El Renacer Del Duque Exiliado.

En el ducado, no tardo en llegar la noticia de la boda de Rania con el Marqués Foretier, muchos hablan de los extravagante que fue la fiesta, los condes gastaron una fortuna para presumir, Rania lucio un vestido de los mas caro, ya que tuvo algunos adornos hechos de diamantes puros, incluso su joyería estaba hecho diamantes. Por supuesto, los condes no estimaron en gastos, porque creen que ese dinero lo tendrán pronto de regreso cuando los Foretier les ayuden a agrandar sus negocios.

Y justo como en la historia, la noche de bodas llegó después de la fiesta, Rania se había divertido, su ahora esposo fue todo un caballero durante el evento. Así que, estando en la alcoba, ella creía que sería igual, hasta que el Marqués la tiro sobre la cama y se acomodó sobre ella quitándole el vestido con desesperación.

—e-esposo...espere...por favor...yo aun no me siento lista para esto.— suplica con los ojos llorosos.

—¿lista?, que estupidez dices, eres mi esposa, debes de cumplir.— respondió con evidente enojó.

El hombre no le hizo caso y siguió con lo suyo. Fuera de la habitación se escuchaban las suplicas de Rania, sus gritos pidiendo ayuda, pero, nadie atendió a ella. Al acabar, ella estaba envuelta en la sábana hecha un mar de lagrimas y el Marqués se había marchado al baño después de saciar su deseo. Rania no salía aún del shock de todo lo que había pasado, con Carl fue diferente, él no la presionó, ni le exigió cumplir con ese deber.

—deja de lloriquear, bien que te gusto. Ya te hacía falta, porque ese plebeyo, se nota que ni hombre era, que no hizo lo suyo.— se burla el hombre.

Rania solo siguió llorando sin decir nada, jamás imaginó que su vida de casada sería de esa forma.

Semanas después de la boda, el actual Marqués Foretier le paso el título a su hijo y poco después, este, y su esposa, se fueron de viaje, pero al volver, ellos se quedarían en su villa, dejando la mansión principal a cargo de su hijo. La condesa al enterarse de esto, rápidamente fue a la mansión con maletas en mano, asegurando que como su hija necesitará de ella porque es joven y aun debe de aprender.

—¿y piensa que con usted aquí mi esposa aprenderá?— reclama el Marqués.

—por supuesto mi señor, prometo que ella aprenderá de mi a gestionar la casa como toda una Marquesa.— asegura la condesa.

—¡no!, lo mejor es que ella aprenda sola y si hace falta, el mayordomo y la ama de llaves la ayudarán.— hace una seña.— regresen las maletas de la condesa, ella volverá al condado.

—¿que?, no puede hacerme eso...ya dije que estaría aquí una temporada.— reclama la mujer.

—esposo, dejemos que se quede, yo aún no me acostumbro a estar sin mi madre.— pide Rania.

—creí que me había casado con una mujer, no con una niña que aún necesita de su madre.— reclama molesto el Marqués.

Rania pudo escuchar como elevaba su voz, así que agacho la mirada. Mientras que la condesa, pedía que no se lleven sus maletas, pero los sirvientes no hicieron caso y las subieron de nuevo al carruaje. La condesa al final, fue obligada a marcharse, mientras que en la sala, resuena el sonido de una cachetada y Rania estaba ya en el piso con la mano cubriendo su mejilla.

—si tu maldita madre regresa, esto y más te espera.— le grita el Marqués.—no quiero a esa vieja metida en mi mansión.

Rania dejo salir su llanto, no solo su noche de bodas fue horrible y le dejo un intenso dolor que duro días, ahora, no podía siquiera ver a su madre.

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Por otro lado, Carlisle supo que la boda ya había sucedido hace más de esa semana, así que, el calvario de Rania estaba por empezar, era una pena, ¡nah!, en realidad no siente pena por ella, ¿por qué lo sentiría?, nisiquiera le gustaba, ni le agradaba, diferente sería si le tuviera un poco de consideración, pero ni eso. Total, no tiene caso pensar en eso, él ya tiene su propia vida y una esposa muy linda, a la cual justo ahora, veía entrenar.

Arya usaba una espada de madera mientras se enfrenta a Sam, siendo él y su hermano uno de los mejores caballeros del ducado. Arya tenía buena postura, y su defensa era muy efectiva en cada ataque, incluso al momento de devolver el ataque, Sam sentía vibrar la madera en su mano en cada golpe, la princesa tenía una fuerza excepcional, por algo era considerada una de las guerreras mas fuertes del imperio.

Al final, quien gana dicho duelo, es la princesa, logrando que Sam pierda la espada. Todos los caballeros presentes celebran y halagan a la princesa por su victoria.

—mi esposa es una excelente espadachín.— se acerca extendiendo los brazos.

—alteza, ¿vio todo?, su caballero también fue un gran rival.— responde la rubia emocionada.

—bueno, debo decir que el ducado tiene a los mejores guerreros, todos ellos son mis compañeros de batalla.— aunque lamentablemente como en toda guerra, no todos volvieron a casa con vida, lo cual fue lamentable para sus familias.

—no lo dudo, todos hablan bien de usted, y yo misma los vi en batalla.— la princesa recibe una toalla de parte de Nana para limpiar su rostro.

—recuerdo haberla visto también y escuche de su hazaña al cortar la cabeza de un príncipe, todos hablaban de eso.—

—no fue fácil, pero lo logré, aunque eso atrajo a los hermanos en busca de venganza.— deja escapar un pesado suspiro del solo recordar.

Ambos caminan lejos del campo de entrenamiento, mientras siguen hablando de sus vivencias en el campo de batalla, para Carlisle era bueno tener esos recuerdos o no sabría ni que decir.

—y justo esa noche, fue cuando aquella bestia me ataco y dejo su maldición en mi.— aprieta el puño.— aunque admito que eso me dio más poder, mi lado salvaje no fue fácil de controlar.

Arya agacha un poco la vista, pero toma del brazo a Carlisle.

—solo pensé que gracias a eso pudo hacer más en la guerra, no solo es una maldición, si le sabe dar buen uso, será un beneficio.— comenta Arya.

—suena fácil, pero, ¿que hago con esa hambre que me pide a gritos corazones humanos? Esa es la peor parte de la maldición.— en cierto modo, le da algo de asco, del solo recordar que se devoró hace poco uno.

—¿ha probado con corazones de animales?— levanta la vista.— quizás no sea lo mismo, pero saciara su hambre.

Carlisle fue tomado por sorpresa con la sugerencia de Arya, pues ella no parece preocupada por la maldición, cualquier otra mujer tendría miedo por su vida, por ser herida si se descontrola o miedo a dar a luz a un hijo con la misma maldición.

—no he pensado en ello, la maldición esta controlada por un hechizo del mago imperial, pero, no se por cuanto tiempo.— es mejor no mencionar que el hechizo se rompió.

—entiendo, pero por ahora, no debe preocuparse por eso, y me tiene a mi para apoyarlo, si el hechizo se rompe, yo lo ayudaré a buscar otra alternativa.— promete Arya.

—agradezco que no huyas por algo así.— y hará todo lo posible por no herirla a ella.

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Si notan que ahora pongo Marqués, al esposo de Rania, es porque lo estoy cambiando, una amable lectora me comento este detalle, y es que el conde tiene mayor estatus que Barón, y al revisar en san google, pues es verdad, y como los condes quieren subir de estatus, entonces lo mejor es que sea un marqués el esposo de Rania. Amable lectora, muchas gracias por el dato ❤️