La Rebelde Mila Y El Mafioso.

Narrador omnisciente. En la iglesia todos esperan la llegada de la novia, el conde está nervioso esperando el momento para formar parte de una de las familias más poderosas del país.

Los hombres del conde que escoltaban a la futura condesa, le avisan que la joven ha sido secuestrada.

—¡Maldición!— exclama—ahora no habrá boda—sale de la iglesia bajo la mirada de todos los invitados.

—¿Cómo permitieron que eso ocurriera?—le da un golpe en el rostro al jefe de seguridad, el que debía encargarse de que la novia llegará segura a la iglesia.

—Señor, es que ellos eran muchos, tenían muchas municiones, además de eso la señorita parecía conocerlo.

—Esa perra, seguramente fue un plan para impedir la boda, ya sabía que no quería casarse la muy hija de… Mientras tanto por la parte del padre de Mila. —Señor raptaron a la señorita Mila.

—¿Cómo es eso posible?, ¡para eso no les dije que la cuidaran!

—Señor es que ellos eran muchos más, y al parecer la señorita Mila lo conocía.

—¡Mila!—Dice desconcertado—¡conoce a esa clase de gente!, ¿cómo es posible?, está niña cuando se va a comportar como lo que es—Se pasa la mano por la cara—¿ya saben de quién se trata?

—Es un mafioso de Suecia, llamado Kenán Keller.

—¡Keller!, ese apellido me suena, pero no sé de donde, solo toca esperar que llamen, rastreen el teléfono de Mila, no sé qué demonios hagan algo—Se enfurece.

—Papá, ¿ya te enteraste lo que pasó?—Llega su hijo.

—Si ya lo sé, ¿qué has averiguado?

—Es un tipo que conoció el otro día, desde un principio le dije que ese hombre no me daba buena espina.

—¿Sabes quién es?, Bueno, vamos a ponernos en marcha, debemos conseguirlo.

—Papá son personas que saben ocultarse, solo debemos esperar que llamen y pidan lo que quieren, dinero como todos—Rueda los ojos.

—Lo que me pidan se los daré, lo importante es que me devuelvan con vida a mi hija, que no le hagan daño.

El señor Alexis Kunis, podrá parecer un hombre frío, sin sentimientos, que ha sometido a su hija a casarse con alguien que ella no quiere, pero su familia es para él lo más importante.

Lo que Mila no sabe es que su papá siempre ha evitado justamente que suceda algo como eso.

En la mansión Kunis está su familia, a la espera de la tan ansiada llamada, mientras un grupo de expertos se encarga de rastrear el teléfono de la joven, tienen todo listo para el momento de la llamada.

El día paso sin haber conseguido ninguna información, no hubo ni señales de humo.

—Señor Kunis tiene que saber que esta es la forma de proceder de los secuestradores, ya que eso es hacer presión, pasar días sin dar ningún tipo de señal, con la firme idea de que le sea dado lo que pidan.

—¡Desgraciado!, como se va a meter con lo más preciado que tengo, nada más deja que le pongas las manos encima.

Mila hace ejercicios, puesto que no tiene mucho que hacer, mientras tanto estudia la manera de enamorar a su secuestrador, decide estudiarlo, a lo mejor darle la oportunidad de conocerlo, ella recuerda cuando se estuvieron hablando por teléfono antes de que sucediera todo eso.

Claro, pensó, apelando a qué todo fuera real.

—Kenán, cuando crees llamar a la familia de la estúpida esa.

—Jessy déjame trabajar, no entiendo por qué ahora te interesa tanto lo que hago, cuántas veces he hecho estás cosas y te ha dado exactamente lo mismo—muerde el lapicero que tiene en las manos levantando una ceja.

—Bueno amor y es que no puedo, yo solo quiero estar contigo—miente, ya que ella siente que Mila es una amenaza, no solo porque es una mujer superhermosa, sino porque se dio cuenta de que Kenán ha hecho cosas diferentes, no sabe con qué propósito, pero no le gusta nada.

Se sienta sobre el escritorio abriendo las piernas, para que su intimidad quede muy cerca de su hombre.

—Hace días que no me tocas—Le habla con sensualidad.

—Jessy, tú piensas que estos días he tenido tiempo para esas cosas, la muerte de mi padre, las cosas con Mila no es nada fácil—La agarra por la cintura.

—Estás estresado mi amor, ve como tienes las manos frías, sabes que odio eso—Agarra las manos de Kenán y se las coloca sobre la tela, ya que la mujer odia cuando tiene las manos frías.

—Mejor me voy—se levanta molesto, odia cuando ella le hace ese tipo de reproches, acaso es que él tiene la culpa de ser así, se cuestiona muchas veces el porqué está con ella.

Simplemente, porque son del mismo mundo, ninguna otra mujer podría estar con él, entenderlo como lo hace una mujer que ha crecido en su mismo entorno.

—Señor Kenán disculpe—entra uno de sus hombres—la señorita Mila, necesita que usted vaya a verla—le da la información que envío Mila. 

—Iré de inmediato.

—Deja, me doy un baño y nos vamos—dice Jessy al escuchar que iría a ver a Mila.

—No irás, tengo cosas importantes que hacer y no tengo las más mínimas ganas de discutir contigo.

—Amor, como vas a ir solo.

—¡Y cuál es el problema!, ¿dime si hay algún problema?

—No es que…

—Estoy demasiado estresado, me voy—Sale de la biblioteca y se va cerrando con fuerza la puerta.

Jessy queda molesta, porque siente que Mila hará que pierda a Kenán.