Tras quedarse dormida en el baño de su casa Blair se despierta en un lugar completamente desconocido y peor aun se había dado cuenta que se encontraba en el cuerpo de una extra en uno de los libros que leyó.
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11: Peligro
Uno por uno se dirigían a la chica para atacar, pero Aelin acababa con ellos con facilidad, en su vida pasada debido a su trabajo debía saber cómo defenderse de las personas que querían quitarla de en medio. Sin embargo, había olvidado algo: ese cuerpo era demasiado débil.
Tambaleó hacia atrás casi sin fuerza después de tanto esfuerzo. Los bandidos que habían estado siendo masacrados uno por uno no dudaron en aprovechar aquella oportunidad, pero antes de que se acercaran escucharon el ruido de un caballo.
—¡Señorita Aelin! —La chica volteó hacia atrás para ver al emperador cabalgar hacia ella; al llegar, se inclinó hacia el caballo, tomándola en la cintura y sin esfuerzo la levantó, poniéndola encima del caballo—. ¿Se encuentra bien?
—¿Qué hace aquí? —Murmuró antes de quedarse inconsciente en los brazos del hombre.
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Abrió los ojos encontrando un techo completamente desconocido, miró a su alrededor tratando de descifrar en qué lugar se encontraba hasta que finalmente la puerta se abrió mostrando la silueta de Magnus.
— Su majestad. —Creyó que había sido un sueño al haber visto al hombre.
— ¿Te encuentras bien? —El hombre puso su mano contra su frente—. Ya bajó tu fiebre.
—¿Dónde estamos? — Pregunta confundida al no poder reconocer su entorno.
—Debido a que salí apresurado después de oír que no habías regresado, no llevé ningún guardia; pude acabar con los bandidos; sin embargo, en el proceso me encontré con ese pequeño pueblo y tuve que venir para que te revisaran ya que no despertabas. — Explica.
—Lamento haberlo molestado. — Sonríe e intentó levantarse; sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Magnus la cargó en sus brazos—. ¿Qué hace?
—¿Dónde quieres ir? Te llevaré.
—Desde que desperté he notado algo —Mira fijamente los ojos de Magnus—. No ha dejado de dirigirse a mí de manera informal como si fuéramos cercanos.
—Ya estuve dentro de ti, ¿todavía no somos cercanos? —El rostro de Aelin se ruborizó—. Además —Magnus acarició el rostro de la chica, haciendo hacia atrás un mechón de cabello de esta—. Sabes lo que me apetece nuevamente.
—¿Qué cosa? —Siseó en voz baja.
— Volver a estar dentro de ti. —Aelin, que había estado haciendo todo lo posible para no lanzarse a los brazos del hombre, tragó seco. Magnus tenía un don para tenerla justo donde quería.
— ¿Acaso no sabe que si mis padres saben lo que hicimos, lo obligarán a casarse conmigo?
—No me importa.
—Pensé que usted no tenía planes de casarse. —Sabía muy bien que en el libro, Magnus jamás quiso casarse hasta que conoció a la protagonista; era un hombre que no quería atarse a ninguna persona.
— Si es contigo, estoy dispuesto. —Aelin alzó una ceja sonriente.
— ¿Por qué está tan interesado en mí, su majestad? —Ante las palabras de Aelin, el emperador se quedó callado, pensando en las palabras de la chica, para finalmente responder.
— Para ser exacto, tampoco lo sé; lo único que sé es que tienes algo, algo que me llama mucha la atención y es la primera vez que siento eso con alguien. —Aelin sonrió rozando sus labios con los de Magnus.
— Sabe que esto no es una respuesta convincente —Murmuró sobre los labios de Magnus sin dejar de mirarlo.
—Entonces trataré de darte una respuesta convincente más adelante —Dicho eso, besa a Aelin, la chica corresponde de inmediato sintiendo cómo Magnus se apodera de sus labios a su gusto. Jadea cuando este la deja en la cama nuevamente, subiendo arriba de ella para volver a besarla; corresponde mientras se encarga de desabotonar la camisa de este para luego retirarla, acariciando el torso de él.
Muy pronto se empezaron a oír gemidos en la habitación, dejando claro lo que estaba pasando. Aelin arquea la espalda, dejando salir un profundo gemido al sentir cómo Magnus se adentra en su interior para luego comenzar a embestirla. Su mano se aferra a la espalda de este, hundiendo sus uñas en la piel del hombre.
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Magnus mira a la chica en la cama, la cual se encontraba profundamente dormida, desnuda bajo las sábanas con varias marcas visibles en su cuerpo. Ni él mismo sabía qué tenía de especial la chica, por qué se había interesado en ella como nunca lo había hecho con una mujer, y pensó que tal vez solo no estaba satisfecho con la primera y no era nada más; sin embargo, acaba de confirmar que lo que está sintiendo no es cosa de satisfacción.
—¿Qué me está pasando contigo? —Aparta un mechón de cabello que se encontraba en el rostro de Aelin, la mira fijamente por varios segundos. Era la primera vez que dormía con una mujer y esta al día siguiente no le pidiera que se hiciera responsable. Se levanta, dirigiéndose al baño, y al momento de desaparecer de la habitación, Aelin abre los ojos, girándose en la cama.
«La historia realmente está cambiando», tal vez debido a que ha intervenido varias veces; la historia está yendo a otro rumbo. Ya había decidido que quería a Magnus para ella, pero aún cuando no había hecho nada, este no se había quedado viendo a la protagonista cuando esta apareció por primera vez enfrente suyo. «Si realmente está cambiando, de ahora en adelante no sabré qué pasará».
—¡Auch! —Chilla adolorida tras moverse—. Siento como si un camión me hubiera pasado por encima. — Cierra los ojos; sin embargo, en el momento de hacerlo, los abre de golpe tras recordar algo. —¿Qué toman aquí para evitar un embarazo? —Se pregunta a sí misma—. Ahora que lo recuerdo, yo... —Se sienta de golpe en la cama tras recordar. La primera vez que pasó la noche con Magnus, no se había tomado absolutamente nada, lo cual significaba peligro. —Diablos —Murmuró mordiéndose el labio. Si bien es tener a Magnus en la palma de su mano, su plan jamás fue enredarlo con un hijo; además, ella tampoco estaba lista para tal cosa.
—¿Qué pasa? —Alza la mirada tras escuchar la voz del hombre que había regresado tras bañarse.
— Necesito algo para evitar un embarazo.
—Ah, ¿hablas del té? —Aelin asiente rápidamente.
— ¡Su majestad! —Aquella conversación se vio interrumpida por los guardias que tocaban la puerta—. ¡Su majestad se encuentra bien!
—Estoy bien, saldré en unos minutos —Voltea la mirada hacia Aelin—. Es hora de irnos.
gracias por compartir tu talento 🫂✨🌹✨🪻✨🌷🍀