ADICTOS A MENORES

RAVENNA

Llego al puerto y busco el contenedor.

—Mierda, es muy grande. —digo y activo el intercomunicador. —Encontré la droga, ¿Ya terminaron su misión?.

—Si, ya tenemos toda la información y una prueba. Llegaremos en 10 minutos con el camión. —habla Jhon.

—Bien. —desactivo el intercomunicador.

Saco un cigarro y mi encendedor dorado con un lobo tallado en el. Después de llevar el cigarro a mi boca lo enciendo y comienzo a inhalar con la boca el humo, camino mientras miro el cielo estrellado. Pero entonces el murmullo de unas voces atrae mi atención y la sigo.

Entre dos contenedores que daban la vista al río Támesis, hay como 6 personas, 4 que están desembarcando un cargamento de no se que de un barco, mientras una chica pelirroja, es mas alta que yo como de 1, 75. Y un hombre un poco viejo mas pequeño que ella hablan apartados, están como a 1 metro de mí, me escondo detrás del contenedor para no ser vista.

—¡Estoy lista! —chilla la chica con la voz un poco elevada.

—Puede que estés lista, pero nadie los conocen ¿Donde los encontraras?, y aunque lo hicieras ellos son dos…

—No me importa para eso me entrenaste, quiero acabar con esos malditos gemelos, ellos mataron a mi padre—interrumpe la chica con firmeza. ¿Gemelos?, no podemos ser nosotros seguro son otros—pienso.

—¿Sabes por qué les dicen lobos sanguinarios? —mierda si somos nosotros—pienso con una sonrisa burlona—la chica niega con la cabeza—Cazan a sus presas juntos, pero tampoco subestimes la fuerza que tienden por separado. Saben cómo y cuándo atacarlas, al principio puede parecer que están ganando pero lo cierto es que solo estan buscando la manera más cruel para acabar contigo. —es como escuchar musica para mis oidos, me gusta que sepan que seria un suicidio meterse con nosotros.

—No me importa, así muera en el intento me vengare por mi padre—dice con determinación, en su rostro hay seguridad. Es interesante.

—Puedes hacerlo atenea. Pero primero debes saber quienes son, nadie los ha visto ni saben donde viven o algo, cuando descubras eso podrás empezar tu venganza y cuando lo hagas te recomiendo que primero busques su talón de aquiles—le dice el hombre con una sonrisa genuina.

¿Mi talón de Aquiles?. Yo también tengo curiosidad, ¿Cual es mi talón de Aquiles?.

Mi vida está un poco aburrida, todo lo que he hecho hoy es muy fácil para mi. Debo tomar una decisión…

¿La mato ahora?. O ¿La dejo vivir?. admito que la villana es interesante.

La vuelvo a mirar, me encanta su seguridad y sobre todo su nombre, atenea. La diosa de la guerra. Está bien, hoy dejaré que vivas para que vuelvas mi vida más emocionante. Jugaré contigo un rato. Veré cuánto puedes resistir, cuanto daño puedes hacerme y espero que tu nombre no te quede grande mi dulce atenea.

Por favor.

No me decepciones.

Me doy la vuelta para irme con una sonrisa desafiante y oscura.

—Ya estamos aqui, donde estas—habla Jhon cuando vuelvo a activar el intercomunicador.

—Abran el contenedor y metan la mercancía—ordeno cuando ya estoy acá.

—¿Que hacia allá?. —pregunta Jhon abriendo el contenedor.

—Viendo algo interesante. —respondo.

🌸Samara🌸

Llegamos a mi casa y me doy cuenta que deje el licor en el carro.

—¡Por favor ve a buscarlo! —le suplico al hombre con expresión fría pero que me mira con una mezcla de nostalgia y tristeza.

—Bien. Ve a cambiarte. —me ordena con un tono frío.

Lo miro sonriendo porque me salvará, después miro como me descargo de él por ahora la fiesta debe continuar. Entro rápidamente, todos se están divirtiendo y me gusta ver que las cosas están yendo bien. Subo rápidamente a mi habitación y me visto con una mini falda metálica plateada con un cinturón negro con tachuela alrededor de la falda, un sujetador de encaje negro y unas botas de plataforma negras.

Salgo caminando entre las personas, todos se reunieron alrededor de la piscina.

—¡Que divertida está la fiesta Samara! —exclama una chica la cual no se quien es.

—Samara ¿y el licor? —me pregunta Sara una de las chicas más populares de la escuela mientras Lina y Sofía están detrás de ella, sus súbditas..

—No tarda en llegar—respondo con una sonrisa.

—Sam quería saber…—se acerca a mi y me acaricia el cabello—si podrías prestarme dinero, es que mi padres no tienen y tengo que pagar unas cosas, por favor—me hace ojitos tiernos, le sonrió sacando mi billetera.

—Por supuesto. Solo tengo 2000 dólares avisame si te falta más—los toma con un cariño falso que después se hace evidente cuando su rostro se oscurece.

Ella es popular por su belleza, es inteligente y participadora, todos la aman. Sus padres son pobres pero trabajan duro para pagarles todo.

—¿Solo? —se enoja porque dije que solo tengo eso cuando ella ni siquiera tiene la mitad de esa suma.

—Lo siento, no te quise ofender.

—No importa, quiero divertirme ¿Por qué no bailas un poco para nosotros?.

—Ah no gracias, no se como hacerlo.

Hace una mueca de enojo y en eso Alex se me acerca por detrás reportándome su entrepierna e inhala el olor de mi cabello, lo miro de reojo.

—No te preocupes, si no sabes él te enseñara a bailar, encima de él—dice y emite una fastidiosa carcajada acompañada de todos los demás. —perra—dice y no le tiembla la mano para darme una bofetada.

—¿Que pasá?, ¿Por qué muerdes la mano que te da de comer? — aprieto mis dientes mis manos sudan y mi corazón late con fuerza.

Su mirada se oscurece más mientras tiembla de un ojo indicada.

—Tu solo eres una riquilla que solo la buscan por eso, por el dinero. —Todos se rien.

Emito una risita burlona— Y tu solo eres una pobretona que tiene que rogarme para que te lo de, solo te doy porque me das lastima. Hago de cuenta que es una obra de caridad de mi parte.

Levanta la mano para darme otra bofetada pero detengo su mano a mitad de camino, y estoy a punto de ofrecerle una pero se escuchan disparos y todos salen corriendo aterrados, ella se libera de mi agarre y también corre, trato de ver a el hombre que disparo pero las personas corriendo me lo impiden. Solo puedo suponer que es mi nuevo guardaespaldas. Mi corazón late con fuerza, me siento humillada y aunque ya lo sabía que te lo digas así duele…