Contrato Sellado

Fueron unos días relativamente tranquilos, hasta que un día llegó Romel el asistente de Ren, llegó con más cosas para la boda que atender, empezaba a detestar a ese chico pero también a respetarlo pues se dió cuenta que su trabajo era muy difícil. Se veía muy cansado y con unas ojeras como panda. Por ello empezaba a ser más solidaria con el.

- Señorita Uchida, vengo a entregarle este informe de la boda, ya casi está listo todo.-

Le entrego algunos papeles necesarios, ella también ya estaba estresada.

- Gracias Romel, cómo va todo en la oficina?.-

- Bien señorita, el joven Ren está dando lo mejor de si para terminar a tiempo.-

- Hmm.. ya veo, está bien. Y cuantas mujeres han ido a verlo?.-

Romel desvío la mirada, por eso le incomodaba venir a ver Saori, siempre andaba preguntando sobre las mujeres de Ren y eso era muy incómodo para el pues que podía decirle si su jefe era muy mujeriego.

Pero ella era muy insistente y esa mirada daba miedo, por ello siempre terminaba delatando a Ren.

- Bueno... Vinieron dos señoritas, una de ellas era extranjera y la otra es una con la que reciente estaba saliendo, antes de que la coniciera a usted.-

- Oh!, Lo estás justificando?.-

Le dijo con una sonrisa radiante. Y Romel sintió escalofríos. Cada vez la conocía más y más miedo le daba y más se daba cuenta de lo adecuada que era para su jefe.

- No señorita claro que no. Yo jamás haría eso, solo digo lo que veo y lo que se.-

- Jajaja tranquilo, está bien lo entiendo. Sólo me gustaría que me informaras de todo en el futuro, por favor.-

Una gran sonrisa está vez no fue nada encantadora sino que más intimidante, a lo que Romel solo asíntio repetidamente.

- Si, si, si señorita por supuesto. Cuente conmigo.-

- Bien ~ Gracias.-

- Por cierto señorita.-

- Si, que pasa.?-

Le pregunto Saori mientras ojeaba las hojas que acababa de llevar Romel.

- Su hermana sigue insistiendo en ver a el joven ren.-

- No es mi hermana.-

- Perdón, su hermanastra. Sigue llendo y a veces logra entrar pero no puede llegar a presidencia. Porque necesita clave para el ascensor.-

- Hmmm... Si supongo que está desesperada. [Se apoyo con ambas manos en su rostro, debía pensar como hacer enfadar a su hermana ahora.] Bueno, creo que debería ir yo misma, cierto?.-

El no sabía cómo responder. Así que se decidió por callar y esperar.

- Mañana iré a la oficina de Ren, la dejas entrar y yo llegaré en ese momento.-

- Si señorita.-

- Bien te veo mañana.-

Se despidió alegremente de el, a lo cual Romel ya estaba acostumbrado, ella cambiaba mucho sus actitudes. Pero debía acostumbrarse pues ella sería la señora Ootani muy pronto.

Al siguiente día Ren estaba trabajando en su oficina, estába muy estresado. No creía que tenía que hacer todo este trabajo extra por irse una semana de vacaciones. Era totalmente un desperdicio pero tenía que hacerlo para complacer a su abuelo y a su prometida.

El realmente estaba sorprendido, porque quería complacerla, era por lastima? O que era?. Su vida fue muy trágica y triste, pero ella seguía siendo muy fuerte e indomable, eso le atraía, además que era muy linda, su cuerpo bien definido y esos ojos color miel que eran tan serenos y fríos. El realmente estaba atraído, y no pudo completar lo que empezaron en la fiesta de compromiso, al parecer tendría que ser hasta el día de la boda, eso no le agrado mucho, pero sería paciente por saborear a esa exquisita mujer.

Siguió con su trabajo. Y después de algunas horas entro Romel avisando que tenía una visita, esto lo extraño porque no esperaba a nadie, y el no le dijo nada más tampoco, lo miro fijamente y únicamente Romel desvío la mirada, estaba ocultando algo importante.

- Qué te pidió hacer mi prometida?.-

Pregunto cómo si ya supiera lo que pasaba, el siempre era así, se delataba solo y sabía que Saori a veces puede ser muy dominante y Romel era debil.

- Lo lamento presidente.-

Es lo único que dijo y salió. Dejando a Ren con la boca abierta, el no lo llamaba así, así que asumió que lo que iba a pasar no iba a estar bajo su control o algo muy malo y grande estaba por venir y era su forma de disculparse, llamándolo presidente antes de que lo despidiera.

Después de unos minutos regreso tocando la puerta, y no le quedó otra que recibir la visita.

Cuando Ginebra llegó a la empresa Ootani estaba desesperada, no podía acercarse a ninguno de los dos y ella quería terminar ese matrimonio no se podía rendir, Ren le ha gustado desde antes, no podía permitir eso. Continuo insistiendo en ver a Ren, ella quería que él supiera la verdad de su hermana, tenía que hacerlo decepcionar de ella, a cómo de lugar. Continuo y continuo sin éxito alguno pero también noto como varias chicas siempre llegaban y las dejaban pasar como si nada, eso le molestaba pero en cierto modo tenía satisfacción en ello porque sabía que su hermana no era exclusiva, el seguía de picaflor.

Después de llegar a recepción y pedir ver a Ren, le dejaron pasar lo que la alegro inmediatamente, al fin podía verlo, subió el ascensor hasta el piso 7, ahí la dejaron esperando en una sala, fueron 20 agobiantes minutos en lo que esperaba, aunque eso le sirvió para pensar bien lo que iba a hacer y a decir. Hasta que Romel entro para llevarla a la oficina de Ren.

Por su parte Romel cuando le avisaron que había llegado, ya había avisado que la dejarán en la sala de estar mientras el le avisaba a Saori y ella le decía que iba para allá que la deje esperar 20 y luego la dejé pasar. Eso lo sorprendió, realmente iba a dejarla hacer eso?, ella era cruel aunque aún no sabía con quién.

Al entrar Ginebra estaba con su sonrisa radiante, toda altanera y segura de sí misma. Pero Ren frunció el ceño al instante, no quería ver a esa mujer, ella era insoportable. La primera vez que la dejaron pasar ella solo se dedicó a escupir pura mierda que el la quería lejos, aunque intuye que fue Saori la que organizo eso, de todas formas mira enojado a Romel, el solo se disculpa y sale. Ginebra se fue a sentar frente al escritorio de Ren y lo miro con una sonrisa, eso fue desagradable para el pues veía claramente las intenciones de ella.

- Quién le dió permiso de tomar asiento?.-

Preguntó el enojado, pues no le agrado las libertades que esa se tomó.

- Lo lamento Ren, es que yo creí que...-

- Además, quien le dió el permiso de hablarme por mi nombre?-

Ginebra estaba molesta, pues el seguía hablándole de manera grosera y hace tiempo que se conocían. Sólo apretó los labios y se contuvo de decir algo que le desagradable.

- Si ya no tiene nada más que decir... [La miro fijamente y con su mirada fría le dijo.] Largo.-

Eso le dolió mucho y no sabía que hacer ni como tan siquiera como decirle lo que traía preparado. Estaba indefensa ante el como siempre le era difícil acercarse.

Pero no podía rendirse, tenía que hacer lo que sea para que ese matrimonio no ocurra.

- Disculpa... Disculpe señor Ren, es que vengo a decirle algo muy importante de mi hermana.-

- No me interesa. Ahora vete.-

- No, es que no entiende, es algo que debe saber antes de casarse [Se levantó para ponerse cerca de el y agarrar su brazo, llevaba un escote muy pronunciado, y las acercó al rostro de Ren] ella no es lo que cree.-

El frunció el ceño, sabía perfectamente lo que está mujer quería, pero por ahora no podía hacer nada que sea malinterpretado pues las clausulas del trato eran muy desfavorables para quien las incumpliera, además que esa mujer no era de su agrado, el tenía gustos refinados.

- Ya se que ella no es lo que parece, y eso qué?. Tengo que casarme con ella.-

Ginebra estaba feliz, el matrimonio era obligatorio y el tenía que aceptarlo, había posibilidades para ella.

- Eso es lamentable, casarse por obligación. Pero no puede casarse con mi hermana, ella es ...-

Trato de darle enfasis a su actuación, mientras actuaba lamentable y pegando su busto a el.

Ren se estaba frustrando, era lamentable ver a esta arrastrada haciendo esto con el prometido de su hermana y por lo que sabía no era la primera vez que lo hacía. Eso le pareció divertido y sonrió.

- Ya veo, tiene mucho que decirme, porque no toma asiento y charlamos.-