Diana: una joven empleada.
Sam: Un apuesto empresario.
Matrimonio arreglado.
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Cap 13
'Diana'
Seguía pensando en ello pero jamás lo he visto tomar medicación, ni siquiera aquella ves cuando se corto y le insistí que tomara por si llegaba una infección.
Esto me da a pensar en que esos dos pudieron ser los responsables y si así fuere.. deben de pagar las consecuencias por medio de la ley, él pudo haber muerto.
Las horas siguieron pasando, la fiebre disminuía de apoco pero él aún no despertaba, ya eran casi las 6 de la tarde y seguía dormido.
Vuelvo a tomar el paño de su frente para enfriarlo y lo veo abrir sus ojos poco a poco.
- ¿Sam?
- Mi cabeza.. como duele. - Dijo mientras se tocaba la frente.
- Me alegra saber que estas mejor.- hablé y él voltea a verme.
- ¿Que paso?- preguntó con confusión mientras se sentaba en la camilla y veía todo a su alrededor.
- Te desplomaste en la puerta de mi oficina y decidí de traerte, ardías en fiebre. - contesté y él gira a verme.
- Solo te doy problemas, ¿verdad? - preguntó y reí.
- Es algo común en los esposos traerles problemas a sus esposas. - respondí y él sonrió para luego negar.- Dime algo.- continúe y él asiente.- *Tu.. ¿consumes alguna medicina para dormir?
- No, jamás he necesitado de medicina para dormir*.- *contestó y asentí. *Sabía que aquellos dos tenían que ver con esto*.* - ¿*Porque lo preguntas?
- Te han realizado un estudio de sangre antes de bajarte la fiebre y.. estos indicaban que habías consumido muchas pastillas para conciliar el sueño, lo cual pudo provocarte una muerte rápida aunque gracias a que llegaste a tiempo aquí eso no pasó*.- contesté y veo su cara de sorpresa, él ha de imaginar que fue lo que paso, o al menos eso me hace pensar su seño fruncido.- Yo.. lo lamento mucho, debí de escucharte antes cuando intentabas explicarme todo.
-¿Como? - preguntó y rode mis ojos para luego cruzar mis brazos.
- Sam, me estoy disculpando por lo ocurrido entre nosotros, no quiero seguir con este distanciamiento y.. solo nos quedan dos meses de casados, no debería de seguir molesta contigo por ello, a fin de cuentas.. lo hiciste sin conocerme y me cuidaste de todos durante este tiempo.- Añadí desviando mi mirada a otro lugar.
- Diana.. - volteó a verlo y veo sus manos extendidas a mi.- Ven. - pidió y me acerqué tomando sus manos, con las cuales me jala hasta que mi cara chocó con su pecho.- *Gracias por aceptar mis disculpas y pese a que tengas razón sobre el tiempo que nos queda.. yo quiero anular ese contrato.
- ¿Que? ¿Porque*? - pregunté separando mi cara de su pecho para poder verlo.
- Porque te amo, Diana. - respondió y sentí mis mejillas arder.- *No voy a obligarte a que sientas lo mismo ni tampoco te voy a forzar a hacer algo que no quieres, solo deseo que estés de acuerdo conmigo en la anulación y me des una oportunidad para demostrarte mi amor, para que veas cuan capaz soy de sacrificarlo todo por ti.
-Sam yo..
- Se que no me amas, mucho menos después de lo que hice antes de conocerte pero.. solo te pido una oportunidad para que me dejes intentarlo*.- dijo interrumpiendome mientras me tomaba de mi mejilla y acercaba mi rostro al suyo.- Por favor, prometo que no te defraudare.- Deja un corto beso en mis labios. - Por favor. - Volvió a decir y fui yo quien corto sus palabras ahora. Lo tomé por ambas mejillas y lo besé con todo el amor que sentía por él, con ese amor que oculté y el cual pienso dejar callado por un poco más de tiempo.
Él no dudo en corresponderme y siguió mi beso mientras me tomaba de la cintura y acercaba mi cuerpo al suyo. Era impresionante sentir como sus solas caricias podían provocar sensaciones extrañas en mi cuerpo, como con solo mirarme podría transmitirme lo que sus labios decían.
La falta de aire entre ambos nos obligó a romper con el beso por lo que poco a poco me separe de sus labios y lo vi a esos hermosos ojos azules que aún esperaban por una respuesta.
- Esta bien, aceptaré romper el contrato y ser tu esposa pero.. si me lastimas, te olvidarás de que alguna ves nos conocimos. - contesté y lo veo sonreír hermosamente mientras acaricia mi mejilla con ternura.
- *Prometo que nada jamás podrá separarte de mi, amor, veras que me ganaré tu corazón a como de lugar.
- Suerte con eso*.- respondí y él rio para luego atraer me una ves más a su cuerpo y abrazarme mientras acariciaba mi cabello.
- Verás que te será imposible deshacerte de mi, Cariño, me tendrás tan pegado como si fuera una sambijuela.- añadió y me fue inevitable no reír ante su comentario.
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Luego de unas horas tratando de convencer a Sam para que se quedara un día más en el hospital como el doctor lo pidió, debo de admitir que perderé cientos de batallas con él.
Tuve que contactar a los Australianos para avisarles que mi querido esposo los recibirá en nuestro hogar, una ves ellos aceptaron, regresamos a casa con mis bufidos.
- Ya ya.. se lo que dirás.- comentó mientras me abrazaba y reía.- Tendrías que haberte quedado un dia más, él trabajo puede esperar.- dijo tratando de imitarme y voltee a verlo con mis ojos entrecerrados mientras el seguía riendo. - Juro que estoy bien, aparte de que si algo llega a pasarme.. tengo a la enfermera más linda del mundo cuidando de mi. - añadió y di media sonrisa para luego sentir sus labios posar sobre los míos permitiéndome saborear una ves más el delicioso sabor a amor que había en ellos.- *Te amo muñeca.
- ¿Crees que esta ves acepten el trato*? - pregunté evitando contestar a su última palabra. Él volteo su mirada al frente y suspiro mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros.
- La verdad es que no lo se, pero pase lo que pase tratare de convencerlos para que lo hagan.- contestó y asentí.
- Tendré que ordenar todo de prisa, dijeron que para las 9 estarían allí. - comenté y él asintió.
- No te preocupes por nada, yo te ayudare a ordenar y cocinar para nuestros invitados.- *respondió y voltee a verlo para luego sonreirle. *Esta muy claro que lo harás*.*
Caminábamos de un lado a otro acomodando cada cosa en su lugar, siempre creí que la casa estaba bien ordenada pero al parecer cuando tienes visita es cuando ves el verdadero desorden.
Sam se adelanto con la cena mientras yo seguía caminando de arriba a abajo para que todo estuviese bien acomodado, una ves ambos terminamos subimos de prisa cada quien a su habitación y nos duchamos para luego vestirnos y salir cuando estuviésemos listos.
Bajamos apresurados y al llegar a la sala, el timbre se escucho.
- Estas preciosa.- Dijo Sam mientras yo acomodaba mi vestido.
- Gracias, tu también estas guapo.- respondí y él sonrió para luego dejar un tierno beso en mis labios.
- ¿*Lista?
- No lo creo*.- respondí y él río para luego tomar mi mano y guiarme hasta la puerta.
La hora había llegado y debíamos de dar lo mejor de nosotros para que esta velada tuviera un final satisfactorio para la empresa.
*Lo lograremos, estoy muy segura de ello.*
AUNQUE YA LE ESTA DANDO COSA. SL VERLA LLORAR TANTO POR SU PADRINO
tí corazón de melón 🍈