Lizzy se cruza en la vida de un empresario italiano, poderoso, calculador, buscaba una tutora para su hijo enfermo, una enfermedad que lo llevaría a la muerte de no encontrar rápidamente un donante, pero su plan siempre fue embarazarla, tener un hijo para salvar al otro, lo que nunca se imagino es que se enamoraría profundamente y le tocará luchar por ellos para recuperarlos, hay un gran secreto que cambia todo.
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Regreso de Ottilia
-¿Para dónde me lleva?- dice Lizzy
- A descansar- responde Enzo
Lizzy no tenía ánimos de protestar y solo dejó que Enzo la llevase hasta su habitación, con cuidado la ayuda a recostar en su cama gigante y suave, internamente Lizzy se sentía especial, era como esa montaña rusa de emociones que le daba Enzo con sus actos, pero después eran destruidos con sus palabras.
- No es para tanto, solo fue vómito, es normal que me ocurra- le dice Lizzy
- Lo sé, pero trataré que sean llevaderos- dice tranquilamente
- ¿Por qué has enviado a Luiana?- lo cuestiona Lizzy
- Solo es prevención, cuido de ti, no lo veas de mala manera- responde Enzo
- Sabes, me confunde tu manera de ser, ahora me llenas de atenciones, debo esperar más adelante con que lo mandas todo al diablo- dice Lizzy
Enzo se queda pensando un momento
- Todo es complicado, en este punto de mi vida, tengo muchas responsabilidades- responde
- ¿Qué pasa con Lorenzo?- pregunta directamente
- No pasa nada, al menos nada que deba preocuparte- dice tranquilamente
- Sé que algo pasa, solo no entiendo por qué no me permites que te ayude, puedo...
Interrumpe Enzo
- Los asuntos médicos de Lorenzo, solo son problema de mi familia Lizzy- contesta irritado
- Y yo que vengo siendo, ¿El vientre de alquiler que tienes a tu nombre?- grita Lizzy
- ¿Lizzy?, no es así- trata de hablar Enzo
- Lo es, me tratas como si fuera parte de tus propiedades, dispones de absolutamente todo, hasta que debo o no debo comer, no he tenido la oportunidad de opinar, o cuando me ha preguntado como me siento con la noticia de que estoy embarazada, es solo usted señor Manccini, firmo unos malditos contratos de mierda porque no tengo más opciones, dígame entonces que putas hago aquí, estoy harta, solo quiero irme de aquí, sola con mi bebé- grita frustrada Lizzy
Enzo la observa atento, sabía que ella tenía razón.
- Me iré de aquí ahora mismo y espero que por una maldita vez, respete mi decisión de guardar distancia- le advierte Lizzy mientras se pone sus zapatos y sale de la habitación azotando la puerta.
Enzo queda perplejo por las palabras de Lizzy, jamás pensó que ella reaccionaria así, sé sirve una copa y piensa que hará con ella.
Lizzy suelta el llanto en su cama, estaba harta, no sabía si su reacción se debiera al ataque mortal por las hormonas, pero sé sentía presa de su vientre, agarra su bolso y se dispone a salir de la propiedad.
- Dile a Enzo que estoy aquí, debe atenderme- se escucha la voz de una mujer en la sala de star.
- El señor Manccini está ocupado, señorita Larsson- dice Mila
Lizzy baja las escalas y claramente llama la atención de Ottilia.
- ¿Quién es esa mujer?- pregunta de manera despectiva
- Es Lizzy la maestra de Lorenzo- responde Mila rápidamente
Lizzy arquea una ceja, era el colmo el cinismo de todos allí, pero decide pasar de largo e ignorar el hecho de que ella estuviese ahí y sin mediar una palabra sale de ahí, para su sorpresa no estaba Luiana, ni ningún escolta por ahí merodeando, así que aprovecha y sale sin ser vista, decide que era un día perfecto para caminar.
- ¿Qué pasa aquí?- pregunta Enzo molesto al escuchar los gritos
- Enzo, querido, he vuelto- dice Ottilia
- Lo siento, sabe que es imposible controlarla- se defiende Mila
- ¿Qué quieres?- pregunta Enzo
- ¿Podemos hablar?- solicita ella
Enzo le hace señal a Mila para que se marche y los deje solos.
- Ottilia, sabes que no debes venir así a mi casa- le advierte Enzo
- Sabes que Mila no me tolera, no recibes mis llamadas, ni contestas mis emails, te extraño- le dice
- Ottilia, ahora no, no compliques las cosas, no hay y no habrá un nosotros, se acabó- le dice directamente
- ¿Hay otra mujer, es eso Enzo Manccini?- cuestiona histérica
- La hay y está embarazada- dice contundente
- Enserió lo hiciste, como ella se prestó a esto, ¿Cuánto le ofreciste?- dice Ottilia
- Shhh, no se habla de esto aquí, no vuelvas a mencionarlo siquiera- grita Enzo
- ¿Quién es?, a qué mujer le confías a tu hijo, es una locura- dice anonada
- Que dices, tú no quisiste tener un hijo conmigo, debo salvar a Lorenzo, jamás te importo esto, ahora que vienes a decir- reclama Enzo
- No puedo embarazarme, mi cuerpo es mi trabajo, tengo una imagen que cuidar, yo te amo, pero no podía aceptar algo así- responde Ottilia.
- ¿A qué viniste?- pregunta Enzo
- Te extraño, te necesito- se acerca a Enzo para seducirlo
- Recuerdo perfectamente la manera en que hacíamos el amor, dime que no me extrañas- le susurra en el oído
Enzo la separa abruptamente.
- Vete de aquí y no vuelva- le dice Enzo mientras se retira
Ottilia se marcha furiosa, pero no le insiste
Enzo observa a Luiana rondar la propiedad
- Luiana, ¿Qué diablos hace aquí?- grita Enzo
- Señor Manccini, no entiendo, Lizzy no ha salido- responde Luiana nerviosa
Enzo entiende que todo el enredo con Ottilia desviaron la atención de Lizzy y se le salió del radar, inmediatamente la llama al teléfono, pero estaba apagado.
Sin dudar un minuto más se organiza para ir a buscarla, temía que cumpliera su amenaza y se fuera lejos con su hijo.
Lizzy llegaba al campus universitario, quería saludar al doctor Morán y buscar la alternativa de un encuentro.
- Lizzy que maravillosa sorpresa- saluda efusivamente el doctor
- Me alegra verlo doctor Morán- sonríe
- ¿Cómo sigue el pequeño Lorenzo?- pregunta
- Está bien, estable, ha sido imposible un encuentro entre ustedes- dice cansada
- Buscaremos la manera, pero por lo pronto, necesito la historia clínica- solicita Morán
- Dios, no sé donde buscarla, ni siquiera sé en qué clínica es llevado Lorenzo cuando le dan estos episodios- dice Lizzy
- Tal vez en su casa deba haber algo, sin duda sus padres debe tenerla- sugiere
- Su padre, Lorenzo no tiene mamá -dice triste Lizzy
- Oh, pobre niño- dice melancólico
- Mañana voy a buscar la manera de encontrar esos documentos, el tiempo apremia- dice ella decidida.
Lizzy retorna de nuevo a su casa, al llegar encuentra el auto de Enzo en el estacionamiento, así que supone que debe estar esperándola, suspira con resignación, abre la puerta y encuentra a Enzo dar vueltas de un lado para el otro.
- Buenas noches- saluda
- ¿Dónde carajo estabas?- dice molesto
- Daba un paseo- responde tranquila mientras descarga sus cosas.
- ¿Un paseo y por eso tienes el teléfono apagado?- le reclama Enzo
- Estoy sin batería- responde y camina hacia la habitación
Enzo entra y cierra la puerta.
- Mírame- le ordena Enzo
Lizzy dudaba un momento, pero siente como este se acerca lentamente
- Ya viste que estoy bien, puedes irte - le dice Lizzy
- ¿Podemos hablar?- pregunta Enzo
Lizzy se gira y lo mira a los ojos
- Quiero renunciar- le dice Lizzy
Enzo la observa anonadado
- ¿De qué hablas?- pregunta
- No le enseñaré más Lorenzo, pero estaré pendiente de él siempre y nosotros solo hablar del bebé, necesito alejarme de usted, señor Manccini- responde Lizzy
- Hay un contrato- le recrimina
- No me importa, asumiré cualquier consecuencia- dice Lizzy
Enzo se agarra su cabello en señal de frustración, sabía que no podía obligarla a cumplir el contrato y tampoco cobrarle algún dinero.
- Cásate conmigo Lizzy- dice desesperado.
