Una apasionante historia de amor no correspondido ¿O tal vez no?
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Capítulo 19
Jared y yo hablamos mucho, nos besamos demasiado y nos abrazamos aún más.
Parece un sueño que por fin estemos juntos hablando de amor, de futuro y de nuestra bebé.
Realmente esta emocionado con la idea de ser papá, y me alegra que nuestra felicidad no se vea empañada aun cuando él está aterrado de equivocarse o ser un mal padre.
- Tú no eres tu padre\, Jared –digo recostada en su pecho- No tienes por qué repetir sus errores\, debes cambiar la historia.
- Pero me parezco más a él de lo que quisiera\, si no míranos\, estuve a punto de perderte para siempre.
- Pero no lo hiciste\, no importa el proceso\, pero si el resultado\, y si te parece que estar dispuesto a renunciar a tu felicidad a cambio de la felicidad de alguien más es ser una mala persona\, entonces ojalá el mundo esté lleno de malas personas.
- Solo ves lo bueno en los demás –me levanto por fin.
- Solo veo la verdad en ti\, y eres un hombre que comete errores\, como todos\, pero que sabe responder por ellos\, con amabilidad y honor\, no podría pedir un padre diferente para mi hija.
Termino de empacar, porque hemos decidido tomar el vuelo a New York y visitar a mis padres, por fin voy a darles la noticia de mi embarazo, sé que estarán felices de saber que serán abuelos, y mi padre estará aún más feliz al saber que será una niña.
Suena mi celular, es Joseph, contesto y no puedo evitar la sonrisa que invade mi rostro al sentir a Jared abrazándome desde atrás.
- Irina\, Jared está en Madrid.
- ¿Ah sí? –pregunto tratando de sonar lo más seria que puedo.
- Irina\, me levantó a la una de la mañana para preguntar por tu dirección\, está como loco\, un loco borracho e infeliz que no deja en paz a los demás.
- No es la descripción más exacta de mi esposo…
- Claro que s… Un momento\, estas con él\, puedo sentir esa sonrisa tuya\, se lo dijiste todo.
- Bueno\, ciertamente dijimos muchas cosas\, hicimos otras.
- Irina Ray\, no te atrevas a hablar sucio mientras estoy desayunando.
- Nos veremos pronto\, tío –digo y él se ríe.
Jared se separa da mi y me mira serio.
- No sé cómo pude sentir celos de mi hermano por tratar de protegerte –mira al suelo avergonzado- Él siempre me ha dicho mis verdades en la cara\, es mejor que yo tratando con la vida\, quizás me daba miedo que vieras lo estropeado que estoy y pensaras que habías elegido al hermano equivocado.
- Mírame\, Jared –lo tomo de las mejillas- Escucha bien esto porque no quiero volver a repetirlo… Nunca se ha tratado de elegir a nadie\, contigo desde el principio todo se sintió diferente\, todo\, así que nunca tuve que decidir lo que ya mi corazón había firmado.
Esta tarde volamos a New York, cuando llegamos son las cinco de la tarde y estoy realmente exhausta por el cambio de horario, Jared no nos lleva a casa, nos lleva a una bonita casa cerca de la playa, la tardanza es tocar la cama para quedar rendidos.
Cuando despierto de nuevo son las tres de la mañana, la luz de la luna baña parte de la habitación a través del enorme ventanal, afuera pueden verse las olas chocar contra la orilla, parece escarcha la luz reflejada sobre el agua, como ver cristales moverse de un lado a otro, me levanto para ir al baño y decido cambiarme de ropa, me quedé dormida con la misma ropa que traía en el avión, me desvisto y me coloco un camisón de algodón bastante fresquito sobre un cachetero, me pongo un albornoz encima y voy a la cocina por algo de comer, realmente estoy hambrienta.
Cuando abro la nevera no hay mayor cosa, solo lo típico de un hotel o una casa de verano, algo de fruta, refrescos y agua, saco unas uvas y me siento a comerlas mirando el mar, escucho a Jared aclarar su garganta y al girar lo veo sin camisa, recostado en la puerta, le encanta recostarse en las puertas, como si eso no me secara la garganta, se ve demasiado caliente.
- Que hermosa vista –dice sonriéndome.
- Puedo decir exactamente lo mismo.
Se acerca a mí y toma una de mis uvas.
- Vamos a la cama –me levanto y paso una mano por su abdomen\, que se flexiona bajo mi tacto.
- Nada me complacería más\, cariño.
- A descansar –dice soltando una risita- Mañana iremos con tus padres\, quiero que descanses bien.
Nos vamos a la cama con el sano propósito de descansar, solo que en el camino accidentalmente comienza a caerse nuestra ropa, primero mi albornoz, luego sus pantalones, mi camisón y lo demás es una completa historia de amor frente al mar, es poesía entre nuestros cuerpos y una vez recostados uno sobre el otro, es un ungüento efectivo para dos almas que acababan de reconstruir su amor.
El susurro de Jared en mi oído con las palabras te amo es solo un plus que hacer mi corazón latir como un caballo desbocado. Que me hace sonreír y sentirme plenamente enamorada y sin la necesidad de esconder mis sentimientos nuevamente.