Rendra logró ingresar a la facultad de medicina gracias a una beca. En la universidad, era menospreciado por ser pobre y tener un aspecto simple. A menudo, incluso era víctima de acoso.
Pero detrás de todo eso, Rendra era un verdadero genio. Con apenas 22 años, ya había memorizado la anatomía humana y complejos manuales de cirugía. Lo más sorprendente: sabía aplicar con precisión todo lo que había aprendido.
Por su brillantez, alguien le ofreció un trabajo poco común: ser médico en un burdel. Allí, atendía a trabajadoras sexuales, adictos, personas apuñaladas o baleadas, y mucho más.
Pero todo se complica cuando, por accidente, Rendra cruza su camino con un temido jefe mafioso…
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Capítulo 19
Aunque estaba molesto con Rendra, Vino no detuvo las acciones de aquel hombre. Dejó que Rendra tratara al paciente gravemente herido.
Rendra pudo hacerlo todo bien. Pudo determinar que el paciente sufría una herida leve en la cabeza. La herida no era muy profunda, por lo que solo necesitaba suturas. Aun así, el paciente había perdido mucha sangre, por lo que necesitaba muchas transfusiones.
Mientras tanto, el hematoma en el pecho del paciente no era grave. Rendra se aseguró de que el hematoma no afectara ni los pulmones ni el corazón.
Afortunadamente, Rendra pudo actuar con rapidez. Así, no fue necesario realizar una cirugía mayor.
Por trabajar con rapidez y eficacia, mucha gente admiraba a Rendra. Especialmente cuando aquel hombre atendió a más pacientes que los demás. Rendra lo hizo como un médico experimentado. También realizó los tratamientos con destreza y rapidez.
Todos estaban asombrados con la habilidad de Rendra. Especialmente los médicos de mayor rango. Muchos médicos superiores estaban considerando a Rendra para convertirlo en su protegido en diversos departamentos.
Ese día, todos los médicos estaban muy ocupados. Incluso Vino. Él solo atendía a los pacientes fáciles de tratar.
Cuando todo se hubo calmado, todo el personal médico pudo descansar. Incluido Vino, que ahora estaba en el baño. Se lavó la cara con frustración. Al poco rato, Ian salió de un cubículo.
"¿Pero qué ha sido eso? ¡Ese miserable te quitó a tus pacientes y tú te quedaste callado!" espetó Ian.
"¡Todo esto es por tu culpa! ¡No deberíamos habernos emborrachado anoche!" replicó Vino, rechinando los dientes.
"¡Como sea! Lo que está claro es que ese chico está atrayendo cada vez más la atención de todos los superiores. ¡Ahora les gusta cada vez más!" respondió Ian.
"¡Maldición! Estoy muy molesto con él. ¡Quiero que Audy se mueva más rápido!" dijo Vino, molesto.
A diferencia de Vino e Ian, que estaban molestos, Rendra, en cambio, estaba sentado tranquilamente, apoyado en la pared del pasillo del hospital.
"Debes estar cansado. ¡Toma!" Davina se acercó, ofreciéndole a Rendra una taza de café.
Rendra dudó en aceptarlo, así que solo miró a Davina con extrañeza.
"¡Venga! Tómalo. ¡Realmente lo compré para ti!" dijo Davina, obligando a Rendra a tomar el café.
"Gracias", dijo Rendra tras aceptar el café. Se enderezó y sorbió el café un momento.
Davina se sentó al lado de Rendra. Lo miró de reojo durante un buen rato, hasta que Rendra se sintió un poco incómodo.
"¿Qué pasa? ¿Hay algo raro?" preguntó Rendra.
"No. Solo estoy admirada por tu desempeño de antes. Es verdad que eres mi rival aquí. Pero, sinceramente, antes estuviste genial", expresó Davina.
Rendra sonrió con torpeza. Luego dijo: "Todos en urgencias estuvieron geniales. Porque tenemos la tarea de ayudar a la gente".
"Tú fuiste más genial. Trataste a más de diez pacientes. Los trataste rápida y correctamente. Incluso los superiores están admirados contigo", respondió Davina. De vez en cuando sorbía su propio café.
"¡Exageras!" replicó Rendra. Intentaba mantener la calma ante los elogios de Davina. De verdad, era la primera vez que una mujer elogiaba así a Rendra.
"Lo he pensado bien. En lugar de ser enemigos, quizá sea mejor que seamos amigos. También podemos compartir conocimientos. Quiero que me enseñes. Especialmente los tipos de tratamiento que temo y los que no conozco", explicó Davina detalladamente.
"Creo que eres mejor que yo. Así que no creo que sea necesario. Además, estoy acostumbrado a estar solo". Rendra se levantó de su asiento y dejó a Davina. La chica solo pudo quedarse atónita.
A las siete de la noche, Rendra se fue a casa. Edho lo recogió, como de costumbre. Al llegar al burdel, fueron recibidos con histeria.
"¡Rendra! ¡Ven rápido! Tienes que ayudar a Bang Rory. ¡Tiene una herida de bala!" dijo Endah. Ella y la gente del burdel parecían en pánico.
"¡¿Qué?! ¿Una herida de bala? ¡¿Por qué no lo llevaron al hospital?!" replicó Rendra, incrédulo. Aun así, se apresuró a examinar el estado de Rory.
