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"Infancia Robada, Poder Sellado"

"Infancia Robada, Poder Sellado"

Status: En proceso
Genre:Venganza / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad / Mundo mágico
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Vic82728

En las tierras frías del Reino de Belfast, un niño fue arrancado de los brazos del amor y lanzado al abismo del desprecio. Victor, de apenas ocho años, sobrevive bajo el techo de sus propios enemigos, el Rey y la Reina que arrasaron su pasado. Lo llaman débil, lo humillan, lo marcan con su odio… sin imaginar lo que realmente duerme en su interior.

Esta no es la historia de un héroe elegido. Es la travesía de un alma quebrada que se arrastra por los escombros del trauma, el dolor y la soledad. Cada mirada de desprecio, cada palabra cruel, cada herida invisible es una chispa que alimenta una tormenta silente. Y cuando el momento llegue… ni el trono ni la sangre real podrán detener lo que ha nacido del silencio.

Un cuento oscuro donde no hay luz sin sombras, ni infancia sin cicatrices. Un viaje que transforma al niño temeroso en la incógnita más temida por todos.

NovelToon tiene autorización de Vic82728 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19 – Voces en las raíces

El amanecer rompía en tenues hilos dorados a través de las hojas del bosque. Una brisa ligera sacudía las ramas del Gran Árbol, trayendo consigo un aire de solemnidad. Víctor se encontraba de pie, otra vez, frente al corazón viviente del bosque. No había dormido. Había pasado la noche mirando sus propias manos, recordando el filo de esa espada y cómo la había blandido como si lo hubiese hecho mil veces antes.

Del tronco surgió Dryas, como una exhalación del mismo árbol, su silueta danzando entre luces verdes que se deshacían como bruma.

—Has venido, como prometiste.

Víctor asintió, serio. Había algo diferente en su mirada ahora. Ya no era el niño roto que llegó ensangrentado días atrás. Era otra cosa. Un niño… con fuego en las venas.

—Te hice una pregunta ayer —dijo Dryas—. Ahora necesito una respuesta. ¿Qué has aprendido desde que llegaste a este pueblo? ¿Qué sabes hacer?

Víctor se quedó callado unos segundos. Luego apretó los puños.

—Aprendí a confiar. A trabajar con otros… a entender que no todos me quieren muerto. Pero también… —levantó la cabeza, con los ojos serios— también he recordado cosas que había olvidado.

—¿Qué cosas?

—Sé pelear —dijo sin titubear—. Mi padre me enseñó desde pequeño. Artes marciales. Lucha cuerpo a cuerpo. Siempre me decía que debía saber protegerme. Que el mundo era cruel.

Dryas ladeó la cabeza, curiosa.

—¿Y la espada?

—Eso es lo raro… —respondió él, frunciendo el ceño—. Nunca toqué una antes. Pero el día de los dragones… cuando vi esa espada tirada… fue como si me llamara. La tomé y supe cómo moverla. Cómo fluir con ella. No pensé. Mi cuerpo… solo reaccionó.

Dryas guardó silencio un momento. Luego cerró los ojos.

—El instinto es una memoria ancestral —dijo con voz suave—. A veces, nuestras almas recuerdan lo que nuestro cuerpo nunca vivió. Hay linajes que despiertan dormidos… y hay armas que reconocen al portador, incluso antes de que él se reconozca a sí mismo.

—¿Estás diciendo que ya sabía pelear con espada? —preguntó Víctor, incrédulo.

—No. Digo que tu espíritu sí lo sabía.

Víctor bajó la mirada. Un leve temblor cruzó sus manos.

—¿Qué… soy yo, Dryas?

Ella se acercó, flotando a su altura.

—Eres un niño que fue arrojado al fuego… pero no te quemaste. Solo estás empezando a arder.

Y el mundo, Víctor… no está preparado para ti.

Capítulo 19 – Voces en las raíces (Parte 2)

El aire en la aldea estaba cargado de un silencio solemne. Las hojas del gran árbol crujían suavemente, como si escucharan las palabras que se avecinaban. Víctor, ya con trece años cumplidos, se plantó firme frente al Consejo de Ancianos y a Dryas. Su voz, aunque serena, cortó el aire como una hoja afilada.

—Bueno… una promesa es una promesa. Les dije que cuando cumpliera los trece años me iría de aquí. Y hoy… ese día ha llegado. Estoy listo.

Sus ojos oscuros, endurecidos por los años de sufrimiento y entrenamiento, se clavaron en los del Consejo. Los presentes intercambiaron miradas silenciosas, como si ya supieran que este momento era inevitable.

De entre los asistentes, un enano fornido y con cicatrices antiguas en el rostro se acercó con una gran caja envuelta en tela de lino rústico. Sin decir palabra, la colocó frente a Víctor y desató las cuerdas que la cerraban.

Dentro, descansaba una armadura oscura que parecía beber la luz del entorno.

—Es… para ti —dijo el enano con voz ronca—. La forjamos con el cuero de los Wyvern que tú mataste. El interior es fibra de mithril. Y este abrigo… lo tejió la gente alada. Es más fuerte de lo que aparenta.

Junto a la armadura, una espada descansaba sobre una base de terciopelo gris. Su hoja era pura plata reluciente, su guarda adornada con una gema azul brillante. La empuñadura, marcada con símbolos antiguos, palpitaba con una energía dormida.

—Esta espada es un artefacto antiguo —continuó el enano—. Solo puede ser blandida por quienes tienen un alma forjada en fuego y ceniza. Fue encantada por los elfos para amplificar el poder espiritual… aunque no muchos aquí podrían usarla. Pero tú…

Le pasó también un pequeño anillo de tono opaco, casi insignificante a simple vista.

—Este anillo puede cambiar el color de tu cabello y ojos —añadió Dryas—. Te servirá si no quieres ser reconocido cuando viajes por territorios humanos.

Víctor observó cada objeto con un gesto confundido.

—¿Por qué… me dan todo esto?

Dryas sonrió, una expresión tan serena como las raíces del bosque.

—Porque te ganaste nuestra confianza. Porque protegiste nuestra aldea. Porque creciste aquí, no solo como niño… sino como persona. Puede que no seas de nuestra sangre, pero eres uno de nosotros, Víctor.

El joven bajó la mirada, respirando profundo, sintiendo la carga de cada palabra. Se agachó, tomó la espada con ambas manos… y algo dentro de él pareció encajar.

Era tiempo.

—Entonces… me voy. Pero no como un niño perdido —dijo, firme—. Me voy como alguien que regresará.

Dryas lo miró con ojos llenos de calma y, quizás, un leve orgullo.

—El mundo aún no sabe el nombre de su juicio.

Víctor se dio media vuelta, con su nueva armadura al hombro y la mirada hacia el horizonte.

Y así, el muchacho que fue víctima del odio… comenzaba su camino como portador del destino.

Capítulo 19 – Voces en las raíces (Parte 3)

Víctor ajustaba los guanteletes de su nueva armadura mientras Dryas lo observaba con atención. El silencio entre ambos fue interrumpido por una sonrisa leve del espíritu del árbol.

—Lo que me impresiona… —dijo Dryas con un tono sereno pero curioso— es que, a tu edad, ya midas un metro con ochenta y cinco.

Víctor se detuvo, parpadeó un par de veces, y luego se rió con cierta incomodidad. Se rascó la nuca y respondió con una sonrisa nerviosa:

—Jajaja… es que mi padre era alto. Muy alto, la verdad… supongo que lo heredé.

Dryas entrecerró los ojos, como si analizara algo más allá de las palabras. Su tono se volvió más suave, casi paternal.

—A veces… la sangre guarda secretos incluso para quien la lleva.

Víctor asintió sin decir nada, aunque en su mente comenzó a revolotear la idea: ¿de verdad todo lo que soy viene de mis padres? ¿O hay algo más?

El viento sopló entre las hojas del gran árbol, y en ese murmullo, el bosque parecía contener sus respuestas.

Dryas se acercó un poco más, colocándole una mano sobre el hombro.

—No importa qué tan alto te hagas, Víctor. Lo importante es que tu alma se mantenga firme ante lo que viene. No olvides quién eres… ni por qué decidiste marcharte.

Víctor bajó la mirada por un momento, recordando las risas apagadas de sus padres, la sangre en la tierra, las cadenas, las humillaciones… y luego levantó el rostro, con el fuego en su pecho ardiendo más claro que nunca.

—No lo olvidaré. No mientras respire.

Dryas dio un leve asentimiento. El tiempo de la despedida se acercaba… pero en ese instante, el silencio entre ambos fue más poderoso que mil palabras.

1
Rubi Cuerbo
mui bien
Vic
No se preocupen ya subí el capítulo 36 y 37 mañana a la 7am se sube el capítulo 38
Rubi Cuerbo
quiero ver más capitulos
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