Capítulo V

En medio del camino me venda los ojos, fue frustrante no saber a dónde iba, fue un camino de mas de una hora. Cuando por fin se detuvo el auto me ayudó a bajar, me quito la venda y quedé muy impresionada. Era uno de los mejores restaurantes del norte de la ciudad, la reserva toca hacerla casi cuatro meses con anterioridad.

- Leo esto es hermoso, como lo lograste.

- Lo tenía todo planeado desde hace meses, princesa esta es una ocasión especial.

- Gracias amor mío, pero yo también te tengo una sorpresa. - Había comprado un babydoll, para cuando estemos en su apartamento.

- La espero con ansias.

- Se que te gustará.

Al entrar me doy cuenta que al fondo hay una mesa decorada con globos y flores, no tuve que preguntar nada, esa es la firma de el, no escatimaba en nada, lo amo tanto.

La cena estuvo perfecta, la comida deliciosa no se podría esperar más de un restaurante con estrellas Michelin. Al llegar al apartamento me dirijo rápido a la habitación y le pido que por favor me espere 10 minutos.

Tenía que organizar todo, había comprado velas y pétalos de rosa, se que suena cursi pero para la ocasión no me pareció.

- Ya puedes venir - Le grito desde el dormitorio. Cuando abre la puerta se queda sin palabras yo estoy acostada en la cama casi desnuda entre pétalos de rosa, las velas hacen un camino. - Te gusta lo que ves.

- Eres hermosa, tengo mucha suerte de tenerte. - Se acerca como un león en casa. - Estás segura de esto.

- Si, lo estoy. - Le iba a entregar lo más preciado de una mujer mi virginidad, la verdad a nadie más se la iba a entregar.

El se acerca y comienza a pasar sus manos por mi cuerpo, enviando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo. Suavemente me comienza a besar, sus manos me recorren el cuerpo, como si quisiera recordar cada curva de él.

- Te amo princesa.

- Yo también te amo.

Y así nos fundimos los dos, en una noche de pasión. No descansamos la primera vez dolió bastante pero las siguientes fueron mejores. Leo me trato muy bien fue delicado.

Al día siguiente nos levantamos en horas de la tarde, yo estaba bastante agotada y muy adolorida. Pero era la mujer más feliz de la vida.

- Princesa que quieres almorzar.

- Pide algo, no vayas a preparar.

- Estaba pensando en salir, es más rápido que esperar que nos lo traigan.

- Está bien pero no te vayas a demorar.

- No me demoraré amor mío ya vengo, mientras puedes ver una peli.

El sale del apartamento y yo me entró a bañar, me toco cambiar las sábanas porque se habían manchado.

Ya habían pasado más de una hora y Leo nada que llegaba así que prendí el celular, al momento en que prendió comenzaron a llegar varios mensajes y uno de ellos era un número desconocido y venía con una foto.

" no te creas tan importante, mira dónde está tu lindo novio, parece que no eres la única en su vida"

Ese era el mensaje y había una foto de el besando a una antigua compañera a Camila. Esto no podría ser cierto, mi corazón comenzó a romperse en pedazos, lo único que hice fue vestirme y salir de ahí no quería verlo cuando el llegara.

Antes de llegar a la casa mi celular sonó, era el no le quise contestar, así que volví a apagar el móvil. Al entrar me encuentro con mi padre y se me hizo raro verlo a esa hora en casa.

- Hola papá.

- Hola hija y esa cara.

- Nada, solo es cansancio.

- Me imagino que tuviste una noche interesante.

- Eso no te incumbe.

- Sabes que si me incumbe, y más cuando tu todavía vives acá y sigues siendo menor de edad.

- Lo tengo siempre en cuenta no dejas de recordarlo que si sigo viviendo acá es bajo tus reglas.

- Así es.

- Mira papá no quiero seguir hablando, estoy cansada y quiero irme a dormir.

- Espero que no hayas tenido problemas con tu novio.

En serio ya me estaba artando de esa situación desde que estoy con Leo el no paraba de recriminarme, y de decirme que el no me conviene para nada.

- Nada de eso, con permiso.

Subo a mi habitación y me pongo a llorar. Había pasado una semana, me había estado escondiendo de Leo, no quería verlo mi mamá me ayudó en eso. Le había comentado lo del mensaje y la foto, me dijo que hablara con él para aclarar las cosas. Pero yo estaba bastante herida.

Ya había llegado otra vez el fin de semana, no quería salir de mi habitación. Y como siempre le había dicho a mi mamá que no estaba para nadie pero al parecer ese no iba hacer el caso el día de hoy, escucho golpes en la puerta.

- Mamá sabes que está abierto. - escucho que se abre la puerta y se cierra de golpe, me asusto mucho ya que estaba de espaldas a ella

- Princesa por fin puedo verte. - oh mierda y yo que pensé que no lo vería.

- Pensé que tenías cosas más importantes que hacer. Que venir a verme.

- Vamos a hablar, esto no me gusta no sé qué fue lo que pasó, que hice mal para que cambiarás con migo y me ignoraras.

- Porque no se lo preguntas a Camila, al parecer se perdió en tu boca ese día.

- Pero que me estás diciendo.

- No me mientas Leo, me enviaron una foto cuando la estabas besando. - Lágrimas empezaron a salir y el comenzó a limpiarlas.

- Bueno si pasó lo del beso, pero ella fue la que me beso a mi. El pedido se demoró en salir, había bastante gente ya cuando iba saliendo, ella se acercó y comenzó a hablarme y a tocar mi brazo y de un momento a otro se abalanzó sobre mi, yo la empuje y casi se cae. Le grité y la dejé. Eso fue lo que pasó debes creerme no te dañaría a ti en lo más mínimo te amo, y si no me crees conseguiré pruebas de lo que pasó.

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