Hoy toca día de cacería, tengo a mi cargo un grupo bastante numeroso, la verdad es que nunca me he puesto a contar bien cuantos dependen de mi éxito cazando, pero como sea lo hago, para mantenerlos vivos, así que me llevo a mis mejores hombres para poder realizar esta ardua labor y es que hoy en día nos es fácil cazar, a pesar de que los animales de los zoológicos escaparon y puedes encontrar desde venados, conejos o antílopes, siempre hay competencia por la carne.
Los sueños de la ciudad, de algún día, con el tiempo, ayudar a más personas, jamás se realizaron y ahora para conseguir carne siempre hay una lucha en tres bandos, los de la ciudad, los de afuera y los animales salvajes, porque, así como se escaparon los venados de los zoológicos, también lo hicieron los leones, los lobos, los tigres, etc.
Así que, si, la caza siempre es muy competitiva, pero hoy nos va bien encontramos a unos 3 kilómetros, de donde vivimos, una manada de antílopes, así que nos preparamos, y nos lanzamos al ataque, al final del día tenemos 3 antílopes para llevar al grupo, sin duda un buen día además lo mejor de todo en el camino de vuelta no nos encontramos con nadie, ni con nuestros enemigos ni con animales salvajes así que el día de caza sin duda es un éxito.
Parte de mis obligaciones como líder de este grupo además de cazar es, repartir la comida, así que cuando llegamos tengo que tomar un cuchillo y repartir las piezas de los animales.
Cuando tenemos éxito en la casería como hoy, me da gusto ver a todos comiendo, a los niños felices mientras comen, después de algunos días sin tener que comer, o tener que estar comiendo lagartijas, ratas o otras cosas echadas a perder, pero con la carne de hoy y lo que sobro podemos tener comida para una semana más o menos.
Así que viene la hora de regresar a la guerra, si la guerra continua y peor que nunca, como te decía los planes de la ciudad de ayudar a la gente de afuera jamás se realizaron, hubo muchos problemas al respecto, con el pasar de los años por más que intentábamos plantar más, para poder recibir gente de afuera, la ciudad también siguió creciendo, la gente empezó a tener bebes y sin más opción un día nos reunió mi papa a todos los de la ciudad, junto con el general habían decidido abandonar los planes de rescatar gente de afuera y centrarnos en salvar a todos los de la ciudad.
Fue una gran conmoción había muchos que aún nos preocupábamos, por no ser los villanos de la historia, y queríamos que se ayudara a las personas de fuera, pero teníamos miedo de que al dejar entrar a la gente nos quedáramos sin comida.
Pero lo que nos terminó de convencer fue que tenía 5 años que nadie dentro de la ciudad se enfermaba de Ómicron X, todo gracias a nuestras medicinas, pero en una reciente expedición hacia fuera se encontró que la gente seguía sufriendo de la enfermedad, y si los dejáramos entrar, correríamos el riesgo de dejar entrar nuevamente las muertes y el sufrimiento, así que al final todos aceptamos en fortificar más la entrada y dejar que los de afuera se extinguieran sin ayuda de nosotros.
Y si, ahora sí, nos puedes juzgar, lo que hicimos no fue agradable, muchos quedamos conmocionados por la decisión, pero nuevamente se presentaba, o nosotros o ellos así que escogimos mantener nuestra vida a costa de la de ellos.
Sabes ahora me pregunto si fue la decisión correcta, casi en cuanto se decidió, empezamos todos a trabajar en fortificar la ciudad, eso alerto a todos los de afuera de nuestros planes, y por obvias razones comenzaron los ataques constantes contra los muros, los militares de inmediato tomaron parte y empezaron a usar sus armas, algo un tanto injusto porque los de afuera no tenían armas de fuego, la verdad no sé cuántas personas mataron en ese tiempo, solo sé que diario se oía el constante uso de sus armas.
En ese tiempo yo tenía 14 años termine mis estudios y llevaba 2 años en la producción de alimentos, me sentía frustrado por que había escogido este trabajo para poder ayudar a todos y ahora solo escuchaba los disparos, de toda la gente que mataban, seguía teniendo contacto con mis amigos de la escuela, nos juntábamos y dábamos nuestra opinión como si fuéramos adultos todos opinábamos que tal vez si se podía ayudar a las personas de afuera, que solo hacía falta que les diéramos comida y que con esos alimentos, sus cuerpos resistirían la enfermedad, y con el tiempo aprenderíamos a coexistir y encontrar una manera de parar esta guerra.
Lo sé, con 14 años que iba a saber de supervivencia grupal, aun así, aun ahora, no estoy convencido de que las acciones que tomo la ciudad hayan sido las correctas, si algo he aprendido es que los seres humanos somos los únicos seres egoístas que habitan la tierra, incluso los animales cuando escaparon de los zoológicos formaron manadas y así se hicieron más fuertes, así se salvaron de la extinción, pero en cambio los humanos decidimos que lo mejor era matarnos mutuamente para así “sobrevivir”.
Bueno, sea como sea, en ese tiempo, como cualquier joven en la pubertad, nos sentíamos sabios y que todo lo podíamos hacer así que una noche después de platicar y platicar, tomamos una decisión que cambiarían nuestra opinión y nuestra manera de ver la guerra por completo
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