Luna Cáceres quedó embarazada por confundir su laxante con el afrodisíaco de su amiga. ¿Con quien estuvo? No tiene idea. Lo único que sabe es que fue un maldito español que se aprovechó de su predisposición cuánto quiso.
Aquel español es el hijo de su padrastro, a quien conocerá por la boda en que sus padres sellarán su amor.
Ellos no se reconocerán, pero el español tiene un gran problema que le impide relacionarse con cualquier mujer, pero que curiosamente no le impidió estar con Luna.
¿Qué ocurrirá cuando él sepa que aquella noche inolvidable fue con su hermanastra? ¿Cómo reaccionará ella al saber quién es el padre de su hija?
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
ME ENCANTAN LOS NIÑOS
NARRADOR
Después de ordenar todo en la habitación principal y poner cortinas a juego con el nuevo color, Luna admiró su trabajo terminado con orgullo.
-Me gusta como quedó, es el color favorito de mi padre. Hiciste un gran trabajo- Pablo contempló el resultado terminado
-Si, también el de mi madre. Lo bueno es que no ocurrieron accidentes- Luna aún recordaba lo ocurrido y no quería que existiera tensión entre ellos
Mientras ella con ayuda de Pablo sacaban la escalera del cuarto, así como todo lo que Luna había usado para trabajar, Manuel y Lauren continuaban aquella amistad que el español usaba a su favor.
Lauren disfrutaba ser guía turística y lo había llevado a un restaurante para que el extranjero probara una de las comidas típicas del país.
-Cuando visite España, tendrás que hacer lo mismo por mi- Pidió con una sonrisa en los labios
-Tenlo por seguro, guapa. He disfrutado mucho de tu compañía, ¿Te gustaría que salgamos mañana? Si quieres puedes traer a Cielo- Sugirió y Lauren sonrió más ampliamente
-¿Te gustan los niños?
-Me encantan los niños y Cielo es una chiquilla encantadora- Admitió, aunque si él quería que la niña los acompañara era porque planeaba algo y esa sería la única forma de lograrlo
Lauren no sospechó nada. Tampoco supo que todo el tiempo que ella estuvo hablando con Manuel desde que lo conoció en la boda, él con cautela fue sacándole información.
Al volver a su hotel, Manuel sabía exactamente dónde Luna y Lauren se habían hospedado cuando Cielo fue concebida. También sabía la fecha en que Pablo estuvo en ese lugar porque fue él quien le regaló aquel masaje que su amigo nunca recibió. En las casualidades no creía y todo le parecía una enorme coincidencia para poder ignorarlo.
Pablo recibió la visita de su amigo y un saludo bastante brusco de su parte.
-Deberías dejar de ser tan efusivo. Casi me arrancas el cabello- Se quejó Pablo
-Indícame donde está el baño- Pidió Manuel y Luna lo guió después de que él la saludara
Manuel tomo los pocos cabellos que le arrancó a Pablo en el brusco saludo y los metió en una pequeña bolsita que guardaba en su bolsillo.
Él vió a Lauren preparar a Cielo para ir de paseo y esperó poder hacer lo mismo con la niña, aunque sin ser brusco con ella.
Cielo se fue emocionada a pasear. Manuel le hablaba preguntándole que princesas le gustaban y le contaba que él tenía un perro. La niña, muy conversadora, se mantenía entretenida.
Los tres fueron a un parque y a tomar helado. Manuel intentaba acomodar el cabello de la pequeña tanto como le fuera posible, esperando que en una de esas veces pudiese obtener al menos algunos que le sirvieran para la muestra de ADN.
-Tiene un cabello precioso, amo su color
-Es precioso. Me llama muchísimo la atención- Admitió el español peinando a la niña con sus dedos nuevamente
Él tuvo suerte después de tanto peinar a la niña y le dijo a Lauren que iría a comprar un refresco para tener oportunidad de guardar la muestra de la niña en una bolsita igual que la que tenía la muestra de Pablo.
Luna y Pablo habían mirado una película mientras la niña no estaba. No habían hablado de ese casi beso, todo pareció quedar en el pasado.
(......)
Manuel se despertó temprano y fue al laboratorio para entregar las muestras y pedir que sean analizadas. Pagó el resultado y dijo que Pablo iría a retirarlas. Sabía que demoraría semanas y que él ya no estaría en el país cuando sucediera.
Llegado el día, le diría a Pablo sus sospechas y dejaría que él hiciera lo que creyera correspondiente. Mientras tanto, guardaría silencio para no crear tensión innecesaria teniendo semanas por delante para salir de dudas.
Pablo y Manuel viajaron a visitar a Mark. Fue una idea de Manuel para hablar sobre aquella noche en la que su amigo se sintió completo.
-¿No recuerdas a esa mujer?- indagó Manuel
-Recuerdo muy poco. Estaba a oscuras, yo había bebido y además, me fui demasiado rápido o perdería el vuelo. Lamento no haber tenido tiempo- Pablo comentó desesperanzado, creyendo que jamás la encontraría
-Tengo la sensación de que podrás encontrarla. La esperanza es lo último que se pierde- Manuel dio por finalizada la conversación
-Eso espero. Me gustaría conocerla, preguntarle y repetir- Admitió Pablo
Manuel solamente pensó en que si las pruebas eran positivas, lo de repetir sería muy complicado y respecto a preguntarle... Les esperaría una conversación demasiado seria y hasta legal.
(......)
El nuevo matrimonio llegó de su luna de miel luciendo feliz. Habían pasado días en una playa y se notaba que habían tomado el sol. También les habían comprado obsequios.
Ellos vieron el regalo que Luna les había hecho y les encantó el resultado. Además, parecía no haber inconvenientes entre ella y Pablo, todo estaba demasiado tranquilo.
Pasaron días en aparente calma, Luna fue a trabajar a la pinturería y Pablo había salido a comprar algunas cosas. Cielo estaba con su abuela coloreando un dibujo y la niña hizo una pregunta que no podía responder.
-¿Abu y mi papá?- Su abuela se quedó muda. No sabía que respuesta darle y Luna no estaba para poder contestar
Cielo insistió algunas veces para tener una respuesta, hasta que se entretuvo con otra cosa y se olvidó.
Cuando Luna llegó a casa de trabajar con su padrastro y la cena estaba a punto de ser servida, su madre tenía un asunto más serio que tratar con ella y que sentía que no podía esperar. Ella ya había aguardado años una respuesta.
Pablo miró a su madrastra extraña y luego a su padrastro que no entendía que estaba pasando. Minutos más tarde, Eduardo llevó a Cielo al patio con la excusa de buscar un juguete perdido porque aquella conversación cada vez parecía intensificarse más. Las dos mujeres elevaban la voz.