La Debilidad Del Capó

...Massimo Russo Rizzato...

Hoy tuve una emergencia en la organización debo salir de urgencia, será una semana, aunque no quiero dejar a Stef sola, ella insiste que vaya que estará bien, salgo del despacho, Stef me espera en el salón —Cuidate si —me da un beso en los labios y la abrazo

—Son muchos días, sin tenerlos cerca

—Nos llamaremos si, solo cuídate

—Si amor, nos vemos el domingo —sali de la casa, con una sensación extraña, como nostalgia, pero sonreí, subí a mi auto y arranque hasta la oficina donde manejo todo lo de la organización, al llegar ya estaba Alesandro, durante el camino le pedí a Stefano que la fuera a ver, al igual que a Antuan —que sucede Alessandro, cuál es la urgencia —le dije con seriedad

—Nos robaron dos camiones con mercancía

—Como demonios pasó eso

—Los emboscaron, y nadie sabe quién fue

—Nadie sabía de esas rutas Alesandro alguien tuvo que decirles

—Lo estamos averiguando, si hay un soplon dentro lo sabremos.

—Es obvio que hay un traidor —gruño esto, mientras me sirvo un whisky y camino de un lado a otro, en eso tocan a la oficina —adelante —mi rostro está serio, y la sangre me hierve, quien se atreve a traicionar a Massimo Russo, quien se atreve hacer eso no vive para contarlo, y aquí todos los saben

—Señor aquí está la lista con los 10 sospechosos —me dice Joel dándome una hoja, la tomo de mala gana y empiezo a revisarla, y veo nombres conocidos, entre ellos está mi primo

—Por que está el nombre de Seth aquí —grito furioso, estrellando mi vaso de whisky contra el piso

—El señor Rizzato era uno de los que sabían exactamente la ubicación, y sabía horarios y todo señor —esto debe ser una maldita broma, Seth no es tan idiota para cagarla a si

—Donde está Seth —dijo

—Nadie sabe señor, esa es otra razón por la que se volvió sospechoso

—Joel pon a los hombres a buscarlo y lo quiero aquí vivo, no importa si llega golpeado, pero lo quiero vivo, tiene mucho que explicar —Joel asiente y sale de la oficina, paso mis manos por mi cabello, frustrado, furioso, no puedo creer que Seth se allá vuelto sospechoso, debe ser una maldita, broma

—Crees que Seth te traicione

—Espero que por su bien no, ya que sabes bien que me valdrá que sea familia —Alessandro asiente mientras sigue viendo las cámaras del lugar donde fue la entrega, y trata de rastrear los camiones donde iba la mercancía. Ya es de noche y no hay nada, Seth, no aparece, y tampoco hay rastro de la mercancía, mi paciencia se empieza acabar, y ya soporte mucho aquí sin moverme

—Deja de caminar en círculos, me mareas maldita sea, y no me dejas concentrar —miro por la ventana con la camisa arremangada, unos botones desabrochados, con un vaso de whisky, mientras pienso en las mil maneras que torturar al maldito traidor, entra Joel a la oficina sin tocar, algo que solo le soporto a Alesandro, me giro enfadado, para verlo y este se ve agitado y está todo sucio

—Que carajos te pasa, por qué entras a si —lo veo respirar.

—Tenemos al señor Seth

—Donde estaba y dónde lo tienes

—Estaba escondido en una cabaña, con maletas, y mucho dinero señor, está en el sótano —siento como mi sangre hierve —señor hay algo más —lo miro con el ceño fruncido

—Habla ya Joel

—Tenia con el a la señorita Sasha —veo como Alesandro toma de la camisa a Joel y le grita

—Que le hizo ese mal nacido a Sasha

—La tenía amarrada en una cama, media desnuda, y golpeada —ese imbécil tocó a mi hermana, juro que lo haré pagar, no debió hacerle nada, espero no haya hecho otra cosa

—Donde está Sasha —susurra al borde de las lágrimas Alessandro, el a estado enamorado de Sasha desde siempre, pero el quería que cumpliera su sueño, por eso no dijo nada, y solo era feliz verla lograr sus sueños, pero siempre la cuido —donde la llevaron —escupe este

—Esta en la habitación señor —sale casi corriendo Alesandro empujando a Joel, y salgo detrás de él, este empuja la puerta y vemos a mi hermana con su rostro metido entre sus piernas, solo lleva una camisa de hombre puesta —le di mi camisa señor, para que nadie la viera —murrmura Joel de tras mío, yo solo asiento, Sasha se deja abrazar por Alessandro y está se suelta a llorar, me acercó

—Hey Pequeña, ese imbécil te hizo algo —ella me mira, logro ver miedo, dolor, y mucha tristeza en su mirada, su brillo no está, eso me enfurece más

—S..s ..si, me... Me... Me to...tocó —habla entre sollozos, me quebró todo por dentro al oírla decir eso, siento una punzada en mi pecho al oírla a si, esa no es ella, ese idiota la destruyó, la tomo en mis brazos y logro ver sangre en sus piernas descubiertas, Alessandro sale y a los minutos regresa con ropa de él, Sasha no deja de llorar

—Ten ponte esto si, pero debes darte una ducha —esta asiente, Alesandro le prepara la ducha, y la carga para meterla a la tina, a un con la camisa de Joel, se queda a su lado y la ayuda a bañarse, sin tocar o ver de más, siempre la a respetado

—Te irás a la casa

—NOOO, que vergüenza con papá y mamá —grita desde la tina, y debo entenderla

—Te irás a mi casa, Stefani es doctora, ella te revisara, o prefieres ir a ver a Antuan

—Mandame con Stefani —Asenti y Alessandro me miró

—La llevas y le explicas todo, para que esté tranquila, y aún no dijas nada, debí hablar con papá, sobre la traición de Seth, sobre la mercancía, y Sas, sabes que tendrás que decirles verdad

—Si, pero podemos omitir lo de que.... qué ... Me tocó —susurraba, odio ver a si a mi hermana, ella es tan alegre, bromista, juro que lo acabaré

—Si, lo importante es que estés bien, ahora termina para que salgan, y tú vuelvas mañana —les dije y me fui a la oficina

****Llamada****.

-Algo pasa, por la hora

-Si, estoy en la oficina, es sobre Seth y... Y sobre Sasha.

-Que pasa con ellos, Sasha está en Milán.

-No, puedes venir, necesitamos hablar

-Ok, salgo para allá hijo

***Fin Llamada****.

Camino de un lado a otro, tratando de entender por qué mi hermana, es un maldito mujeriego que es muy agresivo en la cama, si eso todos los sabes, papá lo sentenció, y se supone que había entendido, mierda por qué mi hermana, no se lo deseo a ninguna mujer, pero ella, por qué, es su sangre, ojalá mamá pueda entender, me sirvo un whisky, mientras miro un punto invisible en la ventana, pasan mil cosas por mi cabeza y una de ellas es como lo torturare a ese mal nacido ...