Después de la muerte de sora el ángel de la reencarnación, asmodeo planeaba destruir la tierra en señal de venganza, años después sora reencarna en un joven llamado touji quien deberá descubrir su pasado.
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Capitulo 12 Una muerte a propia voluntad
La batalla continúo por horas y ninguno cedía a rendirse, sin embargo, kosuke se debilitaba conforme pasa el tiempo, todo indicaba que la historia de la espada maldecida era real.
—¿Por qué ahora?, necesito más tiempo—se preguntó kosuke recibiendo el golpe de su enemigo.
—Ya basta kosuke, no sigas con esto—gritó una vez más nobu, mirando su cuerpo.
La espada que manipulaba absorbía su energía vital, haciendo de ella aún más fuerte, ocasionando que fuera imposible controlarla.
—Tengo que controlar su poder o acabará con mí vida—murmuró kosuke moviendo lentamente sus labios.
Takashi se alejó al observar como kosuke cambiaba su apariencia, su aura emitía un poder fuerte incluso más fuerte que el ángel de la reencarnación.
—¿Señor takashi se encuentra bien?—gritó haruto acercándose a él rápidamente.
Kosuke alzó en alto una mirada penetrante, y con la espada que poseía, se dirigió a haruto cortando su cuerpo a la mitad.
—¡Haruto!—gritó takashi extendiendo su mano para alcanzar su cuerpo cortado.
Kosuke había alcanzado una transformación diferente, debido a que estuvo expuesto en el valle de los espectros, otorgándole un poder enorme.
Sus ojos cambiaron a un color rojo intenso, sus alas eran aún más grandes de lo inusual, pero lo que hacía imposible era que sus alas se habían convertido en llamas.
Kosuke habia perdido el razonamiento, no podía pensar por si mismo, sólo se podía escuchar una pequeña risa quebrar el silencio.
Nobu que lo observaba desde el cielo, miró fijamente como había alcanzado una transformación que ni siquiera los mismos ángeles sabían de su existencia.
—¿Qué está sucediendo con el demonio y que es esa transformación?—preguntó takashi paralizado por completo.
Aoto quien miraba desde lejos, dejó a touji y sus amigos en un lugar más seguro, rápidamente apresurando el paso se dirigió al lugar donde estaba takashi para ayudarlo, no podía perdonar la muerte de su compañero, su valentía fue alta que incluso se dirigió a kosuke.
—¡Alto!—gritó takashi deteniendo a aoto para no ser asesinado de la misma manera.
—En este instante soy más fuerte que tú—respondió kosuke con una risa burlona.
Takashi buscaba la forma de como podía terminar con la vida de kosuke, antes de que otra persona perdiera la vida a consecuencia de la pelea.
—Debo ponerle fin a su vída, o será demasiado tarde para nosotros—habló takashi en voz baja, poniéndose una vez más en posición de defensa.
Nadie se había percatado del ambiente desconocido, el poder que poseía ahora kosuke era aterrador incluso para takashi un ser de alto rango, kosuke se había cegado por el poder, y no había nadie que lo detuviera.
—Terminaré contigo takashi—gritó kosuke alzando el filo de la espada.
La espada persistía con absorber el poder de kosuke, pero él aún cegado por la lujuria no sé daba cuenta, él ya no era el mismo de antes.
—Kosuke por favor no lo hagas—gritó nobu sintiendo un dolor fuerte en el pecho.
Kosuke listo para atacar se dirigió a su enemigo, la espada tomó un aspecto diferente, ahora parecía ardiente lleno de llamas que lo rodeaban.
—Espada, dame la fuerza en contra de su voluntad—gritó kosuke acercándose a takashi.
—Debo reflejar su ataque o será el fin para mí—respondió takashi, fijando su mirada en su adversario.
Kosuke había perdido la razón de pensar por él mismo, se movió con agilidad, moviendo a la vez la espada, cada golpe que acertaba era más fuerte que el anterior.
—¡Señor takashi!—gritó aoto viendo como recibía los golpes.
Takashi no podía moverse, lo que ocasionaba que no pudiera esquivar los golpes con facilidad, de repente, cayó al suelo con su cuerpo sangrando.
—¿No que acabarías conmigo?—preguntó kosuke poniendo un pie en el cuello de su enemigo.
—¡Señor!—interrumpió aoto tratando de atacar al demonio.
—No te acerques—respondió takashi tratando de tomar su espada de nuevo.
Takashi logró tomarla y con las pocas fuerzas que tenía logró herirlo, haciendo retroceder a kosuke.
—¡No!, ¿qué me está pasando?—se preguntó kosuke, fijándose como volvía a la normalidad.
Kosuke no podía creer como tiraba sangre de su propia boca, cayó de rodillas debilitando.
—¡Kosuke!—gritó nobu preocupándose por él.
Kosuke finalmente se transformó en un espectro, su vida vital habia sido consumida por completo, no había nada que pudieran hacer por él.
—Tengo que levantarme—dijo takashi aprovechando que kosuke trasmutaba.
Aoto observaba como kosuke sufría una mutación, su cuerpo se movía libremente sin que el tuviera él control.
—Es su oportunidad de contraatacar—señaló aoto apuntando su dedo índice en contra de kosuke.
Takashi recogió su espada del suelo, al instante de sujetarla, su filo emanó una luz brillante, kosuke quien trataba de levantarse con las pocas fuerzas finalmente se rindió.
—Ahora morirás—gritó takashi, listo para poner fin a la batalla mientras se acercaba a kosuke.
Kosuke al ponerse firme parpadeó lentamente, sus labios cambiaron a una sonrisa al notar que su hermana lo miraba feliz.
—He venido a buscarte hermano, ahora estaremos juntos por siempre—dijo lucy extendiendo su mano con una sonrisa.
—Me rindo—gritó kosuke con sus últimas palabras, arrodillandose por última vez.
—Admiro tú determinación, eres un demonio honorable—respondió takashi sintiendo pena por su enemigo.
Takashi atravesó su espada a la mitad del cuerpo de kosuke, dejándolo finalmente derrotado, kosuke terminó de caer al suelo, en su subconsciente recordó los momentos que había pasado con su hermana y al morir sonrió.
—Siento haber causado tantos problemas hermana—dijo kosuke finalmente abrazándola fuerte con lágrimas en su rostro.
—Lo has hecho bien kosuke, eres igual de fuerte que yo—respondió lucy llevandose el alma de su hermano al valle.
Nobu quien había visto el final de kosuke, su alma se intrigó al saber que su compañero había muerto, ahora sabía que él nunca había comido el fruto del magnar, y como consecuencias dió su vida a la espada.
—Kosuke ha muerto ¿qué le diré al amo?—repitió varías veces marchándose de la ciudad.
La espada que había quedado desprotegida empezó a desvanecerse y regresó a las manos de koji, rápidamente se dió cuenta que kosuke había muerto.
—Lo logramos señor—dijo aoto celebrando la victoria de takashi.
—¿Pero a qué costo ganamos?—respondió takashi mirando el cuerpo de haruto.
Después de la muerte de kosuke los ángeles y ellos se dirigieron a touji para despedirse.
—¿Qué ha pasado?—preguntó touji mirando a su alrededor sin entender.
—¿Si que pasó?—preguntaron los demás.
—Kosuke ha muerto y su alma se ha ido al valle de los espectros perdidos—respondió takashi con una voz seria.
—Pero haruto, mí compañero ha muerto también—respondió aoto inclinando su cabeza.
Touji y los demás no podían creer como kosuke había asesinado a haruto.
—Ahora nos marcharemos tranquilos—mencionó takashi llevandose el cuerpo de su comandante.
—Entendido señor—respondió aoto despidiéndose de touji.
Takashi y sus ángeles se fueron nuevamente al cielo, pero está vez con una victoria que siempre les dolerá recordar, un resplandor apareció haciendo que ellos desaparecieran.
—Aun no puedo aceptar la muerte de haruto, siento que soy sólo un estorbo—dijo touji despreciando su vida.
—Aunque kosuke ha muerto también—respondió makoto para no hacer sentir mal a touji.
—Es cierto pero también tenemos que irnos—dijo la chica que los acompañaba.
Antes de irse cargaron el cuerpo de la señorita shin hasta el cementerio de la ciudad, darle un adiós por el sacrificio de haber salvado la vida de touji.
—Tomemos rumbo al pueblo de las leyendas—dijo touji ahora más determinado a llegar.
—¿Qué estamos esperando?—preguntó makoto con una sonrisa en su rostro.
—Esperen un momento por favor—interrumpió la chica deteniendo el paso.
—¿Por qué nos detienes?—preguntaron ambos.
—¿Van al pueblo de las leyendas?—preguntó la chica de nuevo.
—Vamos para investigar más del ángel de la reencarnación—respondió touji con tranquilidad.
Ella les explicó que iban a la misma dirección, sorprendidos decidieron seguirla hasta llegar al pueblo.
—Vamos al pueblo en busca de una chica—respondió makoto rápidamente.
—¿Una chica?—preguntó ella.
—Su nombre es rin ¿la conoces?—respondió makoto.
La chica sin decir nada se quedó en silencio por unos minutos.
—¿Ustedes vienen del pueblo akaku si no me equivoco?—preguntó de nuevo la chica.
—Es nuestro pueblo natal—respondió touji.
—Mi nombre es rin y soy la chica que han estado buscando—respondió sorprendida.
Touji y makoto se quedaron sin palabras al saber que rin siempre estuvo cerca de ellos desde el bosque.