⚠️ Continuación de: Tú, sólo tú... |Trilogía: En las buenas y en las malas #1 ⚠️
🚨 Advertencia 🚨
Si no has leído el primer libro de está Trilogía, te invito a hacerlo para que puedas seguir el hilo de la historia.
Sin más que decir, te dejó con la sinopsis...
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Sinopsis:
No todo matrimonio casi perfecto, empieza como tal.
Sobre todo, si en el primer encuentro uno de los dos, vomita sobre el otro.
¿O tal vez si?
NovelToon tiene autorización de Maria Solis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 14
—Tina.
Ambos, observan a Dion Park acercarse a ellos.
—Señor Park —balbucea ella con asombro al verlo en persona
No se habían visto desde que viajo hace dos días y francamente con la ropa que llevaba puesta, dejaba sin aliento a las mujeres de la fiesta
—Dion —responde el hombre a su lado y le sonríe —La fiesta quedo increíble.
El oji miel asiente por cortesía y mira a la castaña.
—¿Qué le va pareciendo el evento señorita Buller?
—Ah... —aclarandose la garganta, sonrió —Se ha esmerado en todo señor Park, lo felicito.
—La señorita Luna me dijo que aqui la podía encontrar para la entrevista que tenemos pendiente.
La oji aceituna le miró con extrañes, ¿entrevista? No tenía nada planeado con él.
—Ah... Si, si, en un momento le hago la entrevista. Ahora mismo, Lucas me llevara a conocer al presidente de la marca.
—¿Lucas? —preguntó, alzando una ceja
El moreno, sonrió.
—Así es. Tina, se ha ofrecido a ser mi acompañante está noche ya que me he quedado solo.
—Ah, que considerada. —respondió el peli negro mirándola con seriedad de nuevo —¿Puedo hablar con usted a solas un segundo? Tengo que volver en unos minutos.
—Claro.
Ambos se apartaron de los oídos de Lucas y fue la castaña quien preguntó.
—¿Qué sucede?
—No puedes estar con él.
—¿Por qué no?
—No es buena compañía para alguien como tú, así que esperame y yo te guio por la fiesta y te presento a todo el mundo.
—Pero Lucas no parece un mal hombre. Además, están Andrea en la fiesta, no me va a pasar nada malo.
—Tina, no bromeo —murmuró el peli negro —Espérame.
La castaña se puso sería.
—No.
—¿Qué?
—Es tu fiesta, disfrútala mientras yo hago lo mismo.
—Ti...
Pero la castaña ya estaba regresando con Lucas.
—Perdón por la espera.
—No te preocupes, ¿lista? —le tendió el brazo
—Si.
Ambos se alejaron y mezclaron entre la multitud bajo la mirada celosa de Dion Park.
Tina y Lucas recorrieron el lugar mientras él le presentaba a la gente importante para poder hacer su reporte.
La castaña sabía que era parte del trabajo de Yolanda, pero si podía dar más información y complementar el reporte, sería de ventaja para la revista.
—Tina.
La oji aceituna observó a su amiga acercarse a ella.
—Andrea...
—Ya tomé las fotos que estarán en la... —la rubia calló cuando vio el brazo del moreno, alrededor de la cintura de la castaña —¿Podemos hablar un momento a solas?
—Sí...
Lucas apartó el brazo y así la rubia y la oji aceituna se alejaron de él.
—¿Todo bien Tina?
—Si, ¿por?
—Bueno... Eh... Ese hombre está casi colgado de ti.
—Es el dueño del salón.
—Lo sé, por si lo olvidas, no fui la única que te vio con él en la presentación del señor Park.
—Todo paso tan rápido Andrea que no puedo explicarlo.
—Solo dime que estás bien... No sé... Ese hombre no me inspira confianza.
—Tranquila, solo seré su acompañante durante la velada, luego, regresaremos al hotel. ¿De acuerdo?
La rubia, no muy convencida, asintió.
—Seguiré tomando fotos.
—He logrado entrevistar a...
—Señoritas.
Ambas se callaron cuando Dion Park apareció junto a ellas.
—¡Señor Park! No había tenido la oportunidad de hablar con usted y...
—¿No tú le dijiste donde encontrarme para la entrevista?
Andrea le miró con extrañes.
—No, no hemos hablado desde que llegamos.
El peli negro, carraspeo al verse descubierto.
—Entonces fue otra persona con quien me encontré
Tina, entrecerró los ojos mientras Andrea seguía sin entender su comentario.
—No sabía que tenían una entrevista programada. —murmuró la rubia —Ve con él y yo me encargo de decirle al señor Smith.
Tina, de nuevo, sacudió la cabeza.
—No hará falta una entrevista con el señor Park ahora. Podemos hacerlo cuando regresamos a New York.
Dion la miró con asombro.
—¿Por qué no? Ahora mismo tenemos fresco el evento.
—La entrevista me tomó por sorpresa así que no tengo las preguntas preparadas.
—¿No es propio de los reporteros improvisar en estos casos? —contraataco el peli negro
—No cuando se busca ser del todo profesional.
Andrea, los miraba como si estuviera en un partido de tenis.
—Ok, no importa Tina. —les detuvo —Eres una profesional así que ve y haz la entrevista.
Tina miró a su amiga.
—No creo que al señor Park le moleste que por esta ocasión tú o Yolanda le hagan las preguntas. ¿No es así señor Park?
—Señorita Luna, ¿puede dejarnos solos un momento?
—C-claro... —Andrea se apartó de ellos
—¿Qué pretendes, Tina?
—Lo mismo me pregunto yo, ¿por qué me mentiste sobre Andrea? ¿Qué pasa entre el señor Smith y tú que no quieres que esté con él?
—Escucha. No es una buena persona... Suele llevar mujeres de compañía a eventos y es bien conocido que al terminar se acuesta con ellas.
Tina se estremeció de pies a cabeza.
—Pero yo no soy una dama de compañía.
—Lo sé, pero todos aquí ya lo piensan desde que estabas con él en la presentación.
—No era mi intención, pero tampoco me imagine algo así... Sin embargo, no pasará nada con el señor Smith. Me iré con Andrea al hotel y listo.
—No lo conoces como yo, es mejor que te quedes con Andrea o a mi lado.
—No podemos...
—Perdón que los interrumpa. —Andrea se acercó a ellos —Pero están elevando la voz y la gente los está empezando a ver.
El pánico se encendió en la castaña al ver varios ojos curiosos en ellos.
—Si van a hacer la entrevista, será mejor que sea en otro lugar. —apremio la rubia
—Tiene toda la razón, señorita Luna. —Dion asintió —Venga conmigo, señorita Buller.
—No hará falta, regreso con mi anfitrión.
—Tina. —le regaño la oji gris —Ve con él y hazle la entrevista y cuando salgas el señor Smith seguirá aquí, no te preocupes.
A regañadientes, la castaña siguió al peli negro hasta una de las habitaciones del salón de fiestas.
Al parecer era una oficina, tal vez del gerente o del mismísimo señor Smith.
Dion cerro detrás de ellos y observó a la castaña mientras ella escudriñaba el lugar.
—Lindo.
La oji aceituna se estremeció cuando unas cálidas manos tomaron su cintura y la hicieron darse vuelta para enfrentar a Dion Park.
—Tina... —murmuró el oji miel —No quiero que estés enojada.
Esa frase surtió el efecto contrario, ya que ella se alejó de él.
—No podemos estar juntos en la fiesta para evitar sospechas, además... Pareciera que te urge alejarme del señor Smith.
—¡Por supuesto! Lucas es un mujeriego que no le importa meterse con mujeres casadas, menos, cuando no sabe que lo están
—¿Acaso es reproche? —siseo la castaña —Lo dices como si no pudiera darme a respetar.
—Tú tal vez si, pero él no tiene respeto por lo que es de otros.
Tina se estremeció.
«—Eres mía... Solo mía.»
—No soy un objeto, Dion.
El peli negro, suspiro y su semblante se relajó.
—Lo sé, y no estoy diciendo eso. Solo... Quiero protegerte... Lo hago por tu bien.
«—¡No por favor!
—Lo hago por tu bien Tina...»
La oji aceituna trago saliva con fuerza y dio un paso hacia atrás.
—No, lo haces por ti. Porque estás inseguro de si puedo defenderme y darme mi lugar así estés o no presente.
—No es así.
—¡CLARO QUÉ ES ASÍ! —exclamó —No confías en mi y por ende, buscar tenerme a tu lado toda la velada para que nadie pueda dirigirme la palabra.
—Tampoco me plantees como el monstruo Tina. —siseo —Porque cualquier hombre casado y cuerdo, haría lo que yo. Proteger a su esposa de un hombre que conoce y sabe que lo único que quiere es llevársela a la cama.
—¿Y acaso no eso quieres tú de mi? —atacó la castaña
Dion se quedo sin palabras.
—Admitelo... ¡ANDA! admite que estas celoso...
El señor Park camino hacia ella y la tomó de los hombros con fuerza.
—¡CLARO QUÉ LO ADMITO! —confesó —Admito que llevo toda la semana deseando que me des una oportunidad, venir a este viaje fue un calvario porque estabas lejos de mi y cuando tengo la oportunidad de verte de nuevo, lo hago en brazos del peor hombre de toda la fiesta... ¡CLARO QUE ME MUERO DE CELOS! —gruñó —Llevo toda la noche muriéndome de celos... De ver como otro está a tu lado, ver que te llevan del brazo con orgullo mientras yo escucho murmullos de ti y de tu posible origen.
Tina se alejó de él con fuerza.
—Entonces no son celos, es miedo a que tu reputación quede manchada si se enteran que tu esposa es la dama de compañía de otro hombre.
—No pongas palabras que no he dicho en mi boca, Tina.
—¡NO NECESITAS DECIRLO! —grito —Tus acciones dicen más que mil palabras... Y no señor Park, no soy una ramera barata a la que pueda usar a su antojo como un trofeo.
—¡No he dicho eso, Tina! ¡Solo deseo protegerte! —dio un paso a ella
—¡No quiero su protección! No cuando no me ve como una persona sino como un objeto. —Tina se dirigió a la salida
Sin embargo, el peli negro la alcanzó y la detuvo antes de llegar.
—¡Suélteme! —forcejeo —¡No me toque!
—Tina... Calma...
La castaña le dio un codazo en la cara, logrando soltarse de él, pero no llego lejos, ya que Dion la intentó tomar del brazo con rapidez, pero ante su vista borrosa, la tomó del cabello y por inercia, la hizo retroceder hasta hacerla caer al suelo.
La nariz de Dion sangraba, y Tina yacia en el suelo con el trasero adolorido.
—Tina... Lo siento... No era mi...
Ella le miró con odio.
—No me toque.
Él se agachó a su altura.
—Tina, sé que no me crees, pero debes hacerlo, solo busco tu bienestar porque... Porque te amo y no deseo que nada malo te pase porque no soportaría perderte.
—¿Aun si tiene que encerrarme?
Dion la observó a los ojos, ambos llenos de angustia.
—Nunca te encerraría. Jamás. —se levantó y le tendió la mano —Vamos a calmarnos... —murmuró al levantarla del suelo —Mira nada más lo que hice. —un escalofrío recorrió el cuerpo de oji aceituna.—Casi te mato con esa caída solo por intentar detenerte. La próxima vez, evitemos los golpes, ¿te parece? Yo quería tomarte del brazo pero... ¿Estás bien?
«—Por favor...
—Ve lo que me hiciste hacer. No llores, tú te lo buscaste... Tú eres la que ocasionó todo esto... Si tan solo me hubieras escuchado cuando te dije que te detuvieras, pero no, las perras como tú no siguen órdenes a menos que haya mano dura.»
No, Dion no es Enrique.
Tina dio un paso atrás.
«—Te juro que no lo volveré a hacer, Tintin»
Dion, vio a la castaña abrazarse con fuerza.
—¿Tina?
Sus ojos se abrieron del espanto, como si viera a un fantasma y palideció de golpe.
—Amor...
La castaña sacudió la cabeza.
—No, no, no, no... Todos mienten... No, no...
Dion dio un paso hacia ella.
—¿Qué tienes? —intento tocarla
Tina le miró con miedo mientras las lágrimas bajaban por su mejilla.
—¿Qué sucede? —el peli negro no entendía lo que estaba pasando —¿Tina?
Relájate, Tina.
—Quiero... Estar... Sola... —balbuceo
—¿Por qué? ¿Qué...
—¡DÉJAME SOLA! —grito antes de romper en llanto, mirando hacia la puerta, la oji aceituna sacudió la cabeza al ver a un hombre parado en la entrada —¡Aaaaah! —jadeo y se apretó la cabeza con fuerza —No lo pienses... No es real... ¡NO ES REAL!
—¡Tina! —Dion la tomo de los brazos
—¡NOOOOO! —jadeo y forcejeo para alejarse de él —¡NO! ¡NO!
La puerta se abrió de golpe y Andrea hizo acto de presencia.
—¡TINA! —jadeo al ver a su amiga
Dion la miró.
—No sé que tiene, de pronto, empezó a...
Pero la rubia lo ignoro y apartándolo de su amiga, se plantó delante de ella y la tomó del rostro.
—Tina, mírame... —pidió, pero la castaña balbuceaba cosas sin sentido —¡Tina! —la sacudió y con ello, llamo su atención —Mírame... Solo a mi... No es real... Todo está en tu mente... ¿De acuerdo? No te puede hacer daño, no más... No es real... Nadie te hará daño porque no lo voy a permitir... Respira... Eso... Mírame... No dejes de mirarme.
Dion, las observaba con asombro, sin entender que había pasado. Se sentía impotente ante lo que la rubia narraba. ¿Daño? ¿Quién le había hecho daño? A ella, a Tina. Su Tina, su esposa...
De pronto, la castaña pareció volver en sí.
—Andrea...
—Aquí estoy, amiga.
La trigueña rompió en llanto, abrazando a su amiga con fuerza.
—Ya, ya... Aquí estoy. —mirando sobre su hombro a Dion, le murmuró —Será mejor que se vaya, en la fiesta lo esperan.
—No la...
—Tranquilo, en cuanto ella esté mejor nos iremos al hotel.
—Bien, pero permítame llevarlas mañana de regreso en mi avión. Deseo que la señorita Buller esté bien.
Andrea asintió.
—Mañana lo veremos.
Dion, sin poder hacer nada y mirando por última vez a Tina, salió de la habitación.