Mi Dulce Venganza

El sol sale en Los Ángeles. Michael se quedó a dormir en el apartamento acompañado por su amante.

- De verdad eres un cara dura. ¿Cómo pudiste dormir después del escándalo de anoche?

- No tendría por qué quitarme el sueño.

- Tu esposa te va a pedir el divorcio.

- Qué lo haga, me quedaré con la mitad de su patrimonio y con eso me conformo. Además, no soporto un día más a su lado.

- Te noto muy seguro.

- Porque lo estoy. Me asegure de que firmara los documentos necesarios apenas nos casamos, no hay manera de que los invalide.

- Estás de acuerdo que no llegó aquí por casualidad. Alguien debió haberle advertido sobre lo que estaba sucediendo.

- La verdad es que no me importa, ya estoy harto de ella y quien lo haya hechi me hizo un favor. Ahora deja de cuestionarme y ocúpate de mis necesidades.

Cynthia se coloca encima de él; besa su cuello y baja lentamente por su trabajado abdomen, ella sabe muy bien como complacerlo y así lo hace.

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Greg pasó la noche en vela. En más de una ocasión estuvo tentado a salir en búsqueda de ese canalla y partirle la cara, pero entiende que no es el momento y solo complicaría más la situación.

Le duele ver a Emily sufrir, él la habría cuidado y protegido. Si tan solo hubiese tenido la más mínima oportunidad la habría tratado como a una reina.

Los golpes en la puerta lo devuelven a la realidad.

- Adelante.

- Buenos días, señor Gregory. Le traje su café.

- Gracias, Clara. Supongo que tampoco dormiste.

- No, señor. Estoy muy preocupada por mi niña. ¿Qué vamos a hacer?

- Lamentablemente, no podemos hacer mucho. Al no haber un prenupcial si se divorcian, él obtendrá la mitad de todo.

- Más que lo material me preocupa que mi niña no pueda superar esta decepción.

- Podrá, Clara. Necesitará mucho apoyo, pero va a levantarse. Y de mi cuenta corre recuperar lo que es suyo.

- ¿Ha pensado en algo?

- No dejo de pensar en una posible solución. Te prometo que encontraré una.

- Sé que lo hará. Si Emily se hubiera percatado de lo que usted siente por ella quizá no se habría fijado en ese oportunista.

- No te entiendo, Clara.

- Yo sé que usted tiene sentimientos fuertes por ella, lo noté hace años.

- No se te escapa nada, mujer. Despreocúpate, sé que no es correcto y me mantendré al margen.

- En ningún momento he dicho que sea incorrecto.

- Podría ser su padre, Clara.

- Pero no lo es y sé que sus sentimientos por ella son genuinos.

- Dejemos el tema, ahora lo importante es brindarle nuestro apoyo y buscar una solución.

- Sepa que jamás me opondría si busca conquistar a mi niña, lo apoyo totalmente.

- No me ayudas llamándola "mi niña".

- Eso no va a cambiar así tenga 40 años seguirá siendo mi niña.

- Ok, Clara. ¿Por qué no vas a ver si ya despertó?

- Sí, señor.

Clara sube a la habitación y llama a la puerta.

- Adelante.

Abby le hace una señal para que no haga ruido y camina hacia ella, juntas salen al pasillo.

- Recién se quedó dormida.

- Gracias por quedarse con ella, señorita.

- Es mi amiga, no la dejaría sola en un momento así.

- Pobre de mi niña.

- Ha sido un golpe duro, pero va a estar bien. Ya vio quien es Michael en realidad y no podrá hacerle más daño.

- Le traeré un café.

- Gracias.

Emily abre los ojos y ve a su amiga junto a ella.

- ¿Cómo te sientes?

- Devastada. ¿Cómo pude creer en sus mentiras?

- Estabas enamorada.

- Ustedes vieron su verdadera cara desde el principio.

- El amor es así, no te culpes más.

- Voy a ducharme. Necesito hablar con Greg, quiero divorciarme lo más pronto posible.

Más tranquila, Emily baja en busca de Greg. Clara le informa que se encuentra en la biblioteca esperándola. Entra sin llamar y lo ve sentado detrás del escritorio concentrado en unos documentos.

- Emily, ¿cómo estás?

- Mal, pero me voy a recuperar.

- ¿Quieres contarme lo que ocurrió?

- Tiene una amante, seguro me ha engañado desde el primer día. Quiero interponer la demanda de divorcio.

- Entiendo. Hay varios puntos que debemos tratar.

- Te escucho.

- Al no haber un prenupcial y dado que se casaron por bienes mancomunados él va a exigir la mitad de todo.

- Tengo pruebas de su infidelidad.

- Eso se convierte únicamente en una causal de divorcio, pero no te devuelve el control de tus bienes. Recuerda que firmaste un documento en donde le cediste a él la toma de decisiones.

- ¡Fui una estúpida!- grita con impotencia.

- Deja de culparte, eso no te ayuda.

- Tú tenías razón, soy una pobre niña tonta necesitada de amor- dice llorando.

Greg se levanta y se acerca a ella. Toma sus manos y da un leve tirón para ponerla de pie y abrazarla.

- Desahógate, llora todo lo que tengas que llorar.

Emily se derrumba en los brazos del que hasta hace poco era su tutor y albacea. Alguien con quien peleó en más de una ocasión defendiendo al hombre que amaba. Se apoya en su pecho y llora amargamente.

El instinto protector se apodera de Greg; la siente tan vulnerable, tan indefensa y además, tiene el corazón en mil pedazos.

Ella recupera la calma de a poco. Greg le limpia las lágrimas con un pañuelo desechable. Coloca su dedo índice en la delicada barbilla femenina y levanta su rostro con suavidad.

- Mírame, eres más fuerte de lo que crees. Vas a salir adelante y dejarás de sentir dolor. Prometo que te ayudaré a recuperar lo que te pertenece.

Es la primera vez que Emily mira a Greg a los ojos. Un hormigueo extraño recorre su columna vertebral al sentir el tacto de sus dedos sobre su rostro.

Puede notar que sus palabras son sinceras. Hay ternura en su voz, no le había hablado en ese tono antes.

- ¿Puedes encargarte tú de mi divorcio? No confío en nadie más.

- No necesitas ni pedirlo. Comenzaré de inmediato con la demanda.

- La casa de mis padres no entra entre los bienes que se van a dividir y necesito sacar sus cosas de aquí.

- Yo me encargo, despreocúpate. Necesitas alimentarte, Clara ya tiene listo tu desayuno.

- No tengo apetito.

- Haz un esfuerzo, te necesito fuerte para lo que viene. Antes debo hacerte una pregunta y aunque resulte incómodo es necesario que me respondas con la verdad. ¿Hay alguna posibilidad de que estés embarazada?

Ella niega con la cabeza y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

- Ok, tranquila. Te acompaño al comedor.

Clara abraza a su niña apenas la tiene enfrente. Abby ya está en el comedor esperándola.

- Clara, envié a una de las chicas a la habitación de Emily. Que saque las pertenencias de ese tipo en bolsas de basura y las deje en la cochera. Más tarde enviaré a alguien por ellas.

- Sí, señor Gregory. De inmediato.

- Ven, amiga. Siéntate y come algo.

Emily hace un esfuerzo por alimentarse, lleva apenas una cuantas cucharadas cuando corre al sanitario. Abby sale corriendo detrás de ella. La escucha vomitar y se preocupa.

- ¿Te sientes bien?- le pregunta a través de la puerta.

No hay respuesta, escucha correr el agua y a los pocos segundos su amiga abre la puerta.

- Estoy bien.

- Debes hacerte una prueba de embarazo.

- No estoy embarazada

- Eso no lo sabes, es importante. Llamaré a la farmacia y haré el pedido.

- Ok, no quiero discutir contigo.

La empleada cumple con las órdenes de Greg al pie de la letra y lleva las bolsas a la cochera.

Antes de salir rumbo a la oficina, Greg toma las bolsas y las mete en su auto. Conduce hasta el apartamento de Michael.

El portero lo deja ingresar después de recibir una buena cantidad de dinero. Ayuda a Greg a bajar las bolsas.

- Gusta que suba esto.

- No, deje que el señor Norris baje por ellas.

El ascensor se detiene en el piso 15. Camina por el pasillo hasta llegar al apartamento que busca. Llama a la puerta y espera unos segundos hasta que se abre.

Un puñetazo se estrella directamente en el rostro de Michael que no lo veía venir.

- ¡No vuelvas a acercarse acercarte a Emily!

- Jajaja, es ella la que quiere vivir pegada a mí- asegura mientras frota du mentón.

- Estás advertido. En los próximos días recibirás la demanda de divorcio.

- Yo seré el más feliz cuando consiga divorciarme de ella.

Greg le da la espalda y se marcha más furioso de lo que llegó. Sube a su auto y golpea el volante con furia.

- ¡Maldito, Infeliz! Te haré pagar por cada lágrima que la hiciste derramar.

Conduce directo a la productora, durante el trayecto consigue calmarse. Debe mantener la mente fría y buscar soluciones.