Esther renace en un mundo mágico, donde antes era una villana condenada, pero cambiará su destino... a su manera...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
** Todas novelas independientes **
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Secuestro 2
[Me atan las manos con una rudeza que me quema la piel, y aun así, lo que más arde no son las cuerdas, sino mis propios pensamientos… Quizás nunca debí apartarme de mi plan inicial: no ser villana, no ser santa. Ser invisible, pasar inadvertida en medio del juego de Fabio y de sus ambiciones. Mantenerme al margen… Pero me dejé arrastrar… por un instinto que ni yo comprendo. Quise corregir, quise torcer los hilos de esta red de engaños. Y ahora estoy pagando el precio… El olor a humedad de este cuarto se me mete en la garganta, me recuerda que ya no tengo escapatoria inmediata. ¿De qué sirvió desafiar en silencio? ¿De qué sirvió intentar poner pequeñas piedras en su camino, si al final lo único que he conseguido es estar aquí, con la espalda contra una pared fría, a merced de quienes me descubrieron? Me pregunto si Fabio sabía que tarde o temprano este sería mi destino. Me pregunto si Arturo… No. No debo pensar en él. Ahora debe estar tranquilo, yo ya no lo podre molestar. Tal vez debí seguir siendo esa Esther que se prometió no tomar partido, que prefirió la comodidad de la neutralidad. Ni heroína, ni sombra. Solo una mujer que observa y sobrevive. Pero ya es tarde para arrepentirse.]
Las cuerdas aprietan con cada movimiento, y los hombres que me rodean hablan sin siquiera preocuparse por bajar la voz. Como si ya me consideraran parte del botín, un objeto sin valor propio.
—La tenemos. —gruñe uno, con un tono satisfecho—. Fabio va a querer verla pronto, pero hasta entonces… que aprenda lo que significa meterse en asuntos que no le corresponden.
Otro se ríe, áspero, como si el sonido pudiera cortarme la piel.
—Siempre se creyó más lista de lo que era. Nadie toca los planes del jefe sin pagar.
Siento un escalofrío recorrerme la espalda. No es tanto el miedo a lo que puedan hacerme, sino la certeza de que me descubrieron por completo. Cada movimiento, cada mínima trampa que creí ingeniosa, fue registrada.
Una hora. Eso fue lo que necesitó Arturo para localizarlos.
Cuando el informante terminó de hablar, confirmándole que en el escondite había únicamente mercenarios y no miembros de más alto rango, una sombra se instaló en su mirada. La decisión ya estaba tomada.
—Solo quiero que saquen a Esther —ordenó, con la voz grave, sin dar espacio a preguntas—. Yo me encargaré del resto.
Los hombres a su alrededor intercambiaron miradas de inquietud. Arturo no solía recurrir a la magia. Su poder era casi un secreto temido, un recuerdo de lo que era capaz de hacer si dejaba salir esa parte de sí mismo. Y sin embargo, esta vez no vaciló.
—Se distraerán conmigo —continuó, ajustando el guante de cuero en su mano derecha—. Ella debe salir ilesa. Ninguna herida. Ninguna demora.
Un murmullo de asentimiento recorrió el grupo, pero él ya no escuchaba. Su mente ardía con una sola certeza: a esos hombres no se les permitiría volver a respirar.
Los quemaría.
En lo profundo de su pecho, la magia que siempre mantenía encadenada comenzaba a agitarse como un fuego hambriento. Pocas veces la usaba para atacar a otros, pero esta vez, no sentía culpa, ni freno. Solo justicia… o tal vez venganza.
—Ellos tocaron lo que es mío —susurró, más para sí mismo que para nadie—. Y eso se paga con cenizas.
El viento en torno a él vibró tenuemente, como si presintiera lo que estaba a punto de desatar.