En un mundo muy distinto al nuestro, en el que los seres humanos se han expandido por toda la galaxia y criaturas extrañas conviven con nosotros, vive Olivia Temple.
Su vida es perfecta, tiene un novio maravilloso y el trabajo que siempre quiso.
Pero una noche todo cambia para ella.
Alberto la deja y Olivia, despechada, se emborracha y pasa la noche con un desconocido.
Unos días después empieza a sentirse mal y, siguiendo un presentimiento, se hace una prueba de embarazo que resulta positiva.
NovelToon tiene autorización de CrisCastillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
11
En diez minutos nos plantamos en la comisaría.
Daniel me señaló uno de las seguramente incómodas sillas.
—Siéntate ahí. Voy a buscar a alguien que nos pueda ayudar. — dijo, y se alejó.
Mi corazón latió más rápido al escucharle hablar en plural de nosotros.
Diosa, ¿qué me estaba pasando?
No puedo enamorarme de Daniel.
Mejor dicho, no estoy enamorándome de Daniel.
Era un tonto flechazo, nada más.
Y no puedo culparme por ello.
Es un hombre atento, amable y cariñoso. Sí, también es atractivo: su sonrisa era suave y contagiosa, sus ojos azules transmitían serenidad y confianza y su cabello rubio parecía tan suave que me entraban ganas de pasar las manos por él, por si eran tan agradable como se veía.
Enterré el rostro entre mis palmas.
De acuerdo Olivia. No estás enamorándote de Daniel.
Ya estás enamorada de él.
Mierda.
—¿Se siente bien señorita? — me preguntó una voz que siempre recordaré. Levanté la mirada y allí estaba él.
Nick.
Mi affair de una noche.
El más que posible padre de Andy.
No pude responder, pues en ese momento apareció Daniel con una mujer policía que parecía muy molesta.
—Detective Carston — asintió la extraña a Nick—. Este joven insiste en hablar con alguien de mando. Es muy persistente.
—¡No pedí hablar con alguien de mando! Solo quería que me escuchara.
— Daniel sonaba frustrado—. Mi amiga está siendo acosada en su propia casa, han intentado matarla. ¡Por la Diosa! ¿Es qué no me ha oído?
La agente miró a Nick y éste le hizo un gesto con la cabeza.
Ella se marchó, y nos quedamos solos Daniel, Nick y yo.
No me he sentido más incómoda en toda mi vida.
—Son acusaciones muy serias. — dijo Nick—. ¿Tienen pruebas de estos hechos?
Daniel me miró esperanzado. La mirada de Nick era seria.
Titubeando, negué con la cabeza.
—De acuerdo, ¿alguna idea de quién puede querer hacerle daño?
Negué de nuevo.
Nick se volvió hacia Daniel.
—Escucha caballero, le creo. Pero sin pruebas me es imposible hacer nada. Mi consejo es que, si su novia no se siente segura, procure no dejarla sola. Y si recibe más notas amenazantes por favor consérvelas. — esto último me lo dijo a mí —. Necesito pruebas para poder empezar a ayudarla.
—Increíble — Daniel se cruzó de brazos —. ¿Y os llamáis policías? ¡No servís para nada.
—Entiendo su ira, joven, pero las reglas son las reglas. Aunque yo os crea, no puedo saltármelas sin pruebas para justificarlo.
Daniel me cogió de la mano y nos sacó de allí.
Dirigí una última mirada a Nick.
La mujer de antes se acercó a él y le dijo algo que le hizo reír.
Eso, por algún motivo, me dolió.
¿Se burlaban de nosotros?
Me di cuenta de que no había habido ningún signo de reconocimiento en su mirada cuando habló conmigo.
Absolutamente nada que indicase que me recordaba.
Me pregunté si se acostaba con mujeres desconocidas tan a menudo como para olvidarse de mí.
—¡Son unos imbéciles! — se quejaba Daniel mientras nos conducía de vuelta a mi apartamento —. ¿Qué pruebas quieren? Nadie hace ese tipo de acusaciones por gusto.
—La culpa es mía. No debí de haber roto esas fotos ni tirado las flores a la basura. — dije en un susurro.
—No te culpes, Liv. Eres la víctima en todo esto, no eres culpable de nada. No digas tonterías.
El resto del viaje transcurrió en silencio, pero noté como Daniel seguía estando tenso.
Quería alzar la mano y tranquilizarlo con mis toques, pero no me atreví.
—Te llamo esta noche — me dijo cuando llegamos a mi piso. Miró el bloque de pisos con el ceño fruncido —. ¿Estarás segura? Asentí.
—No te preocupes. Gracias por todo esto, Dani. Siento que me estoy aprovechando de ti.
—No digas estupideces. Para eso están los amigos, ¿no? — puso el coche en marcha —. Ten mucho cuidado, Liv. Está noche te llamo.
Y se fue.
No entré al edificio hasta que se perdió de vista.
La palabra amigos ya no me gustaba como antes.
Quiero ser más para él.
Suspirando, cogí el ascensor y me detuve en seco cuando vi otra nota bajo el felpudo.
Asustada me agaché y la cogí.
Entré en mi piso y me senté en el sillón.
Miré el sobre con mi nombre en letras negras.
Como el del otro día, sin remitente.
Dudé si abrirlo.
Enfadada conmigo misma, casi lo parto por la mitad hasta que las palabras de Nick volvieron a mi cabeza.
Pruebas.
Ellos necesitan pruebas para poder investigar, y este sobre es una. Lo abrí y leí la nota que contenía.
"¿ Te gustaron mis flores? Sé que las margaritas son tus favoritas."
Mierda. Mierda y mierda.
Esto descarta por completo a Rebecca.
Más que alguien que quiere hacerme daño es como un cortejo macabro.
Guardé la nota y el sobre en un cajón.
Demasiadas emociones por un día Liv.
Date una buena ducha y espera la llamada de Daniel.
Me pregunté si vendría corriendo ante la noticia de la nueva carta.
Sacudiendo la cabeza, fui al baño y me relajé con una buena ducha.
Luego me senté en la cama y me entretuve con el móvil hasta la llamada de Dani.
Sonreí ante su reacción sobre el espeluznante mensaje.
Le dije que no hacía falta que viniera, aunque de verdad quería tenerlo aquí.
Me dijo de nuevo que tuviera mucho cuidado y nos despedimos.
Apagué la luz y me acosté.
Fue entonces cuando caí en la cuenta.
Nick nos había llamado novios a Daniel y a mí.
¿Podría ser por eso que fingió no reconocerme?
Volveré a acercarme a él sola.
Le llevaré la nota e intentaré quedarme a solas con él para comprobar si era cierto que se olvidó de mí.
Esa noche soñé de nuevo con Daniel.