Historias Cruzadas

Mientras Zamira saciaba sus más bajos instintos con un poderoso enemigo, no solo de Iván, sino también de su padre, en otro lado, Irina era llevada al centro comercial para elegir todo para su cuarto de pinturas.

Ella con sus ojos brillantes y la sonrisa enorme parecía una niña con juguete nuevo, Iván le seguía todos los caprichos para que estuviera cómoda.

Irina recuerda que también tienes que comprar un vestido para la cena de esta noche- le recordó Iván.

¿Cena? ¿Qué cena Iván?- respondió confundida Irina.

Ja ja ja ja ya olvidaste la cena que organizó tu padre por nuestro matrimonio- se reía Iván.

Aaaaah esa cena, ja ja ja ja ja y ¿Tenemos que ir?- pregunto ella con esperanzas de no asistir.

Es una cena en nuestro honor Irina, sé que no quieres cruzarte con algunas personas, pero- Iván giró y la abrazó con ternura- ahora no estás sola.

Irina sonrió- está bien vamos a elegir un vestido hermoso-

- Todo es hermoso cuando se pega a tu figura- dijo Iván, mirándola intercalada mente entre sus ojos y su boca. Él sabía que ahora podía aprovechar para besar esos labios que lo atraían demasiado. Poco a poco fue acercándose a ella y sus bocas se unieron en un tierno y dulce beso, los dos necesitaban la boca del otro, esa cercanía, ese calor. Cuando se quedaron sin aire se separaron con una sonrisa.

Vamos!- dijo Iván entrando a una distinguida boutique.

Señor, ¿En qué lo puedo ayudar?- dijo una chica que trabajaba en el lugar, ignorando por completo a Irina.

Necesito el mejor vestido del lugar para mí mujer- dijo agarrando a Irina de la cintura y pegándola a su cuerpo.

La chica miró de arriba a abajo a Irina- Ya no más le busco algo para ella.

Iván estaba a punto de romper el local, por el desprecio con que la chica miró a Irina, pero ella lo calmó.

Oye tranquilo- dijo ella.

Antes de que pudiera responder la chica volvió con un vestido realmente horrible y dijo- Esto va con tu estilo

Gracias- dice Irina- pero me gustaría hablar con él gerente del lugar.

Ja ¿El gerente?- dijo la empleada.

Sabía que eras tonta, pero no sabía que tanto, mi mujer Irina Volkov de Maxwell quiere hablar con el gerente de este horrible lugar- respondió Iván.

Cuando la chica escucho el nombre y los apellidos que dijo Iván palideció, rápidamente el gerente se acercó a ellos.

Señor Iván, ¿Vengo llegando, que lo trae por aquí?- dijo el gerente.

Tengo una cena importante con mi suegro Vladimir y mi mujer necesita un vestido, pero la inútil de tu empleada solo ha querido humillar a mi esposa- dijo Iván sumamente enojado.

El gerente giró mirando a la chica que estaba detrás de él y dijo- Toma tus cosas, estás despedida.

Se.. Señor... - pero no pudo terminar de hablar el gerente salió, tomando a Irina para mostrarle los mejores vestidos.

Después de.mas de media hora se decidió por uno, era realmente hermoso y resaltaba a la perfección si figura. No se lo mostró a Iván quería que fuera sorpresa.