Cristóbal Devereaux, un billonario arrogante. Qué está a punto de casarse.
Imagínatelo. De porte impecable, a sus 35 años, está acostumbrado a tener el control de cualquier situación. Rodeado de lujos en cada aspecto de su vida.
Pero los acontecimientos que está a punto de vivir, lo harán dar un giro de 180 grados en su vida. Volviéndose un hombre más arrogante, solitario de corazón frío. Olvidándose de su vida social, durante varios años.
Pero la vida le tiene preparado varios acontecimientos, donde tendrá que aprender a distinguir el verdadero amor. Y darse la oportunidad de amar libremente.
Acompañame en está nueva obra esperando sea de su agrado.
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Estudios, silencio
Lucía quedó viendo fijamente a Cristóbal a los ojos no pensaba bajar la guardia, así que después de unos segundos de silencio Lucía le dijo. -- ¿Dígame cómo es que estoy casada con usted? ¿Por qué yo no recuerdo en qué momento sucedió todo esto? --
Cristóbal al escuchar las palabras de Lucía se inclinó ligeramente respondiéndole. -- Eso lo discutimos en otro momento. Lo importante ahora es que serás llevada nuevamente a la clínica.
La impotencia la invadió. estaba atrapada en una situación que no entendía, rodeada desconocidos, y casada con un hombre al que llego a odiar. Pues por culpa de él no había podido conseguir empleo en ninguna empresa pues alguien corrió la voz que Lucía López no fuera contratada.
Cristóbal se hizo a un lado para que los doctores hicieran su trabajo. Lucía fue puesta en una silla de ruedas, Cristóbal solamente la quedó viendo con frialdad mientras era llevada por los médicos.
Cuando estaban a punto de salir de la casa, María alcanzo a los médicos diciéndole que ella acompañará a su hija a la clínica, cuando de pronto la voz de Cristóbal interrumpe.
-- Usted no tiene nada que ir a hacer a la clínica, iré yo. --
La voz fría, y siniestra de Cristóbal sonó como una orden, para María, que se quedó sin palabras sin poderle responderle a Cristóbal, Lucía al ver que su madre solo agachaba la cabeza queda viendo desafiante a Cristóbal.
-- Cómo que ella no puede venir conmigo, es mi madre y la quiero a mi lado. --
Cristóbal se sorprende ante la actitud de Lucía.
-- Aquí las órdenes las doy, yo. Y si yo digo que ella no va. No va. --
María se acerca a su hija con toda humildad.
-- Él tiene razón, él ahora es tú esposo, es él. El que debe estar contigo. --
-- Yo no soy su esposa, no lo quiero cerca de mí. --
--mis órdenes no se discuten. --
-- Pues yo no estoy de acuerdo, y como es que mi madre está vestida de sirvienta. --
Pero Cristóbal decidido a no dejarse cohibir por Lucía, se adelanta saliendo de la casa mientras uno de los doctores empuja la silla de rueda, para llevarla a uno de los autos que los llevará a la clínica.
Al subir a su auto, Cristóbal inmediato le indica su chofer que lo lleve a la clínica varios autos salen de su mansión uno donde va él, el otro auto dónde va Lucía, cuatro autos más donde van sus guardaespaldas. Durante el tiempo que tardan en llegar a la clínica. Lucía recarga su cabeza sobre la ventanilla del auto, no puede creer que ahora esté casada con ese hombre déspota y arrogante. Cómo es que sucedió. Esta sumergida en sus pensamientos, el doctor le dice.
-- Hemos llegado, señorita Lucía. --
-- Si gracias. --
Inmediato es ayudada por varios enfermeros, que se encargan de llevarla con el doctor que la atenderá. Una vez de haber pasado por una corta revisión, de varios estudios, es llevada a un pabellón privado, dónde pertenece a solas.
-- Ay. Dios mío. Cómo es que llegué a esto. Solo espero que todo esté bien y pronto pueda caminar. --
Lucía se quedó viendo al techo, de la habitación. Pensando en ese año que había pasado en coma, su vida había dado un giro. Ahora su vida ya no sería la misma. Necesitaba saber que era lo que en realidad había pasado. ¿Cómo es que estaba casada en ese hombre? Pero recordó a su madre Y ¿Por qué vestía como una empleada? -- Solo mi madre me puede decir que fue lo que pasó. --
Pero Lucía aún no sabía que la movilidad de sus piernas eran por causa del accidente. Pensaba que con tan solo rehabilitación podría volver a caminar, solo era cuestión de esperar los resultados de los estudios que le habían practicado.
Pero en los siguiente días, Lucía había estado sola, en la clínica, Cristóbal no la había visitado, desde que había sido llevada nuevamente a la clínica. Solo una noche que le llevo flores. Demasiado perfectas, pero frías como él. Ella estaba dormida, el se marchó antes de que ella despertara y pudiera preguntar todo lo que necesitaba saber. Su esposo de papel, su guardián legal, y su carcelero emocional.
María, visitaba a su hija, en compañía de Henry, era la única manera de poder verla. --¿ Cómo estás hija? --
Le dice Maria, a Lucía mientras quita el ramo de flores marchitas, Lucía da un profundo respiro antes de responderle a su madre. -- Cansada mamá, análisis, estudios, dietas no entiendo que es lo que está pasando, nadie me dice nada. Solo que debo esperar. ¿Esperar qué? Acaso es que no volveré a caminar es eso mamá.
María guarda silencio, y le responde a Lucía, mientras acomoda la sábana sobre las piernas de su hija.
-- Hija, es normal estuviste un año en coma. --
-- No mamá algo me dice que las cosas no están bien. --
Lucía se queda en silencio, pues piensa que las cosas no están bien que algo pasa, qué por eso nadie le dice nada, por su mente cruza la idea de que no pueda volver a caminar, pero si es así. Se someterá a las cirugías que sean necesarias con tal de volver a caminar. Solo queda viendo a su madre. Pero decide que por lo pronto no le dirá nada hasta estar segura.
Pero de pronto son interrumpidas la puerta se abre. Y ahí está, Cristóbal. Parado viendo a las dos mujeres, María toma su bolso de inmediato, para salir, pero Lucía le dice que no debe irse solo por qué el señor Devereaux ha llegado.
Cristóbal cierra la puerta tras él. Camina hacia el ventanal donde se queda viendo la ciudad, sin pronunciar ni una sola palabra, María se despide de su hija. Después de un largo silencio Cristóbal, rompe ese silencio. -- Me han informado, que te has sometidos a varios estudios.
-- Si, dicen los doctores que solo son rutinarios, por todo el tiempo que estuve en coma. -- Lucía se queda viendo Cristóbal.
Después Cristóbal se dirige hacia la puerta y antes de salir de la habitación, le dice a lucía que ya ha buscado a los mejores especialistas. Y después sale de la habitación, sin decir ni una sola palabra más, Lucía se queda sola, y piensa que la próxima vez que su madre la visite, le dirá que si los estudios revelan que no puede caminar que está decidida a someterse a las cirugías que sean necesarias.
¿Cómo lo tomará María al saber que Lucía se someterá a las cirugías que sean necesarias? ¿Cuál será la reacción de Cristóbal al saber la decisión de Lucía?