¡Hugo es un chico alto de mirada triste, ropa siempre limpia y planchada!
sus ojos son de color café oscuro, su piel es extremadamente blanca y su cabello es de un negro profundo, ¡en verdad negro y brillante cómo las plumas de los cuervos, esos seres maravillosos que semejan platicar con las personas buenas y a las malas...Les dan miedo
porqué piensan que se los llevarán a la tumba!.
Sirelia— ¿Hola Hugo, hace tiempo que no te vehiamos?
Hugo— ¿Hola Sirelia, estás creciendo muy rápido, cuándo seas grande serás mi novia? verdad?.
Sirelia— Si!!!, me esperas? ¿no te casaras con alguien de tu edad, cómo mi hermana,?
Somalia— eh, déjenme fuera de esa discusión, yo nunca me casaría con Hugo? verdad Hugo?
Hugo— Claro que no, eres mi amiga y tú Sirelia, eres mi novia!!.— ya verás, cómo te voy a esperar. Me tengo qué ir, mi mamá ya va a llegar a comer y no le gusta, que me ensucie.
dise, ¡qué va a pensar la gente de ella, que descuida a su hijo por irse a la clínica, qué seguro por eso la abandonó su esposo!
— Pero, ¿eso no es verdad, mi mamá me quiere mucho y lava la ropa, para que siempre ande limpio? ¡Mí mamá atendía a mi papá, le hacía de comer antes de irse al trabajo, y en la noche llegaba un poco antes qué él, para que la comida estuviera caliente!
¡Dice mi mamá, qué se fue, porque ya no sentía amor por ella, pero yo sé la verdad, él se fue con otra familia y yo no quiero volverlo a ver.
¡Ahora ya me voy! ¿Cuiden a su papá... Qué no se vaya cómo el mío?
lo vemos subir la colina y meterse a su casa.
¿Cuándo su papá vivía con ellos?, ¡Hugo hiva todos los días a jugar con nosotros, era el mejor para esconderse... Casi siempre se terminaba el juego y no lo encontrábamos!.
¡Después que su papá lo abandono...No volvió a jugar... Ahora era el hombre de la casa y los hombres no juegan!.
Nosotras, seguimos caminando, Sayala nos espera para hacer las tortillas.
Somalia— Sayala, ya llegamos, nos encontramos a Hugo, estaba triste...No lo acepta pero, extraña mucho a su papá?
Sayala— ya está el comal, Somalia.
Sirelia— Aquí está la tortilladora..
Sayala— Somalia, sirve el chile con huevo, y pon las tostadas en un plato.
Sayala— Sirelia, sirve el atole y saca el pan qué se sobró, avísale a mamá que vengan a desayunar.
Sirelia— ¡Mamá a desayunar, grita, ya está la comida en la mesa!
Russ— más fuerte, para que se enteren los vecinos, ¿Ya te hemos dicho, que no grites, que vayas al cuarto y nos digas... ¿Qué no vuelva a pasar?
Sirelia— Perdón mamá, no volverá a suceder?
Samuel— Está bien hija, eres un torbellino y por eso quieres hacer todo rápido, ¡vamos a desayunar!.
nos sentamos a la mesa, y mi mamá agradece a Dios por los alimentos, empezamos a comer.
Samuel— Ya pronto, van a terminar las vacaciones, a partir de hoy, anotaremos las fechas...Recuerden que tienen que hacer sus tareas. Hoy, no vendremos a comer....¡Comeremos en la zapatería, tenemos que hacer inventario!
Russ,— Sirelia, ¡compras el pan a Don Rey, y puedes seguir jugando!Somalia, sí vas con Natalia, no se te olvide llevarle su traste de plástico con plátanos, Sayala, descansa un poco, coman lo qué quieran y descansa.
Se termina el desayuno, mis padres se despiden y salen de la sala.
Sayala— Somalia, ¡arregla los cuarto y después vete con Natalia!
Sirelia, ¡lava los trastes, y avisale, a tus amigos qué vengan a jugar!.
Sirelia— Gracias Sayala, ahorita les hablo.
voy al teléfono y le marco, primero a Lorena, ella se encarga de avisarle a Marcos y Adrián.
Mientras llegan, sigo lavando los trastes.
Sirelia— tocan la puerta.. Seguro son ellos, voy habrir, habría la puerta y Lorena, está toca y toca. Qué pasa, por qué sigues tocando ya estoy aquí.
Lorena— Me gusta hacerte enojar, nos esperan en la resbaladilla.
Sirelia— Sayala, me voy al jardín con los chavales...
Corremos hacía el jardín, (ya están Adrián y marcos esperando!
Marcos—¿ Hoy, a qué jugamos?
Adrian—¡ a subir a los árboles!, ¿a ver quién es más rápido?
Lorena— ¡Jugamos a las escondidillas!
Sirelia— votemos, ¡quien quiere jugar a subir árboles! yo, dicen Marcos y Adrián.
Sirelia— y a las escondidillas, sube la mano Lorena, perfecto jugaremos a subir a los árboles.
hacemos una línea en el suelo y contamos uno, dos, tres a ver quién es el más rápido.. Comenzamos a correr hacia los árboles.
Adrian— ¡sube rápidamente las ramas de un árbol de guayabas!.
Lorena, ¡asombrosamente se sube a un platanal es de los más resbaladizos!
Marcos, sube rápidamente a un naranjo y yo por supuesto a un saúco llorón..
Adrian— ¡Quien ganó!, ¿verdad que yo gane?
En eso se escucha, el pan, el pan.
Sirenia—¡ Cómo le hace Don Rey, para llegar cuando más divertido está el juego!
Sirenia— ¿Ya vengo?..
subo a mi casa, tomo el dinero de la mesa y Don Rey, a entrado a la casa. Pone su canasta y cómo si fuese lo más natural... quita el nailon.
Don Rey— ¿Sirelia, cómo no te vi, pensé en entrar?. ¡Tus padres me han dicho que te recuerde comprar pan!
Sirelia— Don Rey. ¡hoy comprare, dos empanadas de queso, tres imperiales, dos ojos y una natilla!
Don Rey— ¡Toma dos natillas!, sabes qué eres mi clienta favorita, pero no de lo digas a nadie porque si no, ¿todos van a querer que les de ?
Sirelia— Gracias, ¿no le diré a nadie, ni siquiera a mis amigos, lo prometo?
Don Rey, coloca el nailon a su canasta y la protege con esa liga enorme que rodea la canasta. Por fin se va a seguir vendiendo su pan.
Sirelia—¡ Chicos, hay pan!..
Lorena— ¡Qué Buenos, son tus padres. Qué te dejas comprar pan para nosotros!
Sirelia— Siii, ¿no los repartimos?.
nos repartimos nuevamente el pan, empieza a caerme bien Don Rey.
Lorena— Don Rey, ¿no trata... De ser grosero contigo?
Sirenia—¿ Como, Lorena?¡ no, no me dice groserías!.
Lorena— ¡Olvídalo, a la mejor sólo es grosero con algunas personas!
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