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Renacer Entre Cenizas... La Venganza De Issabelle.

Renacer Entre Cenizas... La Venganza De Issabelle.

Status: Terminada
Genre:Mujer poderosa / Amor a primera vista / Maltrato Emocional / Amor-odio / Venganza de la protagonista / Reencarnación(época moderna) / Completas
Popularitas:272.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Roxana Fernández

Issabelle Mancini, heredera de una poderosa familia italiana, muere sola y traicionada por el hombre que amó. Pero el destino le da una segunda oportunidad: despierta en el pasado, justo después de su boda. Esta vez, no será la esposa sumisa y olvidada. Convertida en una estratega implacable, Issabelle se propone cambiar su historia, construir su propio imperio y vengar cada lágrima derramada. Sin embargo, mientras conquista el mundo que antes la aplastó, descubrirá que su mayor batalla no será contra su esposo… sino contra la mujer que una vez fue.

NovelToon tiene autorización de Roxana Fernández para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 14. Escándalos y confesiones.

Capítulo 14

Escándalos y confesiones.

A la mañana siguiente, Enzo se encontraba en su casa. Leyendo artículos por Internet mientras tomaba su primera taza de café.

—¿Qué demonios es esto, Alonso? —rugió apretando su taza entre los dedos hasta que crujió en su palma.

Su asistente, con la tablet temblando en las manos, dudó antes de responder. Las imágenes estaban ahí, proyectadas en la enorme pantalla de la tv de Enzo, en toda su gloria humillante:

Issabelle, en brazos de Giordanno Lombardi, saliendo del Luxor Imperium Club con el overol subido ligeramente, el cabello en desorden y una expresión vulnerable.

Titulares ridículos como “¿La heredera Mancini deja a su esposo por el magnate más temido de Italia?” o “Triángulo escandaloso: Lombardi y Milani en guerra por una mujer” llenaban los portales de noticias y redes sociales.

—Están en todos lados… —dijo Alonso, tragando saliva—. En todas las redes sociales… incluso Vogue Italia lo compartió como noticia de último momento.

Enzo apretó la mandíbula y, sin decir una palabra más, arrojó la taza contra la chimenea. El cristal estalló en mil pedazos.

—¡Quiero que desaparezca! —espetó, con el rostro encendido de ira—. ¡Ahora mismo, Alonso! Paga lo que sea necesario, soborna a quien sea, amenaza si es necesario… ¡pero borra esto del puto Internet! ¡AHORA! —gritó enfurecido.

Alonso asintió rápidamente y salió de la oficina como alma que lleva el diablo. Enzo se dejó caer en su sillón de cuero, exhalando por la nariz como un toro a punto de embestir. Las manos le temblaban de rabia… pero también de algo más profundo: dolor.

«“Ella me odia tanto como para hacer esto público… como para humillarme con él”».

Apoyó los codos en las rodillas, inclinó la cabeza y dejó caer la mirada. Por primera vez, sintió que su mundo, ese que siempre había controlado con puño de hierro, se le escurría entre los dedos.

En la mansión Lombardi, el ambiente era diametralmente opuesto.

Issabelle terminó de abotonarse la camisa blanca que una de las amas de llaves había dejado sobre la cama. Era holgada, sencilla y sin pretensiones, lo más lejos posible del escote ajustado de la noche anterior.

A su lado, Sofía seguía dormida, pero ya más acomodada, con una manta cubriéndole los hombros.

Issabelle se miró al espejo. Se veía hermosa, su maquillaje reflejaba seguridad.

Una suave llamada a la puerta la sacó de sus pensamientos.

—Señorita Mancini —la voz de un mayordomo del otro lado de la puerta sonó firme—. El señor Lombardi la espera en su oficina.

Issabelle respiró hondo y salió.

El camino por los pasillos de mármol le pareció eterno. Las paredes estaban decoradas con obras de arte contemporáneo y fotografías en blanco y negro.

El aroma de café y madera barnizada flotaba en el aire. Cada paso que daba aumentaba la tensión en su pecho.

—¿El señor Lombardi... está solo? —preguntó, nerviosa.

—Así es, señorita. Está esperando por usted, y me pidió que no lo molestaran.

Issabelle tragó saliva. Sus manos temblaban imperceptiblemente.

—¿Y, como es él? Me refiero a su vida cotidiana, si es agradable, grosero. Un mal jefe.

El mayordomo sonrió, casi en un susurro.

—El señor Lombardi es un buen hombre, señorita. No es un jefe, es un líder. Aunque muy solitario, nunca lo había visto involucrarse con una mujer y anoche...

—¿Qué pasó anoche? —interrumpió, angustiada.

—El señor la llevó en sus brazos desde su vehículo hasta la habitación, le quitó las zapatillas y la tapó con una manta. Hoy ha preparado el desayuno él mismo. Raras veces se le ve en la cocina, usted debe ser una persona muy importante para él.

Issabelle tragó saliva con dificultad.

Cuando empujó la puerta de la oficina, lo vio: Giordanno, de pie, junto a una de las ventanas, mirando al exterior con las manos en los bolsillos de su traje oscuro.

La luz del sol iluminaba su perfil, dándole un aire casi cinematográfico.

Al escuchar la puerta, giró lentamente.

Y entonces la vio.

Ella.

Con la camisa blanca atada con un nudo en su abdomen y un pantalón oscuro, el cabello recogido de forma improvisada, los labios carmesí.

Se quedó en silencio unos segundos. Su mirada no ocultaba nada: la deseaba. Pero no solo con el cuerpo. La deseaba en su mundo. En sus días. En sus decisiones.

—¿Así que… esta es tu versión de pasar desapercibida? —murmuró, apenas sin voz, con una media sonrisa.

Issabelle bajó la mirada.

—Es lo más neutro que encontré en la ropa que me ha enviado —respondió, intentando sonar tranquila—. No quería que pensaras que… venía a seducirlo, señor Lombardi.

Giordanno soltó una leve carcajada y se acercó a su escritorio. Señaló la silla frente a él.

—Siéntate. Tenemos mucho de qué hablar.

Ella obedeció, cruzando las piernas con elegancia. Por un instante, ninguno dijo nada. La tensión se acumuló como electricidad estática.

—Estás en boca de todo el país, Issabelle —dijo finalmente, abriendo su laptop y girándola para mostrarle algunos titulares—. Anoche fuiste tendencia. Por horas. Y eso que apenas empezaba el escándalo.

Issabelle se llevó una mano a la frente, avergonzada.

—Dios mío…

—Tranquila. Ya me encargué de que desaparezca —afirmó Giordanno—. Le pagué a los medios, desactivé servidores, incluso envié advertencias legales a influencers que lo estaban compartiendo. No quedará ni rastro de esas imágenes en un par de días.

Ella lo miró, asombrada.

—¿Por qué harías eso por mí?

—Porque no me gusta ver cómo se devora la reputación de alguien que me importa —respondió él con seriedad—. Y porque a veces… la intimidad es un lujo que no todos pueden proteger. Yo sí puedo.

Ella sintió una punzada en el pecho. No era solo protección lo que ofrecía Giordanno… era una promesa silenciosa de lealtad.

—Gracias —murmuró, sin saber qué más decir.

Él se inclinó sobre el escritorio, su voz más baja y penetrante.

—Pero dime algo, Issabelle… ¿Lo del divorcio, va en serio?

Ella tardó en responder. La pregunta le cayó como un puñetazo en su estómago

—Sí —dijo al fin, con firmeza—. Va totalmente en serio.

Giordanno asintió lentamente, como si ya lo supiera. Pero necesitaba escucharlo de sus labios, una vez más.

—Entonces no tienes por qué volver a su lado —añadió—. No tienes por qué soportar más su trato, ni sus... humillaciones.

—No es tan sencillo —susurró ella—, hay negocios de por medio… y mi familia… ellos no lo entenderían.

—A veces hay que destruir algo para reconstruirlo mejor —se levantó de su asiento y caminó hacia ella—. Y yo estoy dispuesto a ayudarte a construir algo distinto, Issabelle.

Ella alzó la mirada. Por primera vez, no vio arrogancia en sus ojos. Sino determinación. Un deseo que no se basaba en la conquista… sino en algo más profundo.

—No estoy lista para una guerra —admitió, bajando la voz—. No todavía.

—Entonces esperaré —dijo él, sin dudar—. Pero cuando estés lista… quiero que sepas que tienes un lugar aquí. A salvo. Sin máscaras y sin condiciones.

Ella sintió que el aire se le atascaba en los pulmones.

Por primera vez en mucho tiempo, alguien no le pedía que cambiara. Solo que decidiera.

Y eso… lo cambió todo.

1
Carmen Mena
Enzo, que idiota más grande, como Isabelle pudo estar contigo, ya botaste tu máscara, Isa tiene razón, Eva y tú son tal para cual.🤬🤬😡😡
Carmen Mena
Beatrice está tan deseosa de tener un bisnieto, que se deja manipular por Eva y no ve la mentira de la situación, No hay bebe, no existe su bisnieto. El karma en algún mo.ento tocará a estas personas, Eva, Enzo y Beatrice.
Gracias por los capítulos autora
Paola Sanchez
lamento decir que no pude leerla completa, se me hizo qué tenia mucho relleno y de la mitad pasé al final. la historia es buena, pero me canso lo largo
Paola Sanchez
en la torre
Paola Sanchez
Este asistente no se si es amigo o enemigo
Irma Ordonez
Exelente me encanto y le deseo lo mejor y muchos exitos un abrazo y mi gratitud a usted
Sofy Corchio
Querida autora sólo puede decirte que fue maravilloso leerte y decirte gracias gracias de corazón ♥ por tan hermosa historia y tan realista gracias gracias bendiciones bendiciónes!!!!/Heart//Rose/
Violeta Grepo
que hace en la universidad, no está en absoluto reposo????? me parece que estas medio perdida autora
Mariana Martinez Acuña
mil felicitaciones autora por esta historia tan hermosa La viví cada minuto cada segundo buenos cada segundo bueno reír lloré creo que quedé sin uñas de las emociones pero me alegro y muchas bendiciones y que siga adelante que siga escribiendo buenas historias mil felicitaciones mil bendiciones para ti y con mucha fuerza para seguir adelante Dios te bendiga
Ivon Caraballo
que bello final...
Ivon Caraballo
ay Isa te pasaste con la broma...se me rompió el corazón con las palabras de Giordano
Carmen Mena
Beatrice, Enzo y Eva ya mataron una vez a Isabelle, desean seguir con sus apariencias, dañandola una y otra vez.
Si te dan una nueva oportunidad de vida, es para evitar errores hechos, ahora ella debe vivir, por ella y no por los demás.
Gracias autora por los capítulos
Martha Bautista
que historia tan hermosa me tenía con los nervios a mil pero el desenlace fue muy lindo
Urdiales Peña Rubio
Esta excelente
Evelyn 🇲🇽
Bellísima, quedó totalmente fascinada,
Mariana Martinez Acuña
esto es para no entenderse dijeron que habían unos guardaespaldas de Giordano cuidando las de lejos y aún así La secuestraron y nadie la siguió y si sabiendo todo ellos que la iban a secuestrar porque no estuvieron todos a tiempo y están esperando que la maltrate la verdad no entiendo
Mariana Martinez Acuña
dónde quedaron los hombres que La cuidaban de lejos no entiendo nada
Olivia
Excelente
yuleisy
primera historia que leo en esta aplicación y me gustó, gracias por tan bonita historia autora, bendiciones
VásGa Nbeth
el Menzo 😂 😂 que cosas dices
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