Esta novela nos habla un poco sobre el romance juvenil y ese gran amor que nunca fue, una chica con grandes sueños y mucho amor pero entregado al hombre incorrecto.
NovelToon tiene autorización de 𝑱𝒆𝒂𝒏_𝒃𝒐𝒐𝒌𝒔 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO XVI
El día empezó de maravilla: era un lindo jueves, ya faltaba poco para terminar la semana y los temidos y agotadores exámenes finales. Hice mi rutina de todos los días y me fui a la uni, como de costumbre.
Llegué, saludé a los chicos y abracé a Josh. Aquí empieza todo: ese peculiar abrazo. ¿Recuerdan que podíamos durar horas abrazados? Ese abrazo solo lo di yo; no me lo correspondió en lo absoluto, pero, como ya habíamos hablado de su estrés, seguí suponiendo que era por eso. Nos quedaban los exámenes de hoy y mañana y seríamos libres de eso, pero resulta que a la profesora se le presentó un imprevisto y lo cambiaron para mañana. Más estrés en un solo día para todos, y una sensación extraña que empezaba a instalarse en mi pecho.
Josh seguía igual conmigo: distante y raro. Intenté abrazarlo o estar con él y me evadía, lo cual ya me dolía un poquito más. Intenté mantener mi mente ocupada y no prestar atención a eso. ¿Por qué no me acercaba y hablaba con él para aclarar las cosas? Primero, porque él me evadía constantemente, y segundo, porque tampoco quería hacer un problema más grande sin razón alguna, arriesgándome a estropear lo poco que quedaba de nuestra normalidad.
Ese día teníamos planeada una salida al parque todos los de nuestro grupo al salir de la universidad, así que, apenas salimos, nos fuimos. Durante toda la salida seguía distante, no me dirigía la palabra, me veía y solo quitaba la mirada. A este punto ya me dolía su indiferencia, pero seguí como si nada, tratando de disimular mi creciente inquietud. Pasé el rato tranquila, aunque siempre buscándolo con la mirada, haciendo contacto visual con él hasta que quitaba la mirada. Sara se tuvo que ir antes y luego el grupo se dispersó. Mary y yo nos terminamos yendo juntas a nuestras casas.
—Me duele la manera en la que hace como si yo no existiera —le estaba comentando a Mary, con la voz quebrada, mientras caminábamos bajo el sol de la tarde.
—¿Pero pelearon? —preguntó ella, con genuina curiosidad.
—Lo más raro es que no, y ayer estábamos normal, riendo y bromeando como siempre.
—Qué raro —dijo Mary, pensativa, mientras seguíamos nuestro camino en silencio.
Llegué a mi casa y, después de una larga, pero muy larga ducha, me acosté en mi cama viendo al techo y pensando, hasta que el sonido de mi cel me interrumpió.
Josh— ¿Qué pasó, Bro? ¿Ya llegaste? —Ah, ya superentiendo.
—Uf, hace rato —le respondí con el nudito en la garganta, sintiéndome extraña al ver su mensaje.
—Ah, bello, bello.
—¿Y tú? —le respondí buscando conversación, desesperada por alargar ese intercambio.
—Acabo de llegar.
—Ah, ok, ok.
—¿Comió? —preguntó él.
—No.
—¿Y eso?
—No tengo hambre.
—Ah, ok.
—¿Y tú?
—Yo tampoco.
—Ah, ya, ya.
Y bueno, después de esa armoniosa charla, simplemente dejé el cel y me acosté a dormir un rato. Era la única manera de dejar de pensar en todo, en esa situación confusa y dolorosa que me estaba consumiendo.
Casi dos horas más tarde, desperté del coma en el que caigo cuando duermo. Tenía dos mensajes del susodicho, y mi corazón latió con una mezcla de esperanza y temor.
Josh— Ey, Bro, ¿estás ocupada?
—No, me acabo de despertar.
—Ah, ok, ok.
Seguido de esto, llegaron al menos cinco audios de casi dos minutos cada uno. Mi corazón se aceleró un poco porque sabía que eso no era para nada bueno: el comienzo de una discusión o el final de algo… Tuve que tomar todo el valor para escuchar aquellos audios. No sabía qué contenían ni si era para bien o para mal, pero eso marcaría un antes y un después muy drástico en mi vida. Tal vez algo bueno o tal vez algo malo, no lo sabía y me daba pánico escuchar aquello que definiría un momento crítico en mi vida. Y, ya dejando el drama de lado, había que tomar todo el fuerza y valor y reproducir cada uno de aquellos audios, enfrentando lo que fuera que me esperaba.