Villana En Llamas

Los dos amantes estaban asombrados por la actitud de la emperatriz, y ambos se quedaron sin argumentos para pedir su ayuda.

Ambos tendrán que ver como se hacen para salir de ese problema.

Por lo que no tener nada más que decir, Yadira despide a ese par, pero antes de irse lejos de ella, le manda dos escarabajos en sus sombras, no vaya a ser que esos dos estén planeando algo malo.

En cuanto los dos amantes salieron de la presencia de la joven emperatriz, se fueron a una sala a discutir la situación.

—No se supone que esa mujer estaba enamorada de ti, no se que está pasando ahora— grita Martina muy enojada, la situación se está saliendo de control.

Solo espera que no se ponga peor.

Tras lo dicho por Martina, Aurelio decide responder.

—Lo mismo me preguntó, me esforcé para enamorarla, y parece ser que no sirvio de nada, no se que haremos— se queja enojado Aurelio.

—Vamos a tener que deshacernos de ella y así tomar el trono a como de lugar, si no se puede a la buena, a la malas es mejor— sugiere Martina muy convencida de sus palabras.

—Claro, mandaremos a mercenarios a hacer el trabajo por nosotros, vamos a esperar que ella salga de este palacio, así los guardias no la ayudan a defenderse, una vez fuera del camino, nosotros podemos quedarnos con el trono por el que tanto nos hemos esforzado. El capitán de la guardia imperial es mi amigo, el puede ayudarnos con el plan— dice Aurelio contento.

—Nada mejor que eso, ambos tendremos lo que tanto hemos deseado y esa mujer será por fin una difunta— expresa ella muy feliz.

Los dos amantes estaban contentos, tanto que mandaron a los sirvientes a traer vino para brindar por su futuro éxito, sin saber que la joven emperatriz ya los tenía vigilados.

Aurelio ese mismo día se puso de acuerdo con el capitán de la guardia y ambos quedaron en lograr el objetivo. Si los mercenarios fallan, el capitán haría lo demás.

Los dos escarabajos que mando Yadira para vigilar, se regresan sin ser visto por nadie, y se van con su ama y le dicen los planes de aquellos dos malvados.

En vez de enojarse, Yadira se divirtió mucho con esa información y busco en su agenda un momento para salir.

Tras buscar, encontró un momento exacto, y ese es, la ida a unos de los pueblos necesitados del imperio a llevar provisiones.

Eso sería dentro de dos meses, pero Yadira estaba muy emocionada como para dejar pasar la oportunidad de divertirse.

Que mejor forma que matar a delincuentes.

Como estaba lejos el día de llevar las provisiones, se le ocurrió hacer un viaje a la capital, la escusa es ir a comprar ropa.

Ella le dará lo que ellos desean, pero no con el resultado deseado.

Con su plan de diversión en marcha, Yadira y un clon suyo trabajaban en los pendientes al mismo tiempo, ella en su habitación y el clon en la oficina.

Les tomó una semana estar libre del todo y se encargó por todo lo alto de hacer saber a todo en el palacio que irá de compras a la capital.

El capitán de la guardia imperial, quien era amigo íntimo de Aurelio, se ofreció a ir con ella para cuidarla.

Por supuesto que ella acepta la ayuda de ese sujeto, claro, después de todo el es un traidor y merece morir.

El día de ir de compras llegó y la joven emperatriz se puso cómoda para su gran día. Yami iba con ella vestido de sirvienta, el le rogó ir, para divertirse también. No sé le hace justo solo esperar en el palacio.

Algunos guardias y el capitán iban con ella, los cuales eran aliados del capitán y Aurelio.

Con calma Yadira cuando llegó el día temprano en la mañana se comenzó a preparar, y después del almuerzo, le ordenó salir a su gente.

Todo iba bien, la emperatriz y su sirvienta iban en el carruaje imperial con destino a la capital, la cual estaba a unas tres horas de camino.

Alrededor de una hora y media el carruaje se detiene, y la emperatriz un poco curiosa ve por la ventana, solo para ver qué estaban en un bosque y estaban rodeados de hombres con ropa extraña.

«Traigan a la emperatriz» grita el capitán de la guardia y dos de los que andaban con él van hasta el carruaje y lo abren con violencia.

Yadira y Yami para hacer más divertido el asunto, fingen que tenían mucho miedo.

Los dos guardias que fueron por ellas, toman a las dos asustadas chicas y la sacan del carruaje con mucha violencia.

La emperatriz protesta.

—¿Que está pasando aquí? Soy la emperatriz, merezco respeto — protesta la emperatriz y Yami también hace un drama.

—Emperatriz, estos guardias son insolentes, mire como nos tratan— se queja Yami de forma exagerada, y el capitán de la guardia imperial sonríe.

—Lo lamento emperatriz, pero hoy es su fin, prometo llevar a la gloria a la guardia imperial, el señor Aurelio y la señorita Martina serán buenos soberanos— asegura el capitán y le pide a los mercenarios llevarás a la emperatriz.

—¿Como puede traicionar a su soberana así? ¿No sé arrepiente de ser un traidor?— le pregunta la emperatriz al capitán de la guardia imperial, solo para estar segura, y el hombre responde con una sonrisa maliciosa.

—Para nada, servir a una chiquilla como tú, es lo peor que he hecho en mi vida, fue fácil llegar a mi puesto, solo tuve que matar al anterior capitán, y lo demás lo logré usando sobornos— confiesa él, Yadira aunque no se asombra de lo dicho por el, ahora cae en cuenta.

—Estoy bien con eso, ya que no se arrepiente de sus pecados, mi fuego lo purificará. Todos ustedes conocerán mi poder real, espero y me den pelea, así me divierto más— expresa Yadira y ante la atenta mirada de todos, ella crea un circulo de fuego alrededor de todos allí, y luego de eso, comienza a atacar a diestra y siniestra.

Los gritos de quienes morían quemados eran algo terrible.

____Nota.

Hasta aquí los capítulos de hoy, nos vemos pronto.

Hoy estoy de cumpleaños, y estoy agradecida de Dios totalmente, gracias a todos por acompañarme durante mucho tiempo, han sido de gran bendición para mí, crear estas historias me alegran la vida.