una mirada una obsesión o amor a primera vista? su ángel misterioso o su demonio personal? que será de la vida de Mariana y Mauricio viconti.
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**Capítulo 17 – Rupturas y heridas**
( punto de vista Mariana y Mauricio)*
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**[Punto de vista de Mariana]**
Había vuelto al pueblo con la idea de que todo sería más claro. Pero no lo era.
Pasaron varios días, y aún sentía un torbellino en el pecho.
El domingo por la tarde, Miguel vino a visitarla. Traía medialunas y la misma sonrisa dulce de siempre.
—¿Cómo estás, Maru?
Ella suspiró, sentándose en la vieja banqueta de la panadería.
—Confundida. Harta. Rota.
—¿Querés hablar?
Ella asintió. Se hizo un silencio denso.
—¿Vos sabías?
Miguel bajó la mirada. Jugó con una servilleta.
—No todo. Pero sí. Sabía quién era… y que te cuidaba desde lejos.
Mariana lo miró, perpleja.
—¿Y los golpes?
Él tragó saliva.
—Fueron… una advertencia. Me acerqué demasiado a vos, y él no lo soportó. Yo… también me dejé llevar. Me gustás, Mariana. Pero sabía que no era yo. Nunca fui yo para vos. Y en el fondo vos también lo sabes solo que estás confundida, entre la razón y el corazón.
—¡¿Y aun así dejaste que me enamorara de alguien que jugaba a las sombras?!
—No jugaba. Ese tipo te ama, Maru. A su manera retorcida, pero te ama.
Ella se levantó bruscamente.
—¡Eso no lo hace bien! ¡No lo hace sano!
Miguel la sujetó del brazo con suavidad.
—Donde hay un manual del amor? Quien sabe que es correcto? Pensa si a tus 16 años el se hubiera presentado ante vos y te hubiera dicho todo le hubieras dado la oportunidad?¿Y qué hacés con lo que sentís vos ahora?
Ella bajó la vista. Sus dedos temblaban.
—No lo sé.
—
Volvió a la ciudad dos días después. Su mamá insistió. Tenía que seguir con su vida.
Empezó a ir a clases. Se encerró en los estudios, en los libros, en los diseños. Llevaba auriculares siempre. No quería cruzarse con Mauricio. Y si lo hacía, se escondía, tomaba otro camino, evitaba mirarlo.
Pasaron semanas. Luego meses.
No dejó de pensar en él ni un solo día.
Y aún así, no lo buscó.
Hasta que un día de lluvia, como el de aquella vez, todo cambió.
Iba cruzando la calle apurada. El semáforo parpadeaba en rojo. El conductor de una camioneta no la vio. Y ella no escuchó por los auriculares.
Solo sintió el golpe.
Y luego, la nada.
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**[Punto de vista de Mauricio]**
Lucio entró a la oficina con el rostro lívido.
—Tenés que sentarte.
—¿Qué pasó?
—Es Mariana. La atropellaron. Está grave. Está en terapia intensiva.
Mauricio sintió que el mundo se detuvo. Se levantó de un salto, tirando todo al piso.
—¿Dónde?
—Hospital Central. Acaban de internarla.
No dijo una palabra más. Corrió.
Y mientras manejaba como un demente, recordaba cada sonrisa. Cada vez que la vio desde lejos. Su voz. Su perfume. El sonido de su risa que aún escuchaba en sueños.
Entró al hospital como una tormenta. Nadie se atrevió a detenerlo.
Y cuando vio su cuerpo inmóvil en la camilla, lleno de tubos y vendas, algo en él se quebró.
—Dios… no. No así.
Lucio lo alcanzó. Mauricio apenas lo miró.
—¿Quién fue?
—Un accidente, dicen. El conductor quedó en shock. Fue real. No hay nada oscuro en esto.
—¿Dónde vive?
—Mauri…
—¡¿Dónde vive?!
—Te lo consigo. Los
Mauricio se sentó junto a la cama. Tomó su mano.
—¿Ves lo que lográs? Hasta desde una cama me tenés arrodillado.
Las lágrimas le corrieron, sin pudor.
—Perdón. Por todo. Por ser un cobarde. Por esconderme. Por no darte lo que merecías.
Se acercó a su rostro.
—Pero si salís de esta, te juro que lo arreglo. Que no voy a esconderme nunca más. Que te voy a dar el mundo. Y si no querés nada de mí… entonces me lo dirás vos. A los ojos. No la muerte.
Apretó su mano, con desesperación.
—Mariana… no te vayas. No podés irte.
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pero de todas está me GUSTO 😍 MUCHO ....
SIN TANTO Capitulo sencilla Pero bonita ❤️ ;
solo pudo decir GRACIAS 🫂