El Mafioso Enamorado

Mientras tanto Michael despertó con un fuerte dolor de cabeza, miro a su alrededor y recordó que nuevamente había dormido en el despacho, pero como un balde de agua fría, los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, se levantó de golpe y subió las escaleras corriendo a la habitación, pero no encontró a Valentina por ningún lado, vio la puerta del closet entreabierta y sabía que Valentina odiaba verlo a si, se acercó para cerrarlo, pero algo llamo su atención, al abrir la puerta y entrar al closet noto que solo estaba su ropa, se dió cuenta que ella se había ido, pensó que estaría en otra habitación, pero vio una cajita sobre la cama y una nota, tomo la caja y al abrirla era la pulsera con rastreador que le había regalado el, tomo la nota y la abrió.

Michael.

Cuando lo leas ya estaré lejos de ti, te regreso tu regalo, no quiero ver a un hombre que me promete algo y después me rompe el corazón en mil pedazos, pensé que eras diferente,. pero saliste igual o peor, suerte con tu conquista y solo una cosa Michael, en tu vida me vuelvas a buscar, Adiós....

^^^Valentina^^^

Arrugó la nota y aventó la caja, bajo a su despacho e ignoro a todos, estaba viendo a la nada, cuando la puerta del despacho se abrió de golpe, era un Sebastián furioso.

—¡Te dije que no la lastimaras Michael Rossi y fue lo primero que hiciste, eres un imbécil o que, no sabes apreciar a una buena mujer! —le gritaba

—Esta contigo —le preguntaba

—No, a estás alturas ya debió bajarse del avión

—¿Avión?, a dónde se fue, desde a qué hora

—Anoche la lleve al aeropuerto y se fue, era un vuelvo de varias horas, eso es lo que se, pero te juro que si supiera más, no te lo diría por más amigo que seas, tu no viste como lloro y se aguanto a la vez, por lo que le hiciste, eres un completo idiota de verdad

—Donde está Valentina —de la nada Luciana entraba preguntando por ella.

—Preguntale al idiota de tu hermano —decia Sebastián llendose, dejo un beso en la mejilla de Luciana antes de irse, pero se detuvo en la puerta del despacho —si algo le pasa, te juro Michael que se me olvidara nuestra amistad, nos vemos en la bodega —agrego llendose.

—Donde está —pregunto nuevamente Luciana

—No se, solo se que se fue y se subió a un avión con un vuelo de muchas horas, eso significa que se fue de Italia —decia Michael

—Que le hiciste Mickey, te dije que pasaba algo.

—Ya no importa, ahora se fue y está fuera de este mundo, y tal vez este mejor sin mi, la rompí por dentro, ahora no puedo hacer más, no se dónde está, y me dejó claro en esta nota que no quiere volver a verme —su voz sonaba entrecortada, le daba el papel a su hermana, ella lo leía y lo miraba.

—¿Conquista?, joder Micky, de verdad la engañaste.

—No me acosté con ella, solo fue un beso

—¿Un beso?, llegas borracho, traís una mujer a su casa y besas a la mujer frente a ella, estoy bien verdad —Michael asentia sin ver a su hermana —que esperabas Mich que te invitará a dormir con ella o te llevará el desayunó a ti y a tu amante —le espetaba.

—No es mi amante, no la tengo.

—Tienes razón, no puede ser tu amante, si ya no tienes ni mujer —decia antes de dejarlo solo perdido en sus propios pensamientos, se daba cuenta que acaba de perder a la única mujer que a amado de verdad, la única mujer que no lo hubiera dejado si el no la hubiera cagado a si, en ese momento solo quería saber dónde estaba ella y rogarle que lo perdonara y volver a su lado, pero sabía que Sebastián sabía dónde estaba y no se lo diría, estaba enojado con el.

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En una casa chica, de 3 recamaras, salón, Comedor, cocina, un patio, porche y muy acogedora, estaba Valentina acomodando sus cosas en la habitación principal, ella evito decirle la verdad a sus padres, solo les dijo que quiere un tiempo para ella sola, y ellos prometieron no decirle a nadie dónde estaba, eso incluía a Michael.

 Ella salió a comprar despensa y cosas que necesitaría, al volver a casa ya tarde decidió dárse una ducha y ponerse ropa cómoda, salió a caminar a una plaza cercana y a lo lejos en una banca Valentina vio a una niña sola, se acercó y estaba llorando

—Pequeña por qué estás sola —le decía y la niña la miro con lágrimas en sus ojos.

—Solte la mano de papi y me perdí —respondia la niña

—Como te llamas, yo soy Tina Rosentel —le decía a la niña.

—Soy Nicolle Duran —le respondía, Valentina limpió sus lágrimas y se sentó a su lado.

—No tienes como llamar a tu papá o sabes llegar a casa —le decía ella.

—Se cómo llamarlo

—Que edad tienes

—6 años —le decía la niña, Valentina miraba a su alrededor pero solo parecía que estaban ellas dos.

—Mira mi celular está en mi casa, vivo allá, quieres ir a llamarlo —la niña la miraba con desconfianza —tranquila no soy mala, no te puedo dejar sola aquí —la niña asintió y tomo la mano de Valentina, llegaron a su casa y le preparo un chocolate con galletas, mientras le llamaba al padre.

«Llamada»

-¿Si, quien hablá?

-Soy Tina Rosentel, encontré en un parque a su hija

-Habla enserio

-Si, le paso mi dirección para que pase por ella

-Si mándeme su ubicación, salgo para allá

«Fin llamada»

Valentina le mando por mensaje la ubicación al padre de Nicolle

—Ya viene tu papá

—Me regañara por haberme soltado

—No creo, se oía preocupado, te aseguro que no te regañara —le decía Valentina a Nicolle, mientras esperaban Valentina preparo una cena ligera en lo que esperaban al padre de Nicolle.