Capítulo IV

Me encuentro en mi habitación, arreglándome para el gran evento, mi padre ha sido muy insistente en como debo comportarme con el hijo de su amigo. La verdad ya estoy cansada de ese tema, le he insistido que Alberto no me gusta y que nunca lo voy a querer, pero el me dice que el amor no lo es todo que primero están los negocios y que lo otro viene después.

Pero bueno. voy a tratar de no amargarme la vida el día de hoy, ya que fui yo la encargada de escoger los colores para la decoración y para mi vestido, mi mamá le gustó a mi papá no tanto, se puso a decir que quien en su sano juicio escogería color negro y morado para una fiesta de una jovencita como yo. No le quedó más remedio que aceptar porque está jovencita se enfureció y no le dejo opción.

- Hola hija como estas, ya casi terminas - Mi madre entra con una gran sonrisa.

- Hola mamá, si ya casi voy a terminar.

- Que pasa hija, no estás contenta.

- Si y no, estoy contenta por la fiesta porque es mi cumpleaños, pero no por lo que me pide mi padre y además Leo no vino.

- Lo siento mucho hija pero tú sabes que para él es importante que su amigo invierta en la empresa.

- Pero porque tengo que casarme mamá no es justo.

Antes de que mi mamá pueda decirme palabras de aliento entra mi adorado padre entra en la habitación.

- Estás lista Lisa, necesito que por favor te comportes hoy bien con Alberto, no voy a aceptar ningún escándalo.

- No prometo nada papá ya sabes cuál es mi posición entendido.

Salgo de la habitación dejando a mi padre hay parado, no le quiero dar la oportunidad de que me amargue el día y la noche.

Al llegar a la escalera me doy cuenta que todos los invitados están acá y por supuesto no podía faltar Alberto que me sonríe, en cambio yo le hago mala cara. Cuando empiezo a bajar a lo lejos veo una cara conocida, a alguien que alegra mi vida y que hace saltar mi corazón.

Leo ha venido, pero como puede ser eso su papá tenía que solucionar unas cosas, la verdad eso no me importa, comienzo a bajar más rápido las escaleras, cuando ya he llegado al primer escalón, Alberto me tiende la mano y yo la ignoro y salgo corriendo al encuentro de Leo. Cuando el me ve abre sus brazos y me alza haciendome girar.

- Estás aquí. - Nos damos un beso.

- Claro que sí no me perdería por nada en el mundo este día.

- Gracias Leo, te quiero mucho y te e extrañado no sabes cuánto.

- Me lo puedo imaginar princesa, yo también te e extrañado mucho y también te quiero.

- Eres el mejor regalo que e tenido el día de hoy. - Dejamos de abrazarnos.

- Princesa nos devolvimos del todo para los Estados Unidos.

- No me estás mintiendo.

- No para nada, pero quiero hacerte una pregunta.

- Si dime.

- Quieres ser mi novia, no e dejado de pensar en ti eres muy especial y te quiero más que nunca. - Me quedó un poco asombrada por lo que me acaba de decir pero le respondo con una gran sonrisa.

- Si si si claro que sí. - Nos abrazamos nuevamente y nos besamos. Pero la felicidad no dura mucho cuando escucho a mi padre a mi espalda.

- Que espectáculo es este Lisa.

- Ninguno papá, estoy besando a mi novio, que por cierto es hijo de tu socio.

- Buenas noches don Alexander. - Lo saluda Leo.

- Buenas noches Leo, entonces son novios.

- Si señor lo somos, y espero que esté de acuerdo con eso.

- Claro que sí no hay ningún problema. - Mi padre da media vuelta y yo me quedo pensando en lo que acaba de pasar, el no es de los que de su brazo a torcer, entonces que planea al darle alas a nuestra relación.

La fiesta se desarrolló con mucha normalidad, aunque se presentaron pequeñas peleas pero todo fue por los tragos. Leo no me dejó sola en toda la noche le comenté lo que mi padre quería hacer con el hijo de su socio. Estaba hecho una furia, me dijo que el no iba a permitir que mi papá me casará a la fuerza con alguien que no quería, y menos sabiendo que era por dinero.

- Princesa bailamos - Ya estábamos recogiendo todo lo de la fiesta pero el DJ no se había ido y había puesto una balada.

- Claro que sí.- Le di la mano y nos dirigimos al centro de la sala.

- Princesa felicidades por tus 16 años, te ves muy hermosa en ese vestido.

- Ya me lo has dicho mucho esta día.

- Y no me cansaré de decírtelo.

Seguimos bailando hasta que la canción se acaba. Me ayuda a organizar, y después nos sentamos a descansar.

- Desde el lunes empiezo a trabajar con mi padre.

- Por eso se devolvieron.

- Si princesa, la verdad voy a trabajar unos años con él y luego me iré a estudiar. Espero que los dos podamos ir a la misma universidad.

- Yo también espero lo mismo.

Desde ese día no nos separabamos casi, a pesar de que Leo trabajaba y yo estaba en mi último año de colegio. Leo se había convertido en alguien especial pero muy celoso, decía que yo era muy bonita y que todos los hombres con los que estudiaba iban tras de mí siempre me tocaba tranquilizarlo.

Hoy estamos de aniversario, cumplimos un año de estar juntos. Le he preparado una sorpresa a Leo, sabía que no me iba a recoger en el colegio porque tenía varias reuniones, pero me lleve una gran sorpresa al verlo a la salida.

- Pensé que no vendrías.

- No iba a dejar pasar nuestro aniversario princesa. Tú eres importante para mí. - Lo abrazo con fuerza y lo beso. - Vamos

- A donde me vas a llevar hoy.

- Es una sorpresa, así que no sigas preguntando porque no te lo voy a decir.

Y así fue el resto del camino, no me dijo a donde me llevaba.

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