La Reina De La Mafia

Azka (Mujer)

Carlet (Mujer)

La familia Anderson está encabezada por Abraham Anderson y su esposa Farah Anderson, tienen dos hijos, un niño y una niña, llamados Danudaksa Anderson y Azkadina Anderson.

Hace 10 años, en la residencia de la familia Anderson.

Farah Anderson, la madre de Azkadina Anderson, está jugando en la lujosa mansión con Danudaksa Anderson, quien también es el hermano mayor de Azkadina Anderson. Danu y Azka solo se llevan un año.

Mientras jugaban alegremente, de repente tocaron la puerta de la mansión. La sirvienta abrió la puerta y entró el señor Abraham Anderson, el jefe de la familia Anderson, pero no vino solo, sino con una mujer y una niña de la misma edad que Azka.

"Papá, ¿quiénes son?" Preguntó Farah.

"Oh, los encontré en la calle siendo atacados por unos matones, así que los traje", respondió Abraham sin mostrar ninguna expresión diferente, su rostro era el mismo de siempre, el rostro que usaba todos los días.

"Permítanme presentarme, mi nombre es Anadia, y esta es mi hija, Sasa", dijo Anadia, presentándose con una reverencia cortés.

"Está bien, por favor entren, siéntanse como en casa", dijo Farah amablemente, sin saber lo que sucedería después. Farah recibió a Anadia y Sasa en su mansión con los brazos abiertos.

Pero quién diría que en el corazón de Anadia había una intención oculta de obtener la fortuna de la familia Anderson.

"Solo esperen a lo que haré para arrebatarles su fortuna". Pensó Anadia con una sonrisa astuta, su sonrisa era casi imperceptible, tanto que Abraham y Farah no se dieron cuenta de ella.

Han pasado varias semanas desde que Anadia y Sasa viven en la residencia de la familia Anderson, aunque Anadia actúa como una empleada doméstica, para poder devolver la amabilidad de Farah, quien la recibió con gusto, le dijo a Farah en ese momento.

A Azka no le gustó la llegada de Anadia y Sasa desde el principio, pero solo pudo permanecer en silencio y aceptarlo sin poder rebelarse. Si se rebelara, sería imposible que sus padres la entendieran.

Un día, Abraham estaba en la oficina, mientras que Danu dormía plácidamente en su habitación.

Ahora, Farah, Azka, Sasa y Anadia se relajaban en la sala de estar. Farah, sintiéndose cansada, fue a su habitación a descansar, pero sin que Farah sospechara, Anadia entró en la habitación de Farah, quién sabe qué iba a hacer Anadia.

"Anadia, ¿qué pasa?" Preguntó Farah, que ya estaba en la habitación, girando su cuerpo para mirar a Anadia, que ahora estaba parada justo detrás de ella.

Sin responder, Anadia tomó un cuchillo de fruta de la mesa de la habitación de Farah y lo apuñaló directamente en el vientre de Farah. Farah, sorprendida e inesperada, se agarró el vientre y miró a Anadia antes de caer cerrando los ojos.

Azka, al ver a Anadia apuñalando el vientre de su mamá, gritó pidiendo ayuda. Casualmente, Abraham, que acababa de llegar de la oficina, escuchó el grito de ayuda de Azka y corrió escaleras arriba, hacia la fuente del sonido.

"¡Mami!" Gritó Azka, luego se acercó a Farah, que ya había caído al suelo con sangre fluyendo, ya inconsciente.

"¡Qué le hiciste a mi mami, eh!" Le gritó Azka a Anadia, quien seguía parada mirando a Farah en los brazos de Azka.

Abraham entró en la habitación de Farah, seguido por Danu y Sasa. Abraham vio a Farah tirada sin vida con Azka llorando a su lado, se sorprendió y admitió que su esposa estaba cubierta de sangre.

Anadia, al ver entrar a Abraham, inmediatamente se agachó para igualar a Azka, que cubría el cuerpo de Farah.

"Azka, ¿por qué le pasó esto a mami?" Preguntó Abraham acercándose a Azka.

"¡Ella mató a mami!" Gritó Azka, señalando con el dedo a Anadia justo frente a ella.

"No, no, cariño, yo no hice eso, Farah quería pelar una fruta, pero se resbaló y el cuchillo la alcanzó en el vientre", mintió Anadia con lágrimas falsas. En verdad, la actuación de Anadia no parecía falsa.

"¡Mentira! ¡La vi apuñalar a mami!" Refutó Azka gritando con el dedo aún apuntando hacia Anadia.

"¡No! No estoy mintiendo, esto es un puro accidente", mintió Anadia aumentando el flujo de sus lágrimas que hizo lo más reales posible.

"¿Quién te enseñó a mentir, Azka?" Preguntó Abraham gritando un poco, el pecho de Azka se sintió como si fuera atacado por un fuerte tsunami, ¿qué? ¿Su padre la acusó de mentir? ¿Qué niño se atrevería a mentir para defender a un extraño que claramente mató a su propia madre? ¿Es una niña loca? Claro que no.

"¡No estoy mintiendo! ¡Ella es la que está mintiendo!" Refutó Azka gritando sin quedarse atrás, no podía entender lo que estaba pensando su padre, un padre realmente raro.

Pero Abraham abofeteó fuertemente la mejilla de Azka hasta que cayó al suelo de la habitación.

"Excelente, será fácil obtener tu fortuna si es así". Pensó Anadia con una sonrisa astuta, esa sonrisa era realmente aterradora, como un psicópata* sediento de sangre, pero este no es un psicópata* real, sino una zorra sedienta de fortuna y poder.

Ahora, Farah ha sido enterrada dignamente, y todos han regresado a la mansión. Azka no le dirigió ni una palabra a su padre, su corazón estaba realmente decepcionado con la actitud de su padre que parecía normal.

Hasta el día en que Abraham se casó con Anadia.

"Danu, Azka, ahora llámenla mami, ¿sí, hijos?" Ordenó Abraham a Danu y Azka con la mano de Abraham en el hombro de Anadia. Danu solo asintió entendiendo, pero diferente con Azka, ella se negó rotundamente.

"Ella no es mi mami, mi mami se ha ido por su culpa, y nunca la consideraré como mi mami", rechazó Azka rotundamente, incluso sus ojos no se dignaron a mirar los rostros de Anadia y Abraham, a quienes ya consideraba sus enemigos eternos, especialmente Anadia, la miró con una mirada de demonio.

"¡Azka! ¿Cuántas veces te he dicho que fue un puro accidente!" Le gritó Abraham mirando a Azka con furia.

"Ningún asesino se confiesa", respondió Azka con su típica sonrisa petulante que había mostrado desde temprana edad.

Inesperadamente, Danu abofeteó la mejilla de Azka, lo que hizo que Azka derramara lágrimas, el hermano mayor que se suponía que debía proteger a su hermana, en cambio hirió física y emocionalmente a su hermana.

"¿Me abofeteaste? Ya no confías en mí y ahora también me abofeteas", dijo Azka tratando lo más posible de contener sus lágrimas, pero desafortunadamente, las lágrimas que intentaba contener escaparon así como así.

"Lo siento, hermana, no fue mi intención", se disculpó Danu arrepentido de haber abofeteado a Azka.

Pero Azka inmediatamente corrió a su habitación sin prestar atención a los demás, su corazón estaba realmente destrozado, perdiendo a su madre biológica, su padre no le creía, ¿ahora? su hermano tampoco le cree.

Danu se sintió muy culpable con Azka, pero tampoco sabía en quién confiar, no sabía qué hacer, por un lado estaba su padre que merecía ser feliz con una mujer que reemplazara a su madre, a sus ojos Anadia era una buena mujer, y por otro lado estaba Azka.