfectamente lo que sucede cuando dos personas se juntan y tienen sexo, ¿O no?— respondí con sarcasmo e irritación. —Y ni piensas que te diré quién fue el santo, así que ahórrate tus preguntas. Y si me disculpas, me estás haciendo llegar más tarde a la reunión que tengo con nuestros padres, y el tonto de tu hermano—
—Uy, Pero qué genio El tuyo. ¿No se supone que deberías estar sonriendo?—
—Eres igual de pesada que tu hermano, ya veo de dónde viene eso—
—¿Qué esperabas? Somos familia, eso viene de sangre y generación—me arrebató el bolso y lo abrió, buscando algo en específico en él. —Necesitas mucho más maquillaje si quieres cubrir eso, aún se te nota mucho esa marca—
Suspiré y dejé que ella me aplicara maquillaje para cubrir esa horrible marca en mi piel con otro poco más, mientras la veía sonreír y guardar sus comentarios. Sentía que ella tenía toda la intención de decirme que sabía de quién se trataba el autor de esta marca, pero sé que está esperando que baje todas mis murallas y acepte que su hermano sacude la tierra bajo mis pies.
—Como no me quieres contar nada, al menos dime que te cuidaste. Todavía soy muy joven para ser tía—Mis nervios se activaron en cuestión de segundos al tiempo que palidecí, queriendo con toda mi fuerza de volver el tiempo para usar la razón y no dejarme llevar por la calentura. Ni Dante yo no te tuvimos a pensar en protección, Porque esos deseos que sentíamos nos nublaron por completo la razón. —Dime que sí te cuidaste— murmuró, tornándose seria y dándome una mirada inquisitiva e inquietante. —¿Te tomaste al menos la pastilla del día después, Ela West?—
Negué suavemente con la cabeza, al tiempo que cerraba mis ojos con fuerza. Me sentía avergonzada y mal por esta situación, pues deseaba con todas mis fuerzas que no fuera posible lo que estaba sucediendo. ¿Cómo pude olvidar la protección y la pastilla? ¿Cómo es aún más posible que él siendo el que estaba acuerdo no se haya acordado de algo tan importante como lo es usar un preservativo?
—Se supone que tú eres la más responsable y sensata entre los dos. ¿Cómo es posible que se te haya saltado esa parte tan importante?—
—Todo es culpa de él, yo estaba feliz en mi casa, comiendo y lista para acostarme a dormir, Pero tenía que llegar él con su prepotencia y egocentrismo a cambiar mis planes y seducirme—
—¿De quién me estás hablando?—
—¿Qué tanto cotorrea en el par de loritas?—llegó en ese momento Dante y mi corazón dio un vuelco, así como mi mente viajó a sus múltiples caricias en mi piel, y está de inmediato se encendió en cuestiones de segundos al recordar sus dulces y apasionados toques. —Llegas muy tarde a la reunión. ¿Acaso no dormiste lo suficiente anoche?—....