Sharon es una mujer de 24 años, profesional, trabaja en un asilo y le duele ver el abandono de los abuelos. Un día va a una cita para una citologia y resulta embarazada después de un mes, el padre es un mafioso y ella lo enfrenta sin saber quien era.
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LA GRAN INFLUENCIA
Al día siguiente era sábado y Sharon ya estaba despierta lista para ir a trabajar, salió y llegó a la cafetería, compro lo mismo y después se fue en un taxi a su trabajo, no se dio cuenta que la estaban siguiendo, Izan mandó a uno de sus escoltas a seguirla, el mandaba evidencia de lo que ella hacía. Ese mañana cumplía años dos abuelos, ella pidió a domicilio globos y todo lo que necesitaba para decorar, también pidió pudin y dos regalos para los cumplimentados.
Los abuelos disfrutaron del cumpleaños junto a Sharon, a ella le hacía feliz verlos a ellos bien y felices, los de la cocina hicieron almuerzo especial y después de almuerzo cantaron el cumpleaños y comieron pudin. Sharon cumplió con sus horas laborales, pero se había quedado una hora más compartiendo con los abuelos porque sabia que iba a su apartamento a encerrarse porque ya no podía salir de fiestas con sus compañeras, aunque ellas la llamaban para saber de ella, no eran las mejores amigas, pero si buenas colegas.
Llegó a su casa a las dos de la tarde, se puso ropa cómoda y se puso a hacer aseo, a las cinco había terminado, se baño y se puso una pijama sexy para estar relajada, no tenía hambre y tampoco iba a cocinar porque quería comer hamburguesa y la iba a pedir a domicilio a las seis de la tarde.
Se había sentado en la sala a comer maní, despronto su celular comenzó a sonar, ella miró la pantalla y sabía quien era, no contestó porque no se sentía preparada para hablar con el, no sabía qué decir en caso de contestarle. Izan estaba fuera de su apartamento, pero como ella no contestó llegó a su puerta y comenzó a tocar con furia, ella en ese momento se asustó y corrió quedando frente a la puerta por los nervios, el volvió a tocar y dijo fuerte.
IZAN: ¡¡Abre la maldita puerta ahora!!
Sharon estaba asustada, tanto que su corazón amenazaba con salirse, no sabía qué hacer, pero sacó fuerza y dijo duro.
SHARON: ¡No! lárgate de mi casa
La respuesta le dio más ira a Izan, nunca nadie le había dicho no a sus exigencias, siempre se hacía lo que el decia, pero el volvió y dijo.
IZAN: ¡¡Habre la maldita puerta si no quieres que la tire al suelo!!
SHARON: ¡Lárgate o llamó a la policía!
IZA: Ja ja ja llámala, para que me ayuden a derribarte la puerta
En ese momento se acordó de las palabras de sus padres, de la gran influencia que tenía ese hombre en la ciudad, ella decidió hacer las cosas por las buenas, por el bien de su hijo, se acercó a la puerta y la abrió. Él se quedó mirándola y ella a él, dio la espalda y caminó hacia el mueble y se sentó, él sonrió y dijo en forma de burla para molestarla.
IZAN: Wao... me gusta el recibimiento, ¿no te da pena mostrar?
SHARON: ¡No! Pervertido, todo el mundo sabe las partes del cuerpo de una mujer, y la mujer lo del cuerpo del hombre, más allá de lo que piensen con las mentes cochinas ya es enfermedad.
IZAN: La mujer que no respeta su cuerpo, que no pida respeto de los demás, la mujer bonita no necesita vestir vulgar.
SHARON: Sí... eso es lo que piensan todos los hombres de mente retorcida, en las cosas de la carne, cosas cochinas, feas y mugrosas.
IZAN: Porque eso es lo que nos dan a entender.
SHARON: Bueno piensa lo que te dé la gana, me visto como quiera, y si es de salir así a la calle salgo.
IZAN: ¡¡¡Ni se te ocurra!!!
SHARON: ¡¡No me grites!! ¿A qué Viniste?
IZAN: Vine a ver que necesitaba la madre de mi hijo, porque es mi hijo quieras o no.
Ella bajo la guardia y suspiró, sabía que no podía contra el gran empresario, tenía que mantenerse serena por el bien de ella y su hijo, ella lo miró y dijo.
SHARON: No necesitamos nada, estamos bien.
El no dejaba de mirarla y ella lo retaba con la mirada, el sabía que las cosas con ella no iban a ser fáciles, sabía que tenía un carácter fuerte, pero no más que el, no se iba a dejar de ella por el simple hecho de llevar a su hijo en su vientre, tampoco podía dejar de admirar su belleza como mujer, su temperamento, su autonomía, porque de eso sí se había dado cuenta desde el primer día que la vio haciendo escándalo en la clínica y dejándolo con la palabra en el consultorio delante de su amigo, el doctor y el escolta, pese a las amenazas.
Sharon había comido maní y sentía ganas de vomitar, Izan mirándola le preguntó su tenía pareja, ella aguantando las ganas de vomitar le dijo.
SHARON: Mm... no, soy soltera y hago lo que quiera, con quien quiera y donde quiera.
IZAN: Ja, ¡no puedo creer que una mujer como tú lleve a mi hijo en su vientre!
SHARON: Yo no lo busque, eso reclamáselo a los médicos, demanda a la clínica tú, yo no tengo tiempo para eso, más bien me voy a dedicar a mi hijo, a que esté bien.
IZAN: ¡¡También es mi hijo!! Pero no tiene la culpa de la madre.
SHARON: De malas por ti, porque..
Ella no termino de hablar y salió corriendo para el baño, Izan al verla también corrió detrás de ella, Sharon se arrodilló a vomitar y él la sostenía de los hombros, su cabello estaba bien recogido y él agradeció porque se le hubiera ensuciado todo el cabello con el vómito.
Cuando termino el la ayudó a levantarse y bajo el vomito, el inodoro quedó sucio por los lados, el vio un recipiente, lo agarro, hecho jabón de mano y limpio el sucio que había mientras ella se cepillaba, el se sorprendió porque nunca había hecho algo asi, eso se lo dejaba a sus empleadas.