La Trampa

Al entrar en la oficina Omar no tuvo más que regañar a Xante por volverse a quedar dormido… pero al despertar de su sueño, el chico no puede evitar pensar que algo malo pasa con su salud, a lo mejor, la vida le está dando la oportunidad de decirle a su esposa cuánto la ama, y resolver los problemas en su familia, que no son pocos pues, aunque se casó, nunca quiso asumir el liderazgo de la familia Ximénez.

Omar: ¡¡Xante, deja ya de dormir!! Mejor vete a tu casa… ¡No! Mejor, ven a comer con nosotros y de ahí te vas a tu casa, necesitas relajarte hermano, descansar como se debe, pero no aquí.

Xante: (Asustado) Me estoy muriendo hermano…

Omar: (Harto por sus lloriqueos) No seas payaso… nadie se muere por vértigo y dormirse un par de veces… si quieres, vamos a comer y de ahí a hacerte un examen médico general.

Alejandro, Omar y Xante fueron a un nuevo restaurante, lamentablemente, minutos después de la comida, una intensa sensación de ardor y quemazón comenzó a afectar el pecho y garganta de Xante, quien ahora está más que seguro de que algo muy malo pasa con su salud.

Alejandro: Ten cuidado amigo, así empezó mi tío Federico que murió de cáncer de estómago seis meses después…

Tras ser fulminado por las miradas de Xante y Omar, todos fueron al médico para un análisis general y le fue diagnosticado pirosis, aunque aun se debe determinar qué le causó este problema, así que el joven deberá someterse a un examen mucho más intenso.

Tras esta noticia, sin dudarlo, Omar –conociendo mejor que nadie a su amigo—llamó a la esposa de Xante, para ello decidió usar el teléfono del chico, pues le encanta que, aunque suele ser una persona seria y fría, a él siempre le da respuestas bastante divertidas y en este momento su amigo necesita urgentemente mejorar su humor.

Omar: Ya está marcando y puse el altavoz, quiero saber qué te dice hoy.

Esposa: Condones Galar, 50 uno, dos por cien…

Xante: (Rojo como tomate) ¡¡¡Amorcito!!! ¡¡No digas eso!!

Disculpa querida, disculpa, Omar puso el altavoz por hacerme una broma y escuchó lo que dijiste… sólo te llamamos porque te extraño mucho corazón. ¿Qué estabas haciendo?

Luego de muchos coqueteos que hicieron que Alejandro y Omar se alejaran sintiéndose incómodos, pero burlándose de su amigo, Xante le contó a su amada que está en la clínica.

Xante: Sentí un ardor intenso en el pecho y la zona de la garganta, aunque el médico dice que todo estará bien, fue tan fuerte que sentí que me quemaba por dentro… amor, tengo miedo de morir sin volver a verte. Alejandro me platicó que uno de sus familiares inició así sus síntomas de cáncer de estómago.

Esposa: Cálmate, tampoco creo que sea para tanto… no suelo tener tan buena suerte… jajajajaja. Además, tienes prohibido morir en los próximos 15 días. Mi viaje se va a extender por otros 10 días más y cuando regrese a casa planeo encerrarte en la habitación hasta que me ruegues que te deje ir a trabajar… jajajajaja.

Obviamente, todo esto hizo que Xante se sienta de mejor humor y ante la promesa de su esposa, no pudo evitar sentirse feliz, pero no se puede quitar la idea de que tiene a la muerte cerca y eso es como una nube negra que se cierne sobre su cabeza.

Fue entonces cuando recordó lo que su padre le decía: matrimonio y mortaja, del cielo bajan… y es cierto, si le hubieran preguntado hace cinco años si se quería casar, los habría tachado de locos pues en sus planes sólo pensaba en consolidar su empresa… y nunca se imaginó que su boda sería con esta bella mujer hasta que la vio frente al altar.

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Aun lo recuerda bien. Luego de que empezaron las citas con las hermanas Covarrubias, al final, al cortejo se presentaron Dante, Cian, Cormac y él (Xante), aunque también hubo reuniones con Fergus pero su caso fue especial, porque sólo visitó a Aossi y no fue una, sino en varias ocasiones, siempre enfatizando que eran amigos.

De todos ellos, el único que siguió bien el cortejo hacia Aossi fue Cian, quien desde que la vio intentó conquistarla. Hasta donde supo, su reunión con Aileen fue buena, pero siempre se notó la diferencia de trato hacia su hermana, a quien siempre le regalaba flores, joyas, vestidos, la invitaba a comer o al cine y esas cosas que se hacen para conquistar a las chicas.

En ese momento no entendía por qué, pero lo molestaba demasiado esta situación, Cian siempre trataba de lucirse, y Aossi no lo apartaba, como con él, a quien siempre llamaba en ese tiempo “el idiota”.

La primera cita que tuvieron Cian y Aossi lo molestó demasiado, aunque no era su turno, acudió al desayuno en la casa de los Covarrubias para ser testigo de cómo su primo llegó con un enorme ramo de rosas blancas para recoger a la chica.

Debido a que su primo es piloto aviador, suele tener no una sino muchas novias al mismo tiempo, es el peor don Juan que se ha topado en la vida y no le gustaría que su futura cuñada sea engañada por él, así que decidió seguirlos a su cita, para cuidarla, sólo para cuidarla, claro, aprovechando que Aileen salió en esa ocasión con el primo Cormac.

La primera parada fue el estudio de danza donde da clases Fred, y eso le dio mucho gusto a Xante, porque si algo no tiene Cian es paciencia y no imagina cómo se la pasará –igual que él lo hizo—toda la tarde sólo mirándolos. Sin embargo, para su sorpresa, a los 30 minutos ambos fueron, literalmente, echados por Fred y compañía deseándoles una linda cita, lo cual dejó más que impactado a Xante.

De ahí, ambos se fueron a una pista de patinaje y vio que Aossi, definitivamente no es buena coordinando sus movimientos en hielo, por lo que estuvo en muchas ocasiones a punto de caer, pero siempre era alcanzada y abrazada por Cian, quien no perdía la oportunidad de estrecharla, como pulpo queriendo comer su presa –al menos desde la perspectiva de Xante—.

Después de divertirse –como mostraba la bella sonrisa de Aossi—fueron a comer, y la llevó a un restaurante de lo más lujoso, donde Xante se dio cuenta de que la chica es capaz de seguir la más rigurosa etiqueta social, pues no sólo usó sin problemas correctamente cada cubierto, sino que evitó trampas como la sopa que es capaz de manchar a cualquiera y su primo –quien valora mucho estas cosas—estaba más que feliz.

Finalmente, la llevó a pasear al jardín japonés al Sur de la ciudad, donde se la pasaron toda la tarde platicando, ¿de qué? Eso le gustaría saber a Xante, pues a él son pocas las palabras que le dirigió y, al final, más eran regaños o reflexiones sobre la vida. Pero con Cian, parece que los temas de charla no se acaban.

Al final, al regresar a la mansión, con gran disgusto fue testigo de cómo ella le dio su número de teléfono al primo, mientras que con él se negó rotundamente.

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